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20.10.15

¿Emocionales antes que racionales?

El domingo pasado fui a la misa de 5:30pm en la que me encontré que era una misa con jóvenes (Ta-nán!)

Sufrí de antemano un poco, ya que con el párroco anterior, experimenté en carne propia lo que la “iniciativa” de los catequistas puede hacer a una celebración litúrgica con jóvenes cuando el párroco tampoco tiene claras algunas cuestiones básicas de nuestra fe.

Mirándolos aplaudir jubilosos o quebrados en llanto lo único que lamenté fue que los estén conduciendo a un supuesto encuentro con Cristo a través del camino de los sentimientos y de las emociones. 

Esta experiencia dejó para mi muy clara la magnitud del problema que tenemos entre manos.

No solo ha sido que algunos obispos se consideran con autoridad para regular en sus diócesis, algunas veces, prescindiendo de las directrices del Magisterio sino que la epidemia se extiende a sacerdotes, catequistas y hasta los mismos laicos que, supuestamente, reciben formación católica; la que, al día de hoy, posee mayor contenido basado en los sentimientos y emociones antes que en lo razonable que resulta creer.  

Por que es razonable creer, o no? Acaso no responde Cristo en persona, mejor que cualquier amigo, a nuestras más profundas aspiraciones tanto afectivas como racionales?

Pues, eso! Las responde! Por eso creemos, o no?

El caso es que, les pregunto: los apóstoles, tras la muerte y Resurrección, se juntaron para llorar juntos o, al contrario, se plantearon con seriedad su vidas ante el hecho de haberse encontrado a través de su muerte con la Persona que encarna el Amor?

Hasta este punto nos hemos permitido dejar de razonar la fe y, hasta ese punto hemos llegado a pensar que Cristo es algo, cuando es Alguien, es decir, persona con derecho a una Liturgia digna y a que su mensaje sea transmitido de modo fiel. 

Esto ha quedado para mi muy claro tras ver el video del padre Santiago Martin que circula por Facebook en el cual explica su preocupación acerca de que algunos obispos y cardenales en el Sínodo se hayan emocionado por el caso del niño quien, en su Primera Comunión, partió la hostia consagrada para entregar la mitad a su papá quien es divorciado en segundas nupcias.

Es cierto, resulta preocupante que hayamos tantos en la Iglesia que estemos dispuestos a emocionarnos por un sacrilegio.

Lo que me lleva a pensar que el papa emérito Benedicto tuvo razón al decir que si la Iglesia llegara a destruirse sería por el trato que damos a la Liturgia. 

O, acaso no es debido a la pérdida del sentido de lo sagrado, que muchos laicos, obispos y sacerdotes ya no crean que Cristo es persona con derechos y que, por lo mismo, lo traten como a un objeto que les procura agradables y merecidas emociones y sentimientos?

En efecto, Cristo, antes que ser Alguien que nos seduce con su forma de ser y de quien procuramos su amistad para amarlo de vuelta tal como nos ha amado, ha sido arrancado de cuajo de muchas de las celebraciones litúrgicas a las que tiene derecho como Hijo de Dios y Redentor del mundo, para habernos colocado, curas y laicos, en el centro de la celebración.

Lo digo de nuevo y no me cansaré de decirlo: la misa según el vetus ordo así como el Catecismo de preguntas y respuestas, dejan muchísimo más rápidamente claro en los neófitos el amor de Dios y lo que exige. 

La Liturgia apegada al misal obtiene del cielo la gracia para comprender en corto tiempo quién es y qué pretende la Persona en la que se encarnó el Amor así como la forma en que podemos amarla. Les evita a niños, jóvenes y adultos, un largo proceso de conversión ya que prescinde de las emociones y sentimientos debido a que exige comprender y pensar para conseguir amar. Para eso sirven las rúbricas, o no?

O es que, vamos a seguir -de necios- haciendo las cosas como mejor nos parece? Habrán de insistir algunos padres sinodales en ser emotivos antes que racionales o, en el peor de los casos, insistirán en actuar localmente según propio criterio tal como el papa Francisco ha sugerido? Ya veremos.

El caso es que, si alteramos la Liturgia, alteramos fácilmente la catequesis y si ésta es alterada, qué tipo de evangelizadores estaremos enviando? Caray! Ni pensarlo quiero.

Así están las cosas.

Podría tener razón un amigo cuando dice que el Sínodo no arrojará otra cosa que no sea lo que ya tenemos: una Iglesia que contiene dos o tres iglesias incorporadas bajo el Primado de Pedro. Podría tener razón, aunque, pregunto: ¿eso fue lo que tuvo el Señor en mente al encomendar a Pedro la Iglesia?

El Señor sabrá para qué nos ha puesto en esta situación.

De mi parte solo me queda clamar el cielo su gracia para conservar la confianza y la Esperanza. No seré defraudada.

Me pongo a rezar. Hágalo también.

17.10.15

Por nuestra propia mano sobrevendría la destrucción del matrimonio y de la familia

“El origen de la dificultad para la comprensión de la infinita justicia de Dios y la infinita misericordia divina es la dificultad en el reconocimiento de que todo hombre es pecador”

Eudaldo Forment en su artículo XXVII. La misericordia y la justicia de Dios

 

La línea pastoral que condujera la atención y acogida de los pecadores tendría que ser conducida por la premisa propuesta por el Aquinate «el fin de todas las obras divinas es la manifestación de la bondad divina». Comprender la bondad divina implica haber comprendido el sentido de la misericordia y de la justicia divina y conseguirlos transmitir. La comprensión de la misericordia y la justicia involucra comprender y transmitir el sentido del pecado y la gracia.

La delicada situación a la que nos enfrentamos, en mucho, es debido a que desde hace décadas nadie ni los comprende ni los menciona.

Esto se debe a la penetración del Relativismo en la Iglesia el que ha tocado la médula de lo pastoral favorecido porque lo doctrinal ha sido malinterpretado, deformado y/ o excluido durante décadas.

Hagan la prueba. Indiquen con la mayor caridad posible a cualquier pecador la gravedad de sus actos; es más, hagan la prueba tan solo exponiendo a un divorciado en segunda unión que su deber como católico es, bajo dirección espiritual, discernir las acciones que lo condujeron hasta el momento presente para que, de inmediato, se sienta rechazado y nos acuse de inmisericordes. Prueben explicarle, si es que la persona la ha solicitado, las razones por las que no puede recibir la comunión. Prueben manifestar la sana doctrina ante algunos obispos, sacerdotes y laicos para que la reacción sea la misma.

La situación actual demuestra que, quienes han evitado persistentemente reconocer el sentido del pecado y la eficacia de la gracia, han caído en gran confusión respecto a la Revelación, la Tradición y el Magisterio, la cual extienden entre nosotros como la peste.  

La prueba más clara la hallamos en las propuestas de Mons. Kasper & Co así como en tantos católicos quienes, desenvolviéndose en diferentes ámbitos y niveles, proponen un sentido de la misericordia exenta de justicia así como la acogida del pecador sin mencionar el pecado, la enmienda, la necesidad de conversión, de confesión y la necesidad de la gracia.

Su sentido de la misericordia resulta mero sentimentalismo a la manera de los activistas de la Ideología de Género quienes tienen como perversa manía el elevar el DESEO a la categoría de DERECHO.

Hagan la prueba. Basta que un divorciado vuelto a unir que no viva en castidad manifieste su DESEO DE COMULGAR para que, de inmediato, volquemos la doctrina patas arriba con tal de COMPLACER su DESEO.

Cuando, por el contrario, si tuviésemos claridad doctrinal, el camino directo a la satisfacción de su deseo pasaría por ayudarle a reconocer su pecado, su necesidad de arrepentimiento y de enmienda así como ofrecerle el Sacramento de la Confesión; acompañarle, obviamente, durante todo el proceso a la manera en que, asumo, debería haberse estado haciendo hace años.

Lo pastoral yerra al momento en que reduce el sentido de lo doctrinal, es decir, al dejar de mencionar el pecado y la gracia.  

Ahora bien, a estas alturas del partido, es imperativo establecer que lo doctrinal fundamente con rigor lo pastoral, ya que –de no hacerlo- el grave peligro al que quedaremos expuestos es a que, con muy buena voluntad, estaríamos utilizando de pleno los mecanismos de la Ideología de Género dentro del mismo seno de la Iglesia dejándole el camino libre para alcanzar su objetivo ya que, por nuestra propia mano sobrevendría la destrucción del matrimonio y de la familia.

De qué manera? Al reducir el sentido del pecado, de la gracia y de los Sacramentos.

Estaremos de acuerdo en que, al no mencionar el pecado ni la gracia, nos dispone a hacer excepciones para que un pecador prescinda del Sacramento de la Confesión a la hora de recibir la comunión con lo que reducimos no solo el sentido del Sacramento de la Confesión sino el de la Eucaristía.

Cuando el pecador resulta ser, por ejemplo, un divorciado en nueva unión que no vive en castidad, no solo reducimos el Sacramento de la Confesión y el de la Eucaristía sino, además, el Sacramento del Matrimonio y, por tanto, dejamos vulnerable a la familia y, sobre todo, la vida de los hijos desde el momento de su concepción.

Esto debido a que, si no existe pecado tampoco hace falta el Sacramento de la Confesión para estar en gracia; así es como estar en gracia se vuelve innecesario para comulgar.

Si no es innecesaria la gracia y no existe pecado en ciertas uniones el Sacramento del Matrimonio lo podría solicitar cualquiera; así es como abriremos la puerta de los Sacramentos a las parejas del mismo sexo. 

Lo siguiente sería que dichas parejas en “unión católica” recurrieran a la adopción o, en su defecto, a los vientres de alquiler y a la FIV para optar por la prole sin que mediara razón para objetar ya que al haber perdido el sentido del pecado y prescindir de la gracia habrá quedado reducido a un mero acto humano el sentido del Sacramento.

Cuando elevamos el DESEO DE COMULGAR por sobre los SACRAMENTOS los propios católicos procedemos como las parejas infértiles, abortistas, quienes piden la eutanasia y el gaymonio cuando elevan su DESEO por sobre el DERECHO A LA VIDA.

Así como el Estado no debe elevar el DESEO por sobre el DERECHO y las LIBERTADES FUNDAMENTALES ya que le pertenecen a la sociedad civil, la Iglesia, no debe elevar el DESEO por sobre los SACRAMENTOS ya que ni siquiera le pertenecen. Pertenecen a Cristo.

Mi interés es que los responsables y quienes nos veremos afectados, advirtamos el peligro, para que pidamos al Señor la gracia del discernimiento que nos moverá a tomar las decisiones correctas bajo el cuidado de María Santísima.

Consuela hallar por doquier evidencia acerca de que, muchísimos laicos y una buena parte del clero, protestantes y católicos de oriente, guiados por la gracia, han advertido el peligro y se han manifestado al respecto.

Gran paz nos embarga al reconocer que Cristo, a pesar nuestro, ha guiado siempre a su Iglesia. No dejará de hacerlo. Por eso, sigamos orando. 

11.10.15

Los sacerdotes son como las mesas

Las mesas son un gran invento ya que no solo sirven para congregarnos sino para alejar del suelo el alimento con el beneficio que implica para la salud.

La mesa de un joven será diferente a la de un adulto. El joven, lejos de casa, hará de mesa hasta una caja de cartón, más cuando llegue a la edad adulta, buscará una mesa sólida y estable.

De hecho, la mesa dice mucho del usuario. 

He visitado hogares en los que la mesa es de las fabricadas en China sobre la que duda uno en apoyarse ya que al menor peso parece caerán desbaratadas; por otro lado, he conocido mesas rústicas construidas por manos habilidosas que no han escatimado en ingenio, conocimiento y belleza en su elaboración. 

Estas son mesas hechas con buen material a las que se les han colocado patas del tamaño y peso adecuados las que podrían hacerse cargo del peso de toda la familia.  

Da gusto reunirse y comer sobre una mesa que invita a hacer uso de ella.

Una mesa así es como una puerta abierta o como el hogar. Uno, llega y se va, reconociéndose acogido, apreciado, valorado, listo para la batalla y para el encuentro.

Uno desea tener una mesa así para disfrutarla junto a los que amamos.

Los sacerdotes son formados por largos años para que, con el paso del tiempo, lleguen a ser una mesa de este tipo.

Es una realidad que la calidad de la mesa no dependerá del artesano sino del material que la constituye; es decir, cuán maleable sea al pasar por las manos del ebanista y de su disposición al uso al que ha sido llamada. 

Habrá sacerdotes que se permitirán ser formados como ingeniosas, sólidas y eficientes mesas para camping diseñadas por ingenieros italianos.

Otros serán  chiquitas mesas de madera elaboradas artesanalmente para espacios reducidos. 

Los habrá que son como mesas plegables que se adaptan fácilmente a todo tipo de espacios, usos y comensales.

Otros habrá que arriban al seminario como llega un bruto tronco de cedro al taller del artesano por lo que con el paso del tiempo se dejan formar como mesas seguras firmes y acogedoras.

Aunque, seamos realistas, también los habrá de material que, tarde o temprano, manifiesta alguna deficiencia o carencia por lo que nunca se sabe lo que será de su destino.

El caso es que, con el amplio conocimiento alcanzado, a lo largo de la vida habremos de encontrarnos con muy diferentes tipos de mesa y sacerdotes quienes, bien que mal, cumplen su función; muchas veces,  más mal que bien pero… este sería un tema aparte ya que de tal cosa se encarga la gracia del artesano.

De mi parte, bástame una mesa de madera sólida que no cojeé. 

10.10.15

¿Cuánto de Ideología de Género existe en los siguientes hechos?

Miren hasta dónde ha penetrado la Ideología de Género en la Iglesia

Si, fue el Relativismo el que la introdujo sin que apenas nos diéramos cuenta.

El mero pecado, para llamarlo de forma que nos entendamos. Ok?

Revisen.


¿Cuánto de Ideología de Género existe en los siguientes hechos?

-  En los sacerdotes homosexuales que viven en secreto con su pareja

-  En los formadores que les permitieron ordenarse

-  En aquellos sacerdotes que sacan su tiempo libre para salir en citas dobles a las que invitan a jóvenes varones de sus parroquias

-  En sacerdotes que por tener pareja viven en adulterio ya que su Esposa es la Iglesia 

-  Quienes, de paso, recurren a la anti-concepción. 

-  En parejas heterosexuales a las que los sacerdotes autorizan a comulgar aunque estén divorciados y vueltos a casar

-  En parejas de homosexuales que reciben la aprobación de sus párrocos para comulgar aunque no vivan en castidad

-  En el consejo que de los sacerdotes reciben en privado los fieles acerca de optar por la FIV o recurrir al aborto ya que existe perdón

-  En obispos que recurren a un falso concepto de misericordia (sin justicia) para reclamar, entre otros, el gaymonio y la comunión a los divorciados.  

-  En el multitud de nosotros que apoyamos estas cosas sin inmutarnos

-  En Obispos, presbíteros y fieles que conocen estos hechos pero se hacen de la vista gorda

 

Pero, sobre todo, cuán profundamente habrá penetrado que, ante la multitud de fieles, teólogos y obispos que lo denuncian, la mayoría de nosotros los califica de exagerados.

Esto solo por mencionar algunas de las graves situaciones de las que casi todos hemos tenido conocimiento y ante las que guardamos silencio haciéndonos sus cómplices

Luego, muy ufanos, nos llenamos la boca diciendo que solo los laicistas son reprobables por vivir en la mentira.

Si. Como no.

Luego, también somos tan valientes (piadosos y santos) para exclamar con el alma henchida por el sentimiento que jamás Cristo nos dejará a nuestra suerte.

Claro que nos deja!

No ven el resultado?

 

NOTA
Me perdonan crudeza y simpleza pero para decir cosas sutiles y elaboradas sobre el Sínodo existen otros.

Que el Señor derrame su gracia sobre todos.

 

29.09.15

Cuando las cosas se ponen color de hormiga... ¿a qué se reduce todo?

Un lucero que observo en las madrugadas hacia poniente me hizo recordar algunos pensamientos que tengo desde de niña cuando miro la vastedad del cielo estrellado.


Desde pequeña me digo: - “Todo esto tan grande, ¡es infinito! Cuánto esfuerzo pudo haber significado haber creado algo que se extiende sin límites? Había que crearlo bello? Cuán grande es el poder de quien piensa algo tan eficiente? Quién pudo haberle enseñado que, por ejemplo, había que colocar un sol a cierta distancia de un planeta para que existiera vida? Por qué se revela seductoramente, como llamándome, como esperando que atienda para saciar mi corazón? Un pensamiento creador que diera origen a toda esta maravilla sería inabarcable para una mente tan limitada como la mía. Desconozco la respuesta que espera de mi aunque debo confesar que siento que lo amo”

Tengo el recuerdo de hacer este tipo de reflexiones desde muy pequeña lo que me hace pensar que no solo mi memoria es un don sino que, también, vehículo para la gracia que recibí desde entonces y que me permitió reconocer al Señor como regente de la Historia (y de mi corazón).  

Es probable que el don de la memoria, unido al hecho de ser una niña que pasó muchas horas solita por su enfermedad, ha dado como resultado que continúe siendo una fervorosa observadora de la realidad quien salta como jugando de asombro en asombro ante cada pequeña maravilla que se le presenta.

En ese sentido, fácilmente descubro la gracia que el Señor le entrega a cada uno; de ahí que no se me dificulta reconocerla verbalmente de manera positiva; por ejemplo, la gracia que el Señor le regala a Luis Fernando Pérez para estar en contacto diario con clérigos y comentaristas de todo tipo así como delante de situaciones y noticias tremendas que a cualquiera podría haber vuelto loco desde hace mucho tiempo, resulta alucinante ya que nunca, jamás, yo podría ser Luis Fernando o Juanjo Romero, Carmen, el padre Iraburu o cuantos conozco un poquito en InfoCatólica. 

La realidad de la vida de cada uno es alucinante. ¡Un verdadero milagro! 

Me atrevo a afirmar, sin temor a faltar a la verdad, que el milagro de sus vidas es equiparable al que consiste en haber colocado a la Tierra a la distancia perfecta del Sol para que surgiera la vida.   

He puesto el ejemplo de personas que conocemos pero si me pidieran enumerar las gracias, cuya presencia en su vida no advierten muchos de mis conocidos, quedarían tan asombrados que la dicha no les cabría en el pecho ya que habrían obtenido la certeza que tuve desde niña acerca de que el Señor es la libertad que estructura al mundo y que su gracia, como amor creador, lo penetra todo.

Es cierto, hay muchísima herejía en todos los ámbitos de la Iglesia, el mundo no cesa en su embate tampoco, muchas almas están en peligro, nuestra vida tampoco es lo simple que quisiéramos; sobre todo cuando, nosotros mismos, caemos en diversidad de pecados y herejías; pero, aunque nuestra vida es dura e incierta la realidad eclesial…, a qué se reduce todo?

Se reduce a pedir la gracia.