Un jesuita entre los "indignados" de Plaza Cataluña
La semana pasada en mi artículo comentaba la presencia del Sr. Arcadi Oliveres, presidente de la ONG católica "Justicia i Pau" (Justicia y Paz) arengando a las masas concentradas en la Plaza Cataluña. Los concentrados no se han cansado y siguen ocupando ese céntrico espacio público de la ciudad. Aún así la cosa va perdiendo fuelle, los medios de comunicación cada día dedican menos espacio a un hecho progresivamente más cansino. Algunos de los concentrados se plantean seriamente abandonar, y diversas encuestas en medios relativamente progresistas ponen en duda la eficacia de continuar este tipo de concentraciones.
A pesar de ello el viernes pasado fue el día más álgido de la concentración. Cuando todo parecía que iba para abajo después del chasco electoral para el progresismo del domingo anterior, el conseller de interior Felip Puig decidió dar protagonismo a los "indignados" y provocar miles de adhesiones externas. Con la excusa de que era necesario ponenr un poco de salubridad, envió a los cuerpos de limpieza, acompañados de los mossos d’esquadra para poner orden al destartalado campamento. Y ya se sabe, poner revolucionarios con ganas de "gresca" (con ganas de liarla) al lado de policias es sinónimo de follón. Y así fue. Un montón de heridos entre ellos una treintena de policias. El conseller aseguró que los mossos sólo cargaron cuando se sintieron agredidos, pero ya sabemos como funciona esto en estos casos ante la opinión pública: los malos son los policias y los buenos, indefensos y brutalmente agredidos son los "protestones" de turno.
Como ya comenté el día anterior entre los "indignados" hay una buena representación eclesial, del progresismo izquierdoso, entre ellos el jesuíta P. Llorenç Puig, importante representante del colectivo "Cristianismo y Justicia", que junto con "Justicia y Paz" de Arcadi Oliveres, han sido de los manifestantes más activos. "Cristianisme i justicia", dominado principalemnte por jesuítas "progres", está muy en la linea de la tan caducada Teología de la Liberación, pero que algunos jesuítas siguen defendiendo erre que erre. El mismo P. Llorenç Puig participó recientemente en el Foro Mundial de Teología y Liberación en la población africana de Dakar.
Pues bien, este jesuita, que se ve que no tiene demasiadas obligaciones apostólicas y que le va la marcha, se dedicó a explicar con todo detalle a través del twitter el desalojo policial, colaborando a difundir, con la ayuda de Llisterri y otros medios afines la idea de que la policia es malísima (cuanto añoran algunos los tiempos que corrían delante de los "grises"), y los concentrados unos inocentes pacifistas. Posturas como éstas, provocaron que miles de personas, de todos los sectores izquierdistas, anarquistas y anti-sistema acudieran a la Plaza Cataluña buscando maraña, por lo que la policía tuvo que deponer su actuación y esperar nuevas órdenes.
Ya sabemos lo que supuso la teología de la Liberación en tierras latinoamericanas, montones de jesuítas y otros religiosos "progres" empuñando armas en algunas de las revoluciones de aquellas tierras, sacerdotes que acabaron en las guerrillas, y muchos militantes en los partidos comunistas autóctonos, entre ellos los conocidísimos hermanos Rvdos. Ernesto y Fernado Cardenal, importantes representantes del Frente Sandinista que derrocó por las armas al gobierno nicaragüense de Anastasio Somoza, y que acabó siendo ministro de cultura del gobierno de Daniel Ortega, un gobierno comunista que abolió la democracia y la primera vez que convocó elecciones fue derrotado en las urnas. Es muy conocida la escena en que el Rvdo. Ernesto Cardenal (en camiseta blanca) es reprendido publicamente en el aeropuerto de Managua por el beato Juan Pablo II en 1983. Posteriormente el sacerdote desengañado de Daniel Ortega, buscó otras revoluciones en las que poder participar por ejemplo en Méjico en donde se le pudo ver con el subcomandante Marcos, máximo representante del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Y es que el que lleva en la sangre la revolución, necesita marcha. Su hermano Fernando, jesuita, tuvo que elegir entre continuar como religioso o como ministro de educación del sandinismo, ya sabemos cual fue su elección, aunque después los jesuitas, que son tan buenos y comprensivos, cuando se quedó sin cargo lo volvieron a readmitir en la Societas Iesu.
Es un poco lo que les pasa a estos jesuítas y otras religiosos similares que tenemos por aquí, que a falta de revoluciones (afortunadamente tenemos democracias modernas y avanzadas, por muchas deficiencias que tengan) se apuntan al carro de este tipo de movidas pseudorevolucionarias, como las concentraciones de Plaza Cataluña, las caceroladas contra lo que sea, o las manifestaciones que se organicen por cualquier motivo cuando el gobierno de turno es de derechas. Pero no verán que muevan un dedo contra el aborto o cuando la Iglesia es maltratada y humillada por gobiernos zapateriles.
Antoninus Pius