Pobrecitas las madres que estrangulan a sus hijos recién nacidos
Me dan una pena, oye, que no sé como lo puedo soportar. Me refiero a las madres que estrangulan a sus bebés recién nacidos. Las pobres no tuvieron dinero para pagarse un aborto y claro, no les queda más remedio que optar por matar a sus hijos nada más nacer. Al fin y al cabo, tampoco hay mucha diferencia. Lo que importa es que la criatura, culpable de haber llegado a existir sin que nadie se lo pidiera, no moleste más a su mamita.
La sociedad debe de ayudar a esas mamás asesinas. Por eso hay que alabar la decisión de la jueza canadiense Justice Veit -no es broma el nombre… se llama así de verdad-, que ha decidido poner en la calle a una muchachuela que tuvo la ingeniosa idea de dar a luz en el baño de la casa de sus padres y, a continuación, poner sus manos sobre el cuello de su hijo, apretar hasta que dejó de respirar para luego tirarlo a la parte de atrás de la cerca de unos vecinos. De hecho, no es que le diera un arrebato repentino. Se demostró que la joven lo había planeado antes.