Berlusconi comprará la cadena Ser

Jajaja.

Sería como para morirse de risa que pasara lo que dices.Yo es que me iba a estar riendo un buen rato. Primero la Cuatro (engendro donde los haya); ahora, la SER.


Y si acaso compra a tal guarida de demonios... luego que la cierre a cal y canto y tire la llave, como poco, en el Índico.

Gracias Tomás por alegrarme esta noche.

Unas precisiones, una semántica y otras.

"El imperio polanquista" es Prisa, y lo que cae es la obra creada bajo el principio polanquista (la unión exitosa de periodismo y política), cae lo prisaico por diversos factores. Aparte de la crisis propia del periodismo en general, está la aparición de Internet, el imperio de la telebasura y la retirada del apoyo económico socialista, un apoyo que debe ser ciego e ilimitado, algo parecido a lo que pasa con el cine suvencionado. Sin esas condiciones prácticas es muy difícil mantener la realización práctica del polanquismo: la obra prisaica y eso es lo que cae. Está unida a un momento de crisis y ahora el periodismo de alto nivel se busca otros modelos. Pero el imperio polanquista como imperio de las ideas polanquistas no cae porque el polanquismo se ha convertido en la función del periodismo. Polanco, con sus principios y su obra mediática, ha puesto al descubierto la realidad del periodismo. El periodismo ya no puede resistirse a ser polanquista. Polanco, como aquel otro, alcanzó sus últimos objetivos medáticos y hay que reconocerlo: la guerra ha terminado, la ganaron las tropas polanquistas, su periodismo, y el polanquismo gobierna. Hay muchos que no reconocen al otro, ni reconocen que ganó la guerra ni que gobernó cuarenta años de dictadura, pero lo hizo. Es desagradable admitir el enorme triunfo del polanquismo que está por encima de sus obras pero, si no lo hacemos, quedamos condenados a montar películas falsas sobre el periodismo, falsas como las que hace el cine suvencionado sobre la guerra civil, la guerra que no ha terminado, y la dictadura franquista.

Otras precisiones: el bloguero, en su amor interno al periodismo como arma, como idea o como forma de vida y pensamiento, tal vez como santificación de la palabra, se dedica a alterar pequellas expresiones muy conocidas y muchas populares y nos da una versión del día. Suele ser una versión actualizada, sin gracia ninguna pero que eso es escribir periodismo, un "nuevo lenguaje". Alguien podría decir que son giros gienenses, dialectalismos de la tierra, pero no lo son. Son pústulas de periodismo que tratan de recrear clichés periodísticos. Por ejemplo: "sea lo que ocurra" que es "ocurra lo que ocurra", ¿qué motivo hay para cambiar esta expresión?, nada, hacer periodismo. El otro día el bloguero escribía "patas" donde debería poner "pilares", incluso hablaba de un edificio que tiene pilares y si le quitas uno se derrumba, en cambio es normal que estén separadas las patas, a ver qué animal las tiene juntas. El bloguero ama estas pequeñas alteraciones, las hace por docenas a lo largo de sus blogadas y ni se me ocurre pedir que cambie su estilo, el periodismo es incorregible y allá él y sus arrastrados servidores periodistas y otros parásitos. Junto a "sea lo que ocurra" nos sale "cuando el río suena, piedras arrastra", la expresión corriente es otra e indica que la vida y el rumor van juntos. El río arrastra muchas cosas, árboles, cadáveres, piedras y de todo pero sólo hay río cuando suena y si no suena no hay río y no suena porque arrastre nada sino porque está vivo. El periodismo, en cambio, arrastra mucho más que los ríos, como material de información humanizada, pero cada vez suena menos y a ver si un día no suena nada.