Se nos va la generación de las abuelas (de antes)
Tenemos una generación, y por cierto bastante amplia, de agnósticos prácticos. Puedo decir, sin temor a equivocarme mucho, que de los sesenta años para abajo la cosa de la fe está especialmente de capa caída y que la formación cristiana de un par de generaciones se nos ha ido por el sumidero.
Hasta ahora nos hemos ido medio sacando las cosas adelante gracias a la inercia de años anteriores y a que todavía las abuelas, más que los abuelos, han seguido insistiendo y transmitiendo la cosa de la fe.