7.08.08

Campañas contra el Sida

Una de las cosas más curiosas en todo lo relacionado con el Sida es el ataque furibundo que la Iglesia Católica sufre constantemente cuando se opone a apoyar las campañas que promueven el uso de condones para evitar el contagio de la enfermedad. La Iglesia siempre ha propuesto la única solución realmente eficaz para impedir el avance del Sida: fidelidad y castidad. Es obvio que quien es fiel a su pareja y no va por ahí relacionándose sexualmente con todo el que se pone a tiro, no pillará el virus. Igual de obvio es que aquellos a los que la moral sexual católica les importa más bien poco, difícilmente harán caso de lo que la Iglesia diga sobre los preservativos. Por tanto, ¿a qué viene ese histerismo de los “pro-condoneros"?

No se puede negar que el uso del preservativo es una protección contra el Sida. Y no se puede negar que no es una protección total. Hace un par de años escribí al departamento técnico de una de las empresas más conocidas que viven de fabricar y vender preservativos. Les pregunté cuál era la tasa de eficacia de sus productos en situaciones de uso óptimo. O sea, ¿cuántas veces se rompe la gomita aunque se sigan a la perfección todas las instrucciones? La respuesta me sorprendió porque venía de quienes pueden ser muy optimistas: entre un 3 y un 5%. Es decir, de cada cien veces que se usa un condón, entre 3 y 5 se rompe. Supongo que la cifra real es mayor, porque en determinadas situaciones la ansiedad no ayuda precisamente a ponerse bien la gomita de marras. Pero concedamos pulpo como animal de compañía y aceptamos lo del 3-5%. Una persona que tiene abundantes relaciones de riesgo se encontrará antes o después con una situación real de posible contagio. Eso hay que decirlo. Todo aquel que va por la vida acostándose con personas que se dedican precisamente a acostarse con otras, está en claro peligro de enfermar de Sida y de otras enfermedades de transmisión sexual.

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6.08.08

Monseñor Pérez ha de aguantar el tirón

Todas mis fuentes me aseguran que el aterrizaje de Monseñor Francisco Pérez González en Navarra ha sorprendido gratamente a casi todo el mundo. Don Francisco es uno de esos obispos que no destaca por ser una lumbrera teológica y sí por ser muy cercano al pueblo. Y los navarros son gente a la que si quieres, te quieren. Ahora bien, no es el arzobispo un pastor que crea que su misión consiste solamente en besar a niños y abuelas. Consciente de que es bastante probable que esté ante su último destino eclesiástico, y con 15 años por delante, ha decidido dar un golpe de timón muy importante en el corazón de su diócesis: el seminario.

Todo obispo que se precie de ser un buen pastor sabe que el seminario es la joya de la corona de su diócesis. Del mismo saldrán bien, regular o mal formados los sacerdotes que habrán de dedicar toda su vida a la atención del pueblo de Dios. Los obispos pasan, los sacerdotes quedan. Y aunque de buenos seminarios pueden salir malos sacerdotes y de malos pueden salir buenos, lo normal es que si la calidad de un seminario está asegurada, el nivel del sacerdocio de la diócesis será alto.

Monseñor Pérez, sabedor de lo que acabo de decir, ha decidido que el seminario del que saldrán los futuros curas navarros pasará a depender de la Universidad de Navarra, que a su vez depende del Opus Dei. Es de suponer que tal decisión no agrada a los responsables de la Universidad Pontificia de Salamanca, pero de allí no cabe esperar ninguna carta de protesta o cosa parecida. Los que sí han escrito son un grupo de sacerdotes navarros, que parecen dispuestos a amargarle la existencia a don Francisco. Parecen horrorizados ante la posiblidad de que sus próximos compañeros de sacerdocio sea filo-opusianos. Y su horror se dispara aún más ante el placet del arzobispo a la llegada de un seminario Redemptoris Mater del Camino Neocatecumenal.

Tiene mucha gracia lo que dicen esos curas. Aseguran que tales medidas pueden crear conflictos. Pero resulta que los que están creando el conflicto son ellos.

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5.08.08

Las Olimpiadas arrodilladas ante la dictadura china

El País nos cuenta la conversación que el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, mantuvo ayer con un grupo de nuestros deportistas participantes en las próximas olimpiadas. El tal Blanco pudo decirlo más alto pero no más claro:

“Hemos preguntado a Jacques Rogge -presidente del Comité Olímpico Internacional- y nos ha contestado que la Carta Olímpica se cumplirá taxativamente; no se pueden hacer declaraciones de contenido político en la zona olímpica: ni en la Villa ni en las instalaciones. No se puede escribir en medios de comunicación. La consecuencia es la retirada de la acreditación y a casa. Ya somos todos mayores. Es el momento del deporte y de los deportistas. El de la política será otro. Os lo tenía que decir". Y vaya si se lo dijo. En Sidney 2000 o Atenas 2004 no hubo necesidad de recordar el punto 3 de la Norma 50: “No se permitirá ningún tipo de manifestación ni propaganda política, religiosa o racial en ningún emplazamiento, instalación u otro lugar que se considere parte de los emplazamientos olímpicos".

Bien, ahora resulta que reclamar los derechos humanos es una cuestión política. Yo pensaba que era una cuestión muy por encima de cualquier tipo de condicionante político, ya que los derechos de los hombres existen antes de que esos hombres sean políticos, se dediquen a la política o pasen absolutamente de cualquier movida política. Se entiende que un deportista no suba al cajón para recibir la medalla con un cartelito pidiendo el voto a Obama o McCain, a Zapatero o Rajoy, etc. Pero no estamos hablando de eso, no.

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2.08.08

Caso De Juana Chaos: Había un país en el que la justicia.....

Viendo salir a De Juana Chaos de la cárcel, tras haber pasado en la misma 22 años de su vida después de haber cometido 25 asesinatos, he recordado la parábola del juez inicuo:

Lucas 18,1-7
Les dijo una parábola para mostrar que es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer, diciendo:
Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había asimismo en aquella ciudad una viuda que vino a él diciendo: Hazme justicia contra mi adversario.
Por mucho tiempo no le hizo caso; pero luego se dijo para sí: Aunque, a la verdad, yo no tengo temor de Dios ni respeto a los hombres, mas, porque esta viuda me está cargando, le haré justicia, para que no acabe por molerme.
Dijo el Señor: Oíd lo que dice este juez inicuo. Y Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a El día y noche, aun cuando los haga esperar?

Desgraciadamente la justicia en España es tan perversa que el Señor no habría podido usarla ni tan siquiera como ejemplo de una justicia inicua pero justicia al fin y al cabo. No, la parábola debería haber sido tal que así:

Había en un país una justicia que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había asimismo en aquel país decenas de viudas y de huérfanos que iban al gobierno y los tribunales diciendo: Hacednos justicia contra nuestro adversario, el que ha matado a nuestros maridos y a nuestros padres.
Jamás les hicieron caso, y se decían para sí: A la verdad, no tenemos temor de Dios ni respeto a los hombres, y aunque estas víctimas tienen razón, la ley es la ley y dejaremos libre a los asesinos si así lo dispone el ordenamiento jurídico vigente que nosotros hemos acordado y prometido acatar.
Entonces dijo el Señor: Oíd lo que dicen esos jueces y gobernantes inicuos y necios. Pero no os preocupéis. Dios hará justicia a sus elegidos, que claman a El día y noche, aun cuando los haga esperar.

Como quiera que es imposible que en esta nación llamada España se haga justicia terrenal a las víctimas de esa sabandija llamada De Juana Chaos, a ellas sólo les queda esperar que se lleve a cabo la justicia divina. Por tanto, recemos y esperemos que sea Dios mismo el que lo haga prontamente de la forma y manera que Él disponga. No es necesario que ningún “iluminado” se tome la justicia por su mano. Entiendo que es una tentación muy apetecible, pero ¿qué tentación no lo es?

1Co 10,13
No os ha sobrevenido tentación que no fuera humana, y fiel es Dios, que no permitirá que seáis tentados sobre vuestras fuerzas, antes dispondrá con la tentación el éxito, dándoos el poder de resistirla.

Luis Fernando Pérez Bustamante

1.08.08

Esta sociedad merece ser aniquilada

Me importa un carajo que me llamen fundamentalista, loco o lo que sea. Pero una sociedad donde casi el 95% de los niños que vienen con síndrome de Down son asesinados antes de nacer, no merece sobrevivir. Y no tengo más que decir.

Mat 18,5
Mirad que no despreciéis a uno de esos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos.

Lev 20,4-5
Si el pueblo cerrase los ojos respecto de este hombre que ofreció a Moloc a uno de sus hijos, y no le diera muerte, yo me volveré contra él y contra su parentela, y le exterminaré de en medio de su pueblo y a cuantos como él se prostituyan ante Moloc.