Mala pastoral la que parte de la aceptación de la derrota
Malas cosa es que los mismos sacerdotes nos apuntemos al caballo siempre perdedor. Mal negocio partir de la derrota. Mal asunto el de la resignación y la bajada de exigencias. Malo porque es partir ya de la aceptación del fracaso como algo del todo inevitable.
Dos son las principales derrotas que demasiadas veces asumimos los pastores: la resignación y las rebajas. Hoy quiero referirme a ellas.