Comunidad (y II)
¿Qué podemos decir de esta comunidad a la que responde el hombre por naturaleza? Para encontrar unas notas características, buscaremos en el Santo Tomás comentador de Aristóteles y hallaremos lo siguiente:
- La comunidad está constituida por algún bien (1)
- La comunidad es un todo, que posee un orden (2)
- Hay dos comunidades notorias: la familia y la ciudad (3). (La ciudad se rige por dos regímenes: el real y el político; la familia por el despótico y el económico(4)).
- La comunidad es dónde el hombre «tiene un conocimiento natural de lo necesario para su vida de modo que, valiéndose de los principios naturales a través de la razón llega al conocimiento de cada una de las cosas necesarias para la vida humana. No es, por tanto, posible que un solo hombre llegue a conocer todas estas cosas a través de su razón. Luego el hombre necesita vivir en sociedad, ayudarse uno a otro, de manera que casa uno investigue una cosa por medio de la razón, uno la medicina, uno esto, otro aquello»
- Es propio de la comunidad que sea gobernada para que cuide del bien común de la misma. (6)
- Son comunidades la familia, el vecindario y, la más perfecta, la ciudad. (7)
Santo Tomás, comentando a Aristóteles, escribirá que hay dos tipos de relaciones que articulan cualquier comunidad y se basa en la relación existente entre dos personas: la constituida por el hombre y la mujer y entre el amo y el siervo. Ambas relaciones están fundadas en la naturaleza y se basan en la generación (hombre – mujer) y la preservación (amo – siervo). La comunidad entre hombre y mujer no es por elección sino por lo que tienen en común con el resto de seres corruptibles: la generación (8), esto es responde al apetito natural de conservación de la especie. La segunda relación, como hemos dicho, también hunde sus raíces en la naturaleza porque hay que preservar lo generado, conseguir lo que es beneficioso y evitar lo perjudicial.
Tenemos pues los siguientes tipos de comunidades:
- La que se establece entre dos personas, explicada anteriormente: hombre y mujer, amo y siervo.
- La familia: la comunidad doméstica se compone del varón y la mujer (generación) y el siervo (preservación). Esta se denomina primera casa porque hay una segunda, generada por la primera que es la comunidad constituida entre el padre y el hijo. Estas dos comunidades son primarias (9). En esta comunidad doméstica entran los animales, como podría ser el buey, el cual puede hacer las funciones del siervo. Es llamativo esta participación del animal en la comunidad doméstica, quizás por querer reproducir la gradación del ser en la misma. Esta comunidad se establece para la vida cotidiana. Los miembros interactúan ayudándose entre sí, compartiendo el mismo alimento, la misma mesa – de ahí que, siguiendo la cita del Estagirita del tal Carondas, que llama a esta comunidad homostitios – y homocapnos – compartiendo el mismo huego (Epiménides) -.
- El vecindario: es la formada por varias comunidades domésticas. Su formación también es natural y se instituye para los actos no diarios. Esta comunidad es natural por la misma propagación de la especie. Además, el lenguaje también lo muestra cuando se extiende el nombre de hermano a los vecinos.
- La comunidad propiamente dicha: la ciudad. Las anteriores organizaciones se ordenan a esta. La ciudad se compone por la agregación de muchos vecindarios. La ciudad es la comunidad perfecta porque en ella se encuentra todo lo necesario para la vida humana. La ciudad, en cuanto todo, es naturalmente primera, aunque sus partes sean anteriores genéticamente (10). Además, la ciudad está en la misma relación con el hombre, que las partes del hombre con éste. Sin la ciudad, el hombre no puede bastarse a sí mismo. Santo Tomás concibe la ciudad como autosuficiente en sí misma. El concibe una ciudad autárquica.
Por tanto, estamos ante un proceso constructivo en el que la comunidad parte de la familia hasta la ciudad, siendo esta última la causa final de la misma.
El hombre tiende naturalmente a la comunidad de la ciudad. Igual que con la virtud pero a diferencia de estas que se adquieren con el hábito, la ciudad procede del obrar humano. La ciudad se instituye para el bien de los hombres, para que puedan ejercitar la justicia y las virtudes. (11)
Así pues, la importancia de la comunidad en Santo Tomás de Aquino es primordial. Como hemos dicho está constituida para un bien y posee un orden. Es el lugar donde el hombre aprende, naturalmente, a adquirir lo necesario para la vida humana, esto es importantísimo ya que subraya la dimensión social del ser humano, no asociativa, haciendo nuestra la distinción de Tonnies, sino comunitaria. Porque lo comunitario exige algo más que la mera asociación, que está sujeta a un contrato y se puede disolver por la voluntad de sus miembros. La comunidad implica unos lazos de pertenencia muchos más fuertes.
Si la relación entre los miembros de la comunidad podríamos denominarlas fácilmente como horizontales, existe otra relación vertical, que es la del gobernante respecto a los gobernados: se trata del gobierno de la comunidad para el bien común. En este punto hay que hacer una advertencia y es que el bien común no implica sólo una relación vertical o jerárquica sino que también implica a los miembros de la comunidad en cuanto están vinculados entre sí.
Si aplicamos estas tesis y vemos que la ciudad es la perfección de la comunidad, la unión entre hombre y mujer sería la primera comunidad, la semilla del árbol. Por tanto, si la semilla está mala, el árbol será defectuoso, de la misma manera, si en la semilla de la que surge la comunidad, se permite su separación – el divorcio -, la comunidad estará rota. Y esto es lo que estamos viviendo.
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(1) Santo Tomás, Sententia Politic., lib. 1 l. 1 n. 2.
(2) Santo Tomás, Sententia Politic., lib. 1 l. 1 n. 3
(3) Santo Tomás, Sententia Politic., lib. 1 l. 1 n. 5
(4) Real: cuando el gobernante tiene toda la potestad; político, cuando el poder está restringido por las leyes; despótico, es el poder que ejerce el amo sobre el/los siervo/s; ecónomo, sería la administración de las cosas domésticas (siervos y libres).
(5) Santo Tomás, De regno, lib. 1 cap. 1
(6) Santo Tomás de Aquino, De regno, lib. 1 cap. 1
(7) Santo Tomás de Aquino, Sententia Politic., lib. 1 l. 1 n. 3
(8) Santo Tomás de Aquino, Sententia Politic., lib. 1 l. 1 n. 10
(9) Santo Tomás de Aquino, Sententia Politic., lib. 1 l. 1 n. 17
(10) Santo Tomás de Aquino , Sententia Politic., pr. 7
(11) Santo Tomás de Aquino , Sententia Politic., pr. 8
4 comentarios
2. Pues, el ser humano es un animal racional.
3. Si la sociedad de una comunidad es entendida como una masa o clase que debe ser dirigida en sus relaciones interpersonales por un gobernante hacia el bien común, es irracional la relación obligada, es marxismo, es camino de servidumbre, de pérdida de libertad, de pérdida de cooperación social y caridad cristiana.
4. Pues, la cabeza imperfecta e irracional del gobernante provoca la imposibilidad del cálculo de precios en cualquier sociedad de una comunidad socialista.
5. Por ej. Si en un matrimonio, mínima comunidad posible, su sociedad es regulada, Socialismo, desde fuera por un extraño, el gobernante, que no sabe nada de sus relaciones interpersonales, terminará en la ruina material y miseria moral.
6. Porque se les ha privado y coaccionado en su virtud libre y personal de la justicia hacia el bien común, que solo les corresponde a ellos en la crianza de sus hijos y del hogar, desde la cooperación social y caritativa.
7. Por tanto, el gobernante debe estar limitado al bien moral por la justicia general, la justicia conmutativa y la justicia distributiva para que se de el bien común en la sociedad de relaciones interpersonales voluntarias y libres en cualquier comunidad. Pues, el gobernante no hace perfecto el matrimonio, ni el vecindario, ni la ciudad, sino Cristo Rey: la sociedad perfecta de una comunidad pasa por el matrimonio sagrado en la Ciudad de Dios.
Yo prefiero decir: el ser humano es un espíritu encarnado.
El anarcocapitalismo lleva el individualismo al extremo de deshumanizar a la persona y acabar con todo rastro de empatía.
Con todos sus defectos y crímenes los regímenes comunistas eran menos letales para la civilización cristiana que la ideología del capitalismo salvaje, porque aunque fueran oficialmente ateas pero las sociedades comunistas reconocían la realidad de la existencia del ser humano como ser social y de ahí el socialismo.
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