Carta de tres obispos eméritos con errores
Cuando visito una residencia de ancianos aprovecho para hablar con ellos de sus experiencias vitales. Son libros abiertos donde se leen y conocen unas lecciones realmente positivas.
Con los curas mayores hago desde pequeño lo mismo: a lo largo de mi vida le debo mucho a los sacerdotes con larga experiencia vital y pastoral.
Claro, siempre he cogido el grano y he abandonado la paja inútil.
Ahora, tres obispos brasileños jubilados, han escrito una carta a sus hermanos en el episcopado de la tierra visitada por el Papa con motivo de la reciente JMJ de Río.
Tras la lectura, he encontrado más paja que grano. Veamos.
1.- Publican la misiva en el portal Reflexión y Liberación, gran bazar de ofertas sobre la teología de la liberación.
2.- Tanto la introducción como el primer apartado me parece que están en una sencilla y sensata forma de expresión teológica y coloquial dentro de la enseñanza del Concilio Vaticano II.
3.- En el segundo punto de la carta aparecen diversas afirmaciones con las que disiento:
Colocan una entrada histórica falsa cuando afirman:
“La organización del papado como estructura monárquica centralizada fue instituida a partir del pontificado de Gregorio VII, en 1078. Durante el 1º milenio del Cristianismo, el primado del obispo de Roma estaba organizado de forma más colegial y la Iglesia toda era más sinodal.”
¿Ignoran la función del Papado con San León Magno el salvador de Roma ante Atila?. ¿Desconocen la unión del Papado con el imperio de Carlomagno en la Navidad del año 800?. ¿Olvidan el nacimiento del Patrimonium Petri fuente del Estado Pontificio?.
Todo siempre antes de la reforma de Gregorio VII, que fue tan necesaria como urgente para el devenir de la propia Iglesia Católica.
4.-Sin citar a Juan Pablo II, achacan al Código de Derecho Canónico de 1983, como el reductor de una sinodalidad horizontalista y democrática que no aparece por ninguna parte dentro del Concilio Vaticano II.
Las Conferencias Episcopales no son iglesias nacionales ni nacionalistas, aunque en algún lugar las deseen tomar en esos términos de interés pro independencia.
5.- En el punto tercero, los obispos firmantes desbarran, según podemos leer:
“….superar de una vez por todas la tentación de Cristiandad, vivir dentro de una Iglesia plural y pobre, de opción por los pobres, una eclesiología de participación, de liberación, de diaconía, de profecía, de martirio… Una Iglesia explícitamente ecuménica, de fe y política, de integración de Nuestra América, reivindicando los plenos derechos de la mujer, superando al respecto las cerrazones provenientes de una eclesiología equivocada.”
¿Huele esto a nacionalismo religioso continental, o a indigenismo populista?
Lo apuntan más claramente ahora:
“En nuestros países, es preciso tener la libertad de des-occidentalizar el lenguaje de la fe y de la liturgia latina, no para crear una Iglesia diferente, sino para enriquecer la catolicidad eclesial.”
Y lo vuelven a machacar:
“Finalmente, está en juego nuestro diálogo con el mundo. Está en cuestión cuál es la imagen de Dios que damos al mundo y de la cual damos testimonio por nuestro modo de ser, por el lenguaje de nuestras celebraciones y por la forma que toma nuestra pastoral. Ese punto es el que más nos debe preocupar y exigir nuestra atención.”
Conclusión
Creo que la carta de los tres obispos está envuelta en un papel aparentemente bonito, pero alberga una carga de profundidad directa contra la Iglesia Católica a la que dicen amar y servir.
La eclesiología de estos pastores eméritos está oxidada. Es la propia de la teología de la liberación, una línea de pensamiento que no engancha con la propia enseñanza del Papa Francisco en sus discursos a los obispos durante su estancia en Brasil.
La carta está firmada por estos obispos eméritos:
Dom José Maria Pires, arzobispo emérito de Paraíba
Dom Tomás Balduino, obispo emérito de Goiás
Dom Pedro Casaldáliga, obispo emérito de São Félix do Araguaia
Fuente
La carta completa la pueden encontrar haciendo clic aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
9 comentarios
Supongo que el poner a San Mateo, Zaqueo, Marta, María, Lazaro, José de Arimatea y Nicodemo como amigos de Cristo es un error de los evangelios ¿verdad? porque ninguno de éstos era precisamente pobre.
Es más, si no me equivoco, los apóstoles pescadores (Pedro, Andrés, Santiago, Juan) no eran asalariados, sino dueños de sus propias barcas (malvados empresarios por tanto)
Dar de comer al hambriento es una obra de caridad necesaria, pero el mandato principal para los apóstoles es otro:
"Id Por Todo El Mundo Y Predicad El Evangelio" . No les dijo Jesús: Primero darles panes y peces y luego, saciados, les predicais el evangelio.
Así le va a America latina, de tanto no predicar el evangelio verdadero y tanta "liberación" las almas se han esclavizado atándose a las multiples "iglesias evangélicas" cada día más florecientes.
Qué excusa pondrán al Señor en el día del Juicio: Te abandonaron, pero les llenamos el estómago.
En fin,más penoso que otra cosa.
Un abrazo,don Tomás.
Saludos cordiales.
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