¡Son tan importantes las formas!
“Ojalá fuera tal tu compostura y tu conversación que todos pudieran decir al verte o al oírte hablar: éste lee la vida de Jesucristo” (San Josemaría Escrivá de Balaguer)
Dicen que «la elegancia espiritual es el conjunto de cualidades de la persona que rechaza naturalmente lo bajo y mezquino y cultiva lo noble y bello».
La elegancia abarca todos los comportamientos del ser humano. No sólo en la forma de hablar y de vestir, sino, y aquí está el meollo del artículo, en la forma de ser y de tratar a los demás. Es nuestro sello interior, nuestro estilo propio, que refleja en los demás, nuestras buenas maneras, nuestro trato considerado y gentil; y, sobretodo, el respeto y la valía que tienen para nosotros.
Por ello, en esta “era digital”, en la que muchos nos comunicamos virtualmente, necesitamos los buenos modales y la cortesía más que nunca para una relación más humana . Puesto que no contamos con la ventajas de poder utilizar los gestos, las miradas, el tono de la voz… que nos ayuden a saber interpretar los mensajes, dependemos de nuestro buen hacer, no sólo para entender lo que piensan nuestros lectores, sino, aun más importante, para entender lo que sienten.
A menudo, el debate abierto que podemos encontrar en la red nos ofrece una vía de participación donde poder expresar no sólo los problemas diarios, nuestras inquietudes, nuestras denuncias, sino, lo que es más excepcional, fomentar la amistad y el enriquecimiento cultural y personal.
Por ello es tan importante ponernos en la piel del otro, sin renunciar ni un ápice a defender con amabilidad y sin violencia verbal lo que sabemos con certeza de fe cristiana, para evitar “lanzarse a la yugular” de los que no piensan como nosotros.
El respeto, la delicadeza y la nobleza interior son básicos para la convivencia. Una convivencia basada en sentimientos tan importantes como el amor, la amistad, la felicidad, la tristeza, la decepción,…
¡Cuántas veces, una corrección, una palabra dicha en un momento inoportuno provoca en nosotros alejamiento o ansias de revancha! Y, al contrario, una palabra, una palabra amable, en el momento oportuno, nos puede cambiar la vida.
Ahora bien, ante el desafío que nos presentan los nuevos lenguajes virtuales, ofreciéndonos un instrumento maravilloso para que nuestros comentarios, consejos o afirmaciones conquisten los corazones de los lectores , uno a uno, como si se tratase de perlas únicas, deberemos trabajar el Señorío, con mayúscula, que los lectores buscan en nosotros.
Recuerdo que cuando era niña mi abuelo me decía que una persona, por muy inteligente que sea, si no sabe tratar a los que tiene alrededor, pierde toda su valía y su razón.
De manera que espero que no os importe que lance unas preguntas al aire a modo de reflexión:
¿Somos capaces de disculparnos y aceptar las disculpas de los demás, sabiendo que las criticas, las quejas, el rencor y la irritación no sirven para nada?
¿Pensamos alguna vez si nuestras palabras y maneras han podido ofender, humillar o decepcionar a algún “compañero virtual” con el propósito de intentar mejorar?
¿Contestamos con aspereza, aun sabiendo que han cometido una torpeza con mis palabras, o me llevo por el amor propio de creer que siempre tengo razón?
¿Soy consciente de que, como alguien dijo una vez “el perdón es la “marca de la casa", que atrae a mucha gente a conocer LA VERDAD”?
En fin, ya lo decía Santo Tomás: “Porque así como por los movimientos corporales se disciernen las disposiciones interiores de los cuerpos, así por las obras exteriores se conocen las costumbres interiores".
13 comentarios
Es cierto que a veces falta comprensión lectora o que nos expresamos mal pero es verdad que hay que subsanar esto.Se puede y se debe discrepar pero con la fuerza de la verda con argumentos y sin descalificaciones.
Tampoco me gusta mucho regalarnos con cosas que haga algún personaje mal o contrario a la Iglesia y venga a regalarnos con eso y a darle vueltas, creo que sobra con señalar donde está el error.
Tampoco me gusta hablar de la gente, creo que vale una crítica al libro en cuestión, Soy católica creo que la verdad nos hará libres pero inseparable de la caridad
Una gozada lo que has escrito, con todo me identifico, y años de Iglesia me llevan a darte la razón.
Un abrazo cordial.
Yo intento recomenzar cada día y saco ideas estupendas, y ánimos, de esta web para hacerlo con garbo!!!
Gracias a todas y a todos!!!
Enhorabuena por la elegancia que has mostrado al redactar este artículo. No todos, como por ejemplo un presente, lo consigue. Pero en el intento estamos.
¡Eso si!, si no hubiera el perdón... No podría caminar.
Un abrazo.
No es por corregirte,sino por, creo, completar, el perdon tien dos ingredientes : olvidar y RECONCILIAR.
Ana
Como ves he seguido tu recomendación.Un abrazo
gracias
Mucho me gusta la cita de San Josemaría que nos has recordado al comienzo del artículo; mucho la repito, en lo que escribo porque creo que es esencial para un cristiano.
¿Somos capaces de disculparnos y aceptar las disculpas de los demás, sabiendo que las criticas, las quejas, el rencor y la irritación no sirven para nada?
A veces es muy difícil cumplir aquello de "siempre que tengas que hacer algo, piensa lo que Dios querría que hicieras"
¿Pensamos alguna vez si nuestras palabras y maneras han podido ofender, humillar o decepcionar a algún “compañero virtual” con el propósito de intentar mejorar?
Las más de las veces aunque, a veces, resulta difícil.
¿Contestamos con aspereza, aun sabiendo que han cometido una torpeza con mis palabras, o me llevo por el amor propio de creer que siempre tengo razón?
En algunas ocasiones sí y sí.
¿Soy consciente de que, como alguien dijo una vez “el perdón es la “marca de la casa", que atrae a mucha gente a conocer LA VERDAD”?
Perdonar es ejemplo, más que nada, de ser cristiano pero como nadie ha podido decir nunca que ser cristiano sea fácil... por eso no siempre hacemos, hago, lo correcto.
En fin, que las preguntas están muy bien puestas aunque mis respuestas demuestren, una vez más, la clase de naturaleza que muchas veces mostramos los cristianos.
Realmente es necesario saber mantener la paz frente a las criticas sin sentido. Hoy en dia con la Tolerancia como valor vigente parece que todo vale y nada se puede llegar a creer. A mi juicio, un debate no vale nada, solo vale la coherencia de vida, tal como dices las maneras se guardan como reflejo del interior. Gracias por el articulo.
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