D. Jesús se niega a confesar
Menuda cara se le quedó al párroco de N., cuando esa mañana, al organizar el siguiente fin de semana, don Jesús, un sacerdote colaborador, le soltó a bocajarro, sin anestesia ni nada, que misas lo que hiciera falta, distribuir la comunión, atender el despacho, hacer papeles, bautizar… Pero que él no volvía a sentarse en un confesionario.
- Pero hombre ¿a estas alturas me sales con esto? ¿Cuántos años llevas ordenado?
- Cuarenta y seis.
- Tú siempre has echado horas de confesionario. ¿Qué mosca te ha picado?