La gallina Marcelina y la misa matutina
Se puede ser creyente o no, eso es cosa de la gracia de Dios y de la libre respuesta del hombre. Lo que no se puede ser es analfabeto y encima, como se dice vulgarmente, no cortarse un pelo.
Estos días he tenido la oportunidad de ver varias veces en televisión a un hermano sacerdote bailando todo lo bailable en su iglesia, no sé si al principio, a final o en medio de la misa. Desde luego, revestido con alba, estola y casulla. Bien, a mí eso me parece básicamente una memez y un no saber estar donde hay que estar. Que cante y baile en otros momentos y circunstancias será más o menos oportuno y punto. La casulla se nos impuso para otra cosa, o eso me parece, que a lo mejor ando equivocado. Pero a lo que voy es a otra cosa.