Monseñor Munilla y la paz eclesial
Participante invitado: Higinio Fernández, licenciado en Teología Pastoral Buenista por la Universidad Koinonía de Teología a Distancia y profesor en el Instituto de Ciencias Sociorreligiosas de Parla (Madrid). Está casado y mantiene el blog Todos somos hijos de Dios en Multirreligión Digital.
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Como teólogo y católico, estoy preocupado. He leído un artículo del director de Multirreligión Digital sobre Munilla, el obispo de San Sebastián, que me ha entristecido. Siento mucho todos los problemas que este obispo, nombrado a dedo, está causando en el País Vasco. Tengo mucho cariño por Euzkadi, porque allí estudié un curso sobre pastoral vocacional sencillamente maravilloso. Hay que reconocer que los teólogos de aquella zona son, ahora mismo, los mayores expertos que hay en ese tema. Hice muchos amigos allí y hasta me pusieron un apodo cariñoso, el “maquito”, que quiere decir el majete.
No me gusta hablar mal de nadie, pero Munilla no se está portando bien en San Sebastián. Creo que está muy claro. Ya lo dijo Jesús: “Dichosos vosotros cuando todo el mundo hable bien de vosotros, porque así hacían vuestros padres con los profetas”. ¿Habla todo el mundo bien de Munilla? Claramente no. El director de Multirreligión Digital, que es un hombre profundamente eclesial, no habla bien de él. Para mí eso basta.
Los cristianos siempre debemos seguir el estilo de Jesús, pero del Jesús histórico, como enseña Pagola, no el de los añadidos posteriores de la Iglesia. En esto, el ejemplo de Jesús es muy claro. ¿Alguien se imagina a Jesús creando división? ¿Él, que aceptaba a todo el mundo y que todo le parecía bien siempre que uno fuera sincero consigo mismo? ¿Él, que murió víctima de las tensiones político-ideológicas entre el imperialismo romano y el conservadurismo religioso judío? ¿Él, que nos dio la parábola del Hijo Pródigo o, como yo la llamo, del Padre que se da cuenta de que no tiene nada que perdonar?
Para Jesús, el gran pecado, el único pecado en realidad, era el fariseísmo. Es decir, el creer que uno tiene la verdad y que otros están equivocados. Y eso es lo que está haciendo Munilla, cambiando la línea pastoral de la diócesis. ¿Cómo se atreve a pensar que él, por el hecho de ser obispo, puede tomar decisiones en la diócesis con las que no están de acuerdo los sacerdotes, que son los que están en contacto con el pueblo? Con el verdadero pueblo, claro, y no con esas asociaciones fundamentalistas de las que se rodea Munilla, sólo por el hecho de que tienen una fe “ortodoxa”, intentan vivir la moral de la Iglesia, ilusionan a los jóvenes (ultraconservadores) y son germen de vocaciones.
Obispo significa en latín “servidor” y Munilla debería enterarse de una vez de que su misión es servir a todos, sin distinción entre unos grupos y otros, entre creyentes y no creyentes, entre la doctrina católica y las ideas de cada uno, entre sinceros independentistas e intransigentes españolistas, entre los presos por terrorismo y las víctimas de atentados, entre curas dedicados al espiritualismo y curas modernos metidos en política. Porque, en realidad, todos somos iguales ante Dios y nuestras opiniones valen lo mismo. Es como la parábola del evangelio en la que se habla de la red que se echó al mar y capturó muchas criaturas diferentes (ya sé que es un lenguaje poco ecológico, pero eran otros tiempos, menos avanzados). Entonces, hubo unos pescadores malvados que querían tirar lo que no valía y quedarse sólo con lo que valía, pero un pescador más sabio les dijo que no tiraran nada, porque todo valía para algo y no había que despreciar nada. Con otras palabras, es lo que dice el evangelio de San Juan: “la luz vino a las tinieblas y las tinieblas la recibieron y no había distinción entre la luz y las tinieblas”.
En cambio, este obispo, ajeno a la realidad cultural y sociopolítica del País Vasco, se cree que puede imponer unas formas de conducta que vienen de fuera, como un dictador, en lugar de dejar que sean los verdaderos vascos los que digan lo que hay que hacer. Los que somos belarrimotz, es decir, amigos extranjeros, no podemos opinar sobre cómo hay que ser cristianos en Euzkadi. Cuius regio, eius religio, como decimos los teólogos. Eso es lo que debería hacer Munilla: ceder en todo a las presiones de los curas más comprometidos política y socialmente. Así se conseguirá la paz eclesial en San Sebastián, como un ejemplo del camino para la paz política.
Jesús lo dijo con palabras muy claritas: “No he venido a traer la espada, sino la paz”. En cambio, Munilla habla de la verdad, de la fe y de la Iglesia en lugar de hablar únicamente de paz. ¿Qué pensaría el propio San Sebastián de un obispo tan poco pacífico, casi un soldado? Este santo, que fue un defensor del pacifismo, del diálogo interreligioso y de la importancia de relativizar las propias ideas para conseguir el consenso, estaría hoy del lado de los curas que protestan contra Munilla. Y yo también lo estoy.
56 comentarios
Aunque claro, es posible que entonces le surgiera un Germinans germinolari. Es lo que tienen los carcas.
¡Qué de sandeces juntas! ¡Qué adulonería hacia nacionalismos cortos de vista, faltos totalmente de una visión católica!
Munilla es vasco "Y" católico, obispo en obediencia al Papa y no a los caprichos localistas.
Y...la semblanza de un "Jesús político", ya tan trasnochada, es selectiva y fruto de hermenéuticas sesgadas, que no tienen en cuenta la totalidad de la revelación. Y...aún lo que usa como argumento a favor de una mirada tan particularista, es interpretado de manera tendenciosa.
Jesús vino a traer la paz, como cantaron los ángeles en su nacimiento. Pero no a cualquier precio. El expresó claramente que no quería seguidores sea como sea. También, cuando muchos de sus discípulos se separaban de él, preguntpo a los que quedaban: "¿Queréis iros también vosotros?" (Jn 6, 67)Habló también alguna vez de que, por su causa,se enfrentaría "el hijo con su padre o su madre, la hija con su madre, la nuera con su suegra y así el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa" (Mt 10,35).
Si miran la categoría del post, verán que es "Humor". Y en cuanto se fijen un poquito en las frases evangélicas citadas (por ejemplo), descubrirán por qué.
Higinio Fernández, personaje inexistente a fuer de imaginario, ya nos deleitó con otro texto hace tiempo:
http://infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/1011091011-sabor-agridulce-de-la-visita
Y, para que conste, por si sigue habiendo dudas: creo que Monseñor Munilla está haciendo una estupenda labor en Guipúzcoa, en condiciones muy difíciles. Dios se lo premiará.
Hay varios niveles de sentido.
Consultar, por ejemplo, la parte etimológica en:
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?TIPO_HTML=2&TIPO_BUS=3&LEMA=maqueto
Sí, ésa es la idea.
Yo creo que así se puede mostrar que no importa lo ridículos que sean los argumentos, nos resultan algo habitual, porque estamos acostumbrados a que haya gente que defienda esas cosas. Es decir, se muestra que el rey está desnudo detrás de la palabrería.
Voy a pedirle a Bruno que lo cambie.
No lo dicen tan claramente (siempre) pero así lo piensan. Higinio ha hecho un magnífico resumen de esa mentalidad. Tan lejos de la verdad y del evangelio como la galaxia de Andrómeda de nosotros.
Bruno, Bruno, no digas tan claras las cosas...
Saludos.
Claro, es que estamos hablando de Higinio. A ti te llamarían adimendun.
Por otra parte, no garantizo que Higinio se haya enterado muy bien. Es más, casi me atrevo a decir lo contrario, vista la traducción que da del término.
Higinio Fernández, licenciado en Teología Pastoral Buenista por la Universidad Koinonía de Teología a Distancia y profesor en el Instituto de Ciencias Sociorreligiosas de Parla (Madrid).
.... es claramente irónico.
Porque ¿quién, sino madrileños o españoles, conoce barrios o localidades de dicha ciudad?
Además...¿no es la más triste y cruda "realidad" que sedicentes "teólogos" proponen con total aplomo, burradas por el estilo?
Perdón, pues, por haber confundido el "género literario". Pero...comprenderán no menos que, para gente que no camina diariamente por la "Gran Vía" o cerca de "La Cibeles", fácil es la confusión.
Sí, el humor en Internet es complicado.
Siempre pongo "pistas", pero a veces no es fácil descubrirlas. Y, sobre todo, lo más importante es que las burradas que dicen muchos "teólogos" son comparables, si no es que superan las del post.
Saludos.
... Y con un toque de humor que desintoxica.
(Bastaría con leerlo en negativo para ir repasando la recta doctrina: una especie de apologética desde la ironía).
http://www.foroapologeticacatolica.org/viewtopic.php?f=16&t=207
Mi atención fue capturada por dos puntos: La acusación de que el obispo Munilla hace distinciones entre los feligreses de su diocesis y la citación al principio "luteranista" cuius regio, eius religio.
En el primer caso, la acusación es anedoctica cuando se la dirige a un obispo de San Sebastián, sucesor de aquel que preguntó a Maria San Gil "Dónde está escrito que hay que querer a todos los hijos por igual?".
Cuanto al otro asunto, si recuerdo bien, este principio fue utilizado por Lutero y sus aliados para forzar la población católica a adoptar la religión protestante de los principes convertidos por él. Mucho me extraña que el Sr. Fernandez intente utilizarla para "forzar" la conversión del obispo Munilla a la religión profesada pelos nacionalistas, que se parece pero no debe confundirse con el catolicismo.
Esto, en cambio, depuesto por el delfín del director de Multirreligión Digital en Público, esa bazofia de panfleto -se ve que su mentor no le paga lo suficiente, que tiene que buscar habichuelas entre los enemigos de la Iglesia-, no tiene ni puñetera gracia:
http://www.publico.es/espana/386221/los-ultracatolicos-pugnan-por-acaparar-la-visita-del-papa
Sólo hay que ver los comentarios que genera entre los consumidores de tal basurilla.
Un abrazo.
Ese señor Fernández al que se refiere, no existe. El texto del post no es más que una parodia de las posturas progre-eclesiásticas. Lea lo que pone al principio y verá que no puede haber ninguna licenciatura de teología pastoral buenista.
Saludos.
"Me parece lamentable que publiquéis este artículo en Infocatólica, a pesar de que sea irónico"
¿Por qué exactamente le parece lamentable? Es que, así sin más, la mera opinión de "alguien" sin ningún tipo de razones no parece un argumento de mucho peso.
Saludos
Sí, por eso no sólo hay que responder a ese tipo de argumentos, también hay que ridiculizarlos, para que se vea que no son cosas serias.
Sí, lo había leído. El artículo es pura basura, pero los comentarios de la gente son muy interesantes. El nivel de sectarismo, irracionalidad y dogmatismo es espectacular.
Bien encontrados esos dos puntos. Hay muchos más que muestran lo absurdo de este tipo de argumentaciones.
Me encantó el comentario que hiciste cuando apareció por primera vez Higinio:
"Como táctica lo de este hombre es muy inteligente, no un par de falsedades o demagogias, que va, un chorro eterno de ellas de tal forma que se le quitan las ganas a cualquiera de ponerse una a una a desmontarlas."
Todavía me río a carcajadas cuando lo leo. Es buenísimo y se puede decir exactamente lo mismo de muchos otros, como Arregui, Masiá, Tamayo, Pikaza y un larguísimo etcétera.
Leí rapidamente la introducción y no noté la licenciatura en "teologia pastoral buenista".
De cualquier modo, la argumentación es similar a la utilizada por Pagola y sus secuaces. Es posible perceber los errores de esa gente en el texto.
En los comentarios, Higinio parece tener vida propia y no me necesita a mí para transmitir sus opiniones. Creo que sólo he escrito tres comentarios firmados por él, uno hoy y otros dos en el artículo sobre la venida del Papa.
Saludos.
sabiendo quien lo escribía!.En un momento pensé que era una broma.Tuve que recurrir a los comentarios, para tratar de entender esa postura.Perdón, soy nueva en esto, y felicito a Bruno porque maneja muy bien la ironía . Bendiciones!
Los "vascos puros" (euskaldunes y nacionalistas) presumen de tener unas inmensas orejas, lo que es absurdo pues si algo caracteriza al vasco puro-nacionalista es que no sabe escuchar. Con su cantinela nacionalista le basta.
Creo que no hay que ser muy ciego -o muy fanatizado por el nacionalismo que ha podrido la vida religiosa guipuzcoana- para darse cuenta de que es necesario un nuevo rumbo en la diócesis. Mons. Munilla lo está dando y eso es admirable.
En realidad Bruno sufre una patología de esas de desdoblamiento de personalidad, un subproducto particular. Pero como no hace daño su señora le ha dicho que no se opere, que es divertido para sus hijos. :-)
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