Eppur si muove - Iglesia católica y protestantización
Escribe el Padre Fernando Pascual, a la sazón Profesor de Filosofía en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum un artículo del que bien podemos sacar alguna que otra lección.
El título muestra, a lo mejor, cierto síntoma: “Católicos protestantizados” y lo ha publicado en “Espacio de Fe".
Nos muestra una especie de protestantización que, es posible, se esté produciendo en el seno de la Iglesia católica porque muchos católicos adaptan la doctrina de la misma a sus gustos personales y, en tal sentido, dividen la Esposa de Cristo en tantas partes como creyentes hay.
Es decir, se disocia el Magisterio y la Tradición a gusto de cada cual.
Pero también es posible que eso sea, sólo, el síntoma de algo peor y que consistiría en que el protestantismo se esté adueñando de parte de la Iglesia católica, de algunas formas de proceder, de algunas formas de hacer.
Dice el apóstol Juan en su Primera Epístola que “Salieron de entre nosotros porque no eran de los nuestros pero esto sucedió para que se manifestara que no todos son de los nuestros” (1 Juan 2,19)
Por tanto, la existencia misma de los protestantes demuestra, efectivamente, que dejaron de ser católicos para ser lo que, ahora, son.
A este respecto, quizá como explicación de la protestantización que sufre la Iglesia católica, cuando el periodista Vittorio Messori preguntara al entonces Card. Joseph Ratzinger (para su “Informe sobre la fe”) sobre el hecho de que, como es posible que el catolicismo (por ejemplo, teólogos y laicos) se sientan atraído por el protestantismo cuando, en realidad, tal cristianismo también sufre crisis similares a las del catolicismo.
Pues esto respondía el Cardenal: “Desde luego no es fácil explicarlo. Me viene a las mientes esta consideración. El protestantismo surgió en los comienzos de la Edad Moderna y, por lo mismo, está más ligado que el catolicismo a las ideas-fuerza que produjeron la edad moderna. Su configuración actual se debe en gran medida al contacto con las grandes corrientes filosóficas del siglo XIX. Su suerte y su fragilidad están en su apertura a la mentalidad contemporánea. No es extraño que teólogos, católicos, que no saben ya qué hacer con la teología tradicional, lleguen a opinar que hay en el protestantismo caminos adecuados y abiertos de antemano para una fusión de fe y modernidad”.
Por tanto, quizá el apego al mundo, a lo moderno ha de ser una de las causas que produce tal debilitamiento en la fe católica.
Pero, sin duda, hay más.
Por ejemplo, el hacer de la fe algo muy particular que no comulga con la comunidad en la que debe incardinarse. Así, de formar, como piedras vivas, la Iglesia católica, nos transformamos en pilares sueltos que no dan forma a la Esposa de Cristo sino que, al contrario, se separan de su dintel donde pone “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” y se interpreta como “yo soy mi camino, mi verdad y mi vida” en pura actuación egoísta, no común y menos, aún, comunitaria.
Algo, sin embargo, habría que traer a colación y que no procura, sin embargo, instalar al católico en un clima de vida espiritual protestante: la interioridad de la fe.
Ahora bien, no se entienda, esto, como evitar u obviar lo que de amparadora tiene la teología de la Iglesia católica y la causa de fe que proporcionan la Tradición y el Magisterio, como he dicho supra.
Y es que, en verdad, el silencio interior, que no individualismo protestante, debería ser más tenido en cuenta.
Pero, también, si bien sabemos que la moral católica no se puede destacar por ser adaptable a los tiempos que corren sino, al contrario, por mantener unas características que la definen que puedan, así, ser válidas a todos los tiempos, cuando la moral protestante (según lo dicho arriba, muy del mundo, de lo que cada cual pueda pensar, incluso, sobre la misma Sagrada Escritura) se adentra en la católica produce claros estragos.
Así, si el pensamiento cristiano acaba, por influjo protestante, estimando en poco lo que se llama “autoridad de la Iglesia” (donde tanta importancia tiene la Tradición y el Magisterio) debilita el sentido mismo de proceder y de comportarse del católico y, por extensión, de la Iglesia católica en su conjunto.
A este respecto… ¿Cuántas voces no se oyen en el seno de la Iglesia católica, contrarias a la autoridad de la Iglesia misma?
Bien sabemos que son muchas.
Y ya, por finalizar, otro aspecto que, hoy día, resulta crucial: la existencia misma de las Conferencias Episcopales nacionales.
Aunque pueda parecer algo contrario a la forma de actuar de la Iglesia católica, no es poco saber que da la impresión de que con las Conferencias Episcopales nacionales se produce, de facto, una ruptura de la unidad católica (y recientes ejemplos tenemos, por ejemplo, en las que lo son tanto de Alemania como de Austria) Por una parte, se produce una disminución cualitativa de la comunión de la Iglesia con la que fue de tiempos pasados.
Pero, por otra parte, es posible que exista una menor conciencia de que las Iglesias particulares (representada, por ejemplo, en España, por Conferencia Episcopal) están en comunión porque cada una de ellas, con el sentido de particular de su existencia (en cuanto entes jurídicos) pierden lo que de comunión hay en la unidad una y no separada que es lo que, al fin y al cabo, se produce.
Vemos, por tanto, que no pocos son los factores que están interactuando en el seno de la Iglesia católica con el fin, no confesado, de producir una protestantización que, cada vez, se hace más evidente.
Y, sin embargo, eppur si muove… por ahora.
8 comentarios
En el artículo original se abordan asuntos varios,y se citan diversos aspectos morales "relativizados", relacionados con la sexualidad y la vida,¿dónde se ha producido ese cultivo?,pues en los confesionarios,las clases de Religión y las conferencias.
La Iglesia no se "pro...",son los pastores quienes se "pro...",y los obispos mirando al cielo;los fieles bastante tenemos con lo que tenemos.
Ya lo ha dicho Mn. Cipriani sobre la floja mercancía que se "vende" en la Confirmación y el Matrimonio,pero ¿quién elabora la mercancía,el pueblo?,desde luego que no.
Pues es verdad que, seguramente, las personas comunes no tienen mucha culpa de lo que pasa.
Pero otras personas, no tan del común, sí la tienen.
El camino de la Iglesia no es el clericalismo...ni el confesionalismo...¡que Dios nos libre del confesionalismo!
Que Dios nos libre de una Iglesia cerrada en si misma sin escuchar al mundo libre al cual debe amar y no enfrentarse de ninguna manera.
El confesionalismo es un cadaver porque hasta el propio Concilio Vaticano II reconoce que LA IGLESIA DE CRISTO no es solo la Iglesia catolica latina.
No sé la razón en la que se apoya para decir que al Iglesia católica es una que lo es cerrada. Muy al contrario, está abierta al mundo.
Otra cosa, muy distintas, es que se quiera que sea mundana... y eso no es posible.
Gracias por el aviso pero gracias a Dios lo he leído para escribir el artículo de hoy.
Se titula: "Proceso de protestantización del Catolicismo".
Gracias, de nuevo.
http://www.arbil.org/101bojo.htm
Bendiciones :)
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