Pagola: ¿Punto final a su "Jesús"?
Como parece que, al final, se ha sustanciado para bien el asunto del libro que, sobre Jesús, escribió el teólogo José Antonio Pagola (con la retirada de las librerías) traigo aquí, ahora, un artículo que escribí en su día sobre el asunto.
Decía, el mismo, lo siguiente:
!En determinadas ocasiones es importante y necesario dejar, como se dice, las cosas claras. El caso que hoy nos toca es algo, digamos, preocupante porque, al parecer, resulta muy difícil (eso quieren hacer creer) que el tema del asunto del meollo del intríngulis de José Antonio Pagola se entienda.
Sin embargo es, esto lo digo yo (que no soy teólogo, con lo cual ya pueden empezar a arreciar las críticas a lo que voy a decir) algo bastante sencillo y fácil de entender.
Vamos a ver.
Tenemos, por un lado, un libro escrito por el teólogo citado arriba (Jesús. Aproximación histórica); tenemos una Nota que, a la fuerza, ha tenido que emitir la Conferencia Episcopal Española (”Nota de clarificación sobre el libro de José Antonio Pagola, “Jesús. Aproximación histórica (PPC, Madrid 2007, 544 pp.) sobre el mismo y tenemos, por último, la reacción de aquellos que se alinean con la tesis de Pagola y que firman documentos en los que se adhieren al mismo (Consideraciones para una valoración crítica de la Nota de clarificación de la Comisión Episcopal de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe sobre el libro de J. A. Pagola Jesús. Aproximación histórica (PPC, Madrid 2007, 544 pág.)
A la decisión, citada, de los teólogos, se ha sumado, como no podía ser de otra forma, la Asociación de teólogos Juan XXIII, porque ya sabemos que, al fin y al cabo, todos (unos, teólogos críticos y miembros de la citada Asociación, manifiestan, todos, las mismas ideas)
Así está la cosa.
Para empezar, tendríamos que traer, aquí, algo de lo dicho en la Nota de la CEE:
Antes de empezar, hay que decir que la Nota de la CEE sobre el libro de Pagola no está hecha, digamos, con mala sombra ni para molestar al famoso teólogo, ni siquiera para tocarle un poco las narices. Muy al contrario, la intención es la de responder “a nuestra obligación de ayudar a los miles de lectores de la primera versión a hacerse un juicio de la misma conforme con la doctrina católica”
Entonces, podemos destacar algunos puntos, 3, de la citada Nota que son, pues, significativos de lo que personas entendidas en la materia han encontrado en la primera versión del texto:
1.-“Para el Autor, el Jesús que realmente aconteció en la historia, es, ante todo, un profeta. Los capítulos 3º (“Buscador de Dios”) y 11º (“Creyente fiel”) son muy esclarecedores. Ciertamente, la obra comienza afirmando que «Jesús es la encarnación de Dios», el «hombre en el que Dios se ha encarnado» (p. 7). Esas afirmaciones aparecen también al exponer lo que los seguidores de Jesús, una vez resucitado, predican sobre Jesús. Pero conviene advertir que para el Autor todos estos modos de hablar de Jesús pertenecen a los discípulos, quienes, después de la Pascua, han buscado el nombre para Jesús acudiendo, unas veces, a la tradición judía, y, otras, a la terminología presente en el mundo pagano”
Muchas veces, el que esto escribe ha leído que, sobre todo, para la cultura New Age, Jesucristo aparece, también, como un gran profeta de los que, a lo largo de la historia ha habido (Abraham, Moisés, Buda, Mahoma, etc.) Lo que se intenta, al fin y al cabo, con esto, es disminuir la real importancia del Hijo de Dios para igualarlo a otros profetas que en el mundo han sido y hacerlo pasar, más que nada, como simple hombre. Y esto es puro relativismo.
Da la impresión de que han sido los discípulos los que han encontrado el nombre adecuado para Jesucristo. Vamos, que, en realidad, fue una creación posterior a su muerte y resurrección.
2.- “Para el Autor, que Jesús sea Hijo de Dios es una afirmación «de carácter confesional» (p. 303) que no tiene su origen en el Jesús de la historia. La respuesta a la pregunta “¿Quién es Jesús?” «solo puede ser personal» (p. 463). Presentado Jesús principalmente como un profeta, no extraña el silencio sobre su concepción virginal, la afirmación sobre los “hermanos” de Jesús en sentido propio y real (cf. p. 43, n.11), la negación de su conciencia filial y mesiánica, la explicación meramente natural de los milagros (curaciones y exorcismos), o el vaciamiento de contenido salvífico del lenguaje sobre la muerte y la resurrección”.
Al que esto escribe, sin ser teólogo, le parece bastante mal que se trate de algo, exclusivamente, “personal” que uno mismo pueda responder a la pregunta sobre quién es Jesús de tal forma. Eso parece subjetivismo (otra vez relativismo) que está, por eso mismo, fuera de lugar y que es algo que no se puede aceptar.
Si lo que quiere decir la Nota de la CEE es que Pagola dice que cuando en las Sagradas Escrituras se habla de “hermanos” de Jesús lo eran de sangre, esto me suena a bastante protestante porque César Vidal habla, muchas veces, de Santiago, como “hermano” de Jesús (pero hermano “de sangre”) y no como hermano de fe y es una de las cosas que yo, personalmente, le afeo siempre que leo alguno de sus libros.
Lo otro; es decir, que se niegue la conciencia que Jesús tenía de ser Hijo de Dios, la explicación natural (no sobrenatural) de los milagros y que, sobre todo, que de la muerte y resurrección no se derive ningún contenido salvífico no parece muy propio de un teólogo católico sino de otra cosa, digamos, bastante alejada de alguien que se pueda considerar hijo de Dios.
Abundando en tales consideraciones, y según la Nota de la CEE, “para el Autor, Jesús no dio ni a su vida ni a su muerte un sentido sacrificial y redentor (cf. pp. 350-351)”
Y sobre esto yo, que no soy teólogo, digo que carece de sentido llamarse católico si no se comprende que la muerte de Cristo (y, antes, su existencia misma) supuso un ofrecimiento a Dios de su vida y una entrega abnegada a los demás. Pero que se niegue el valor de salvación universal para el género humano que supuso la muerte y resurrección de Cristo es ir demasiado lejos; es, como lo diría yo… como una enmienda a la totalidad del cristianismo y de su verdadero sentido.
3.- “Según el Autor, Jesús no tuvo intención de crear un grupo organizado y jerárquico, sino que quiso poner en marcha un movimiento de hombres y mujeres, salidos del pueblo y unidos a él, «para que ayuden a los demás a tomar conciencia de la cercanía salvadora de Dios» (p. 269) Jesús ve a todos sus seguidores como una familia (cf. p. 290) Nadie ejercerá en su grupo un poder dominante. Tampoco hay diferencias jerárquicas entre varones y mujeres (cf. pp. 291-292)”
Sobre esto que, en sí, es bastante grave porque supone cargarse, de un plumazo, la misma organización eclesial, dice, también, la Nota de la CEE que «en la vocación y en la misión de los doce Apóstoles, según la fe de la Iglesia, Cristo fundó al mismo tiempo el ministerio de la sucesión apostólica»: Congregación para la Doctrina de la Fe, Notificación sobre algunas publicaciones del Prof. Dr. Reinhard Messner (de fecha 30 de noviembre de 2000)
Como resulta, siempre, conveniente, acudir a lo dicho por quien lo ha dicho o escrito, he acudido a tal Notificación para ver lo que, exactamente se decía. Lamentablemente sólo está el texto en alemán y en italiano. Pero esta última lengua se entiende bastante bien:
“La procedura d’esame si conclude ufficialmente con la pubblicazione di questa «Notificazione», che è stata prima presentata al Professor Meßner e da lui accettata. Con la firma del testo l’autore si è impegnato per il futuro ad attenersi ai chiarimenti contenuti nella «Notificazione». Essi saranno criterio vincolante per la sua attività teologica e per le sue future pubblicazioni teologiche”.
Lo que, al parecer, ha pasado, ha sido que el autor que fue objeto de estudio y de la correspondiente Notificación de la citada Congregación para la Doctrina de la Fe, aceptó el contenido de la misma y se compromete a atenerse a su contenido y que, además, será el criterio “vinculante para su actividad teológica y para su futura publicación teológica”. O sea que lo dicho arriba sobre que “Cristo fundó al mismo tiempo el ministerio de la sucesión apostólica” es, esencialmente, cierto y lo dicho por Pagola en la primera edición del libro es, esencialmente, falso.
Por eso, dice la Notificación (apartado 13) relativa a Messner que “Nella vocazione e nella missione dei dodici apostoli secondo la fede della Chiesa Cristo ha allo stesso tempo fondato il ministero della successione apostolica, che nella sua forma piena si realizza nei Vescovi come successori degli apostoli. Il ministero ordinato nel suo triplice grado –vescovo, presbitero, diacono– è una forma legittimamente sviluppatasi nella Chiesa e pertanto vincolante per la Chiesa stessa dello sviluppo del ministero della successione apostolica. Questo ministero che si fonda sulla volontà istitutiva del Signore viene trasmesso con la consacrazione sacramentale”
Es decir que la sucesión apostólica se funda en la voluntad institutiva del Señor. Vamos, que la instituyó Cristo.
Y con este breve repaso a alguno de los puntos de la Notificación de la CEE sobre el libro de José Antonio Pagola sobre Jesús y su Aproximación histórica, creo que es más que suficiente.
Consideraciones para una valoración crítica de la Nota de la Comisión Episcopal de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe sobre el libro de J. A. Pagola Jesús. Aproximación histórica (PPC, Madrid 2007, 544 pág.) y Nota de la Asociación de teólogos Juan XXIII sobre el mismo tema.
1.-En el punto 2.3 de las “Consideraciones” se dice que “La Nota censura a Pagola de intentar «reconstruir la figura histórica de Jesús» prescindiendo de la fe. Si con ello, se quiere afirmar que el investigador católico ha de utilizar la fe como instrumento de su trabajo de investigación de la historia de Jesús, hay que decir que esta posición no parece conforme con la doctrina de Juan Pablo II que proclama: «La exégesis católica no tiene un método de interpretación propio y exclusivo, sino que, partiendo de la base histórica, sin presupuestos filosóficos u otros contrarios a la verdad de nuestra fe, aprovecha todos los métodos actuales, buscando en cada uno de ellos la semilla del Verbo» (Discurso del 23 de abril de 1993 en la presentación del Documento de la PCB: La Interpretación de la Biblia en la Iglesia)”
Una persona que, sin saber teología, acude al documento en cuestión (el de 23 de abril de 1993), encuentra lo siguiente:
“La exégesis católica no tiene el derecho de asemejarse a una corriente de agua que se pierde en la arena de un análisis hipercrítico. Tiene que cumplir, en la Iglesia y en el mundo, una función vital, la de contribuir a una trasmisión más auténtica del contenido de la Escritura inspirada”
Pues a una persona que, como el que esto escribe, no tiene conocimientos de teología muy elevados, esto le parece que lo que quiere decir es que la exégesis católica no puede tener, como finalidad exclusiva, la crítica excesiva de lo que se estudia sino, como bien dice Juan Pablo II Magno, “una trasmisión más auténtica del contenido de la Escritura inspirada”.
2.- La Nota de la Asociación de Teólogos Juan XXIII dice que “Comisión Episcopal utiliza la cristología neoescolástica como criterio único para juzgar las aportaciones de la teología actual”.
Como es manía común de la disidencia eclesial, se dice neo a todo lo que parezca carca porque viene de antiguo para, así, zaherirlo y hacerlo de menos. De hecho, en tal Nota se contrapone la escolástica con la teología actual.
Lo que se pretende, con esto, es algo muy sutil pero muy grave que, además, apunta a una visión protestante del asunto.
Aunque, repito una vez más, no soy teólogo, sí puedo apuntar lo siguiente que creo que aclarará la intención de acusar de neoescolasticismo a la Comisión Episcopal que ha estudiado el libro de Pagola.
En un principio, la teología luterana presentó oposición a lo que, podemos denominar, elevación metafísica escolástica. Esto lo que quiere decir es que, para Lutero, era más importante huir de las especulaciones atribuidas al escolasticismo y tratar de hacer que Cristo fuera recuperado, digamos, para la vida cotidiana, a través de una cristología donde la cruz era el elemento fundamental (la llamada “teología de la cruz”) Era, sobre todo, seguir el pensamiento de tal protestante que decía que, por ejemplo, “”A Dios sólo se le encuentra en su acción por mí“. Y esto frente a la denominada “teología de la gloria” a la que le imputaba el referido sentido especulativo (vamos, que no tocaba con los pies en la tierra; que era más teórica que otra cosa)
Pero aquí no hay rastro alguno del sentido de lo comunitario sino, más bien, de un subjetivismo en auge. Y es que la postura de Lutero era de tal jaez.
Pero, con el paso del tiempo, la Contrarreforma, intentó aunar lo que eran las dos teologías anteriormente citadas: la de la cruz y la de la gloria, superando, así, aquel escolasticismo al que se le pudo atribuir la característica de ser teórico y alejado del mundo.
Por tanto, lo que se quiere decir desde la Asociación de Teólogos Juan XXIII, más o menos y para aclararnos, es que la cristología de la CEE es, más bien, especulativa (igual que entendía Lutero que era) y que, en realidad, no concuerda con los tiempos que corren. Por eso dicen lo de la “teología actual”, como si el objeto de tal ciencia, Dios, hubiera cambiado algo y tuviera que adaptarse el mismo a los actuales aconteceres sociales o políticos.
3.- “La Nota de la Asociación de Teólogos Juan XXIII dice que “La Nota juzga y condena desde criterios dogmáticos rígidos una obra que se mueve en el terreno de la investigación histórica Por eso, no respeta la autonomía y la libertad del investigador, condición necesaria para un trabajo riguroso”
Esto lo que quiere decir es que la investigación histórica puede moverse como le dé la gana por la historia; hacer de su capa un sayo; en fin… llevar a cabo un análisis “alternativo” (al igual que los descarados manejadores del derecho hablan del derecho “alternativo” para hacer, simplemente, lo que les venga en gana) de lo que se estudia o, lo que es lo mismo, decir lo que más les convenga simulando certeza y objetividad.
Sin embargo, es más cierto que, en realidad, la investigación histórica sobre Jesucristo no es una investigación cualquiera, ni se pueden utilizar métodos sui generis para llevar a cabo tales estudios.
Por eso, cuando las “Consideraciones” dicen (en su punto 2.1) que “La Nota confunde erróneamente dos realidades diferentes cuando identifica ‘la ruptura entre investigación histórica sobre Jesús y la fe en Él’ con la ruptura entre el llamado ‘Jesús histórico’ y ‘el Cristo de la fe’” lo que le viene, de pronto, a uno, al pensamiento, es que, en verdad, se produce tal ruptura porque, en realidad, lo que se pretende es hacer ver que Jesucristo no era tan Dios como decía ser, porque da la impresión de que se puede estudiar históricamente a Jesús sin tener fe en él o, en todo caso, apartando la creencia en el Hijo de Dios (y Dios mismo) de lo que es el uso de un método científico para estudiar su realidad.
3.-Las “Consideraciones”, en relación al uso de libros apócrifos en el estudio de Pagola dice, que:
- En su punto 3.1 que “La Nota afirma que en la obra de Pagola “se citan con igual autoridad escritos canónicos y apócrifos” (n.6). Esto genera en su libro dos graves consecuencias: «la confusión sobre el valor histórico de las fuentes empleadas» y «la asunción acrítica del prejuicio liberal que considera la fe y su formulación dogmática (el dogma) como una adulteración del auténtico dato histórico». Es injusto que la Nota haga esta acusación al libro de Pagola ignorando totalmente la valoración que él mismo hace de los libros apócrifos (págs.486-487). Pagola se suma al juicio crítico de J. P. Meier que dice así: «No creo que el material rabínico, los agrapha, los evangelios apócrifos y los códices de Nag Hammadi (en particular, el evangelio de Tomás) nos ofrezcan información nueva y fiable ni dichos independientes del Nuevo Testamento (pág.487)”
-En su punto 3.2 que “Además, la Nota no examina la utilización que Pagola hace de los libros apócrifos a lo largo de su trabajo. Un examen riguroso del libro muestra que en su obra estos libros (presentados siempre explícitamente como «apócrifos») son utilizados, no para fundamentar hipótesis ajenas las tradiciones evangélicas sino para reafirmar lo señalado por los evangelios canónicos”
Y eso, para una persona que tiene un conocimiento de la teología limitado, lo que le parece es que, en realidad, se trata, en primer lugar de poner en la misma posición de validez a escritos canónicos y a escritos apócrifos (porque, siguiendo el mismo juicio de Meier que sigue Pagola, no ofrecen, los nuevos, nada nuevo de lo que, por lo tanto, hay que inferir que su rango, digamos, de valor, es el mismo) Pero, en segundo lugar, no se entiende, qué tipo de necesidad había de hacer uso de tales escritos si, en realidad, no servían para nada mejor ni para informar de nada nuevo ni para aportar una visión distinta de la contenida en los canónicos.
De todas formas es más que conocido que a los textos apócrifos también se les puede denominar “gnósticos” (Evangelios, por ejemplo, de Tomás, de los Egipcios, de la Verdad, de María Magdalena o de Felipe”) y también es más que sabido el sentido tergiversador de tales textos porque, en realidad, vienen a manifestar las creencias del Gnosticismo que es, como es conocido, un movimiento según el cual la salvación no está, digamos, al alcance de todos (realidad espiritual incontestable para el cristianismo) sino al alcance unos cuantos que forman una élite intelectual y espiritual.
Y es que a cualquiera que no entienda de teología de forma muy profunda le parece, todo esto, que no es más que querer introducir lo malo en lo bueno, lo no permisible en lo auténtico. Y, claro, en nuestra ignorancia, tal cosa no nos parece muy aceptable ni presentable.
Resumiendo: dice el dicho que “a quien buen árbol se arrima buena sombra le cobija”. El problema es si llega a caer un rayo en tal árbol y los cobijados se queman con él…
Y, para acabar, esto lo digo yo que no soy teólogo y que entiendo de estos temas lo que una persona algo informada puede entender: ¡Qué no dirán aquellos que, de verdad, tienen conocimientos de lo aquí dicho!
Pues eso, que todo está bastante claro… para desgracia de los pagolistas que son una legión pequeñita, casi de bolsillo teológico.
Y, además, que se entiende, perfectamente el llamado, asunto Pagola: que no hay asunto, que sólo se trata de lo mismo de siempre, pero ahora con altavoz (y bien merecido que se lo tiene él mismo y los que lo jalean)
Pero, claro, quien sea teólogo ya puede empezar a afearme la conducta porque las cosas cuanto más claras estén, mejor".
Y así se quedaron las cosas entonces y así están ahora porque, al parecer, la segunda versión del libro de Pagola tampoco ha sido, digamos, aceptada.
Y es que ha sido dejar, Monseñor Uriarte, su diócesis, y empezar a aclararse algún que otro tema.
!Será casualidad¡
19 comentarios
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EFG
Ciertamente, el daso del libro de Pagola es sintomático de la situación anómala por la que pasan muchas personas en el seno de la Iglesia católico. Aplicó aquello de sostenella y no enmendalla y si lo enmedó de poco sirvió.
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EFG
A mí también me gustaría que así fuese pero la persistencia del Mal es, eso, persistente.
Y porque para opinar sobre Benedicto XVI no remitía a artículos del periódico El Pais.
El daño ya está hecho, aunque retiren esos libros los "teólogos" seguirán pensando igual.
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EFG
Yo también estoy más que seguro que seguirá haciendo daño este libro y otros por el estilo. Espero, sin embargo, que, al menos, quede constancia de su poco apropiado contenido.
¡Cuánto le agradecería al autor del artículo que lo corrigiera!
Gracias
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EFG
Gracias.
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EFG
Pues, según lo visto, será lo mejor que haga.
Y ese obispo se jubila con grandes abrazos y agradecimientos de todos, como si fuese san Ambrosio.
Las cosas se entienden mucho mejor cuando se ve el puesto y el poder que pagola ocupa en su diócesis, poder y honores otorgados por el mismo obispo. Y todo acaba siendo un "tu me das cremita, yo te doy cremita" bastante repelente.
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EFG
Realmente es preocupante que el obispo Uriarte le haya dado el visto bueno, por así decirlo, al libro de Pagola. Ahora bien, aún es peor que no se haya oído voz alguna que le haya llamado la atención a Uriarte.
El hecho de que haya otro obispo -Mons. Demetrio Fernández- que haya manifestado que el Jesús de Pagola "no es el de la Iglesia" y que incluso "hará daño", sitúa el problema en unas magnitudes realmente escandalosas.
Creo que, pese a la retirada del libro, es inevitable que Roma actúe.
El problema es que ese personaje que Pagola llama "jesús" en su novela histórica, no tiene nada que ver con NSJC, El que está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso y se hizo hombre para redimirnos, y que vendrá por segunda vez para poner a sus enemigos a sus pies, y que al final de los Tiempos nos juzgará. Sin embargo Pagola esto no lo aclara, al contrario, fomenta la confusión, y por añadidura es sacerdote y su obispo le ha autorizado formalmente a efectuar la publicación de su obra, con lo cual se crea una confusión fenomenal.
Un verdadero teólogo católico (que escribe una obra histórica) tiene la obligación (si quiere seguir siendo teólogo católico) de anclar al Jesús histórico en el Cristo de la fe, porque ese es el presupuesto de nuestra fe. Si no fuese así, si ambos personajes no tuvieran nada en común, nuestra fe sería de una "vanidad y vaciedad insoportable". Y eso es lo que consigue Pagola, dejarnos con la sensación de que creemos en un Cristo inventado, manipulado, tergiversado, y -es lo peor- divinizado hasta la idolatría.
En esto estamos de acuerdo no?
1- No es un libro de teologia dogmatica Cristologica es :
A- Un compendio de los signos de creibilidad historica de la misma.
B- Signos de credibilidad que aunados a la fe demuestran que es verdad que el humano Jesus de Nazareth es Dios y hombre verdaeero y su Mensaje la Plenitud.
C- Compendio posible y necesario segun el Vaticano I y II.
2- IGNORAN? que el Jesus de la Historia es el Jesus de la Fe a la luz de la iluminacion del Espiritu Santo que suministra a la Iglesia los rayos X de la Cristologia Dogmatica.
Pagola lo que describe es:
1-Las ondas de una INMENSA PIEDRA LANZADA AL RIO: ONdas que evidencian el tamaño de la Piedsra: JESUS DIOS Y HOMBRE y su Mensaje Verdadero.
2- Pagola construye una maquina de rayos X que proyecta sobre el Jesus de la Historia para evidenciar al Cristo de la Fe
3- Pagola libera de ojarascas escolasticas las formulaciones teologicas del pasado para halloar su sustancia perenner y promover la evangelizacion.
4-No niega Verdad alguna de la Tradicion y definiciones Cristologicas sino que las expresa en la NUEVA EVANGELIZACION que solicitaba Juan Paulo II.
en la tierra.
el amor de jesus hacia todos, no se alcanza con tanto estudio,se logra
con practicarlo , en toda accion que tengamos con nuestro projimo.
jesus no sabia leer ni escribir, pero si amar a todos.
gracias, disculpen no soy estudioso ni preparado,pero la soberbia se manifiesta en discuitir y opinar lo estudiado no lo amado.
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EFG
Pues es raro que Jesucristo no supiera leer ni escribir porque, que se sepa y se puede leer en las Sagradas Escrituras, acudía a la Sinagoga a leer los Libros Sagrados y, que se sepa, en una ocasión escribió algo en el suelo mientras algunos querían lapidar a una mujer.
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