Argentina: un líder sectario a prisión por trata de personas, abusos sexuales y coacción
La organización pseudorreligiosa que el accionar de la Justicia Federal de Argentina logró desbaratar fue entendida por el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata como una “secta destructiva”, tal como relata Chaco Día por Día.
En una sentencia de más de 200 páginas, los jueces Roberto Falcone, Mario Portela y Alfredo Ruiz Paz condenaron el pasado 24 de diciembre –por unanimidad– a Isaías Nelson Hurtado a 24 años y medio de prisión, y a su ex pareja Patricia Soledad Padilla a 10 años por el delito de trata de personas cometido contra 20 personas –dos de ellas menores de edad– y reducción a la servidumbre. El falso apóstol fue condenado también por abuso sexual agravado cometido contra cuatro mujeres y coacción, porque estando detenido en el penal de Ezeiza amenazó a algunas de las víctimas.
Indemnizaciones y confiscación
En la sentencia, en línea con el pedido del Ministerio Público Fiscal –representado por el fiscal general Juan Manuel Pettigiani– y las querellas, se hizo lugar a la reparación del daño moral cometido, y se fijó en concepto de indemnización la suma de un millón y medio de pesos (unos 22.600 euros) para las víctimas del delito de abuso sexual, sumándoles 300.000 pesos (unos 4.500 euros) a cada una por ser víctimas también del delito de trata de personas. Para tres víctimas que así lo solicitaron durante el debate, se dispuso la suma de 500.000 pesos (unos 7.500 euros) en concepto de reparación por haber sido víctimas de trata.
Para cumplimentar con esta reparación, se dispuso que allí vaya el producido del decomiso del terreno donde funcionaba el templo, en O’Higgins 333, y de la venta también de tres vehículos y una moto, sumado el dinero que tenían los acusados en sus cuentas, y los elementos de una radio –que funcionaba como método de captación de la organización–, como cuatro CPU, 50 metros de cables y una torre-antena. Por otro lado, se declaró la nulidad de la cesión de un inmueble de una de las víctimas que había sido dispuesto a nombre de Padilla.