La alegría de encontrarte con buenos amigos
Es que es así. Llegas a celebrar misa a cualquiera de las parroquias y ¡ale! SORPRESA. Pero bueno, ¿qué hacéis vosotros aquí? Oigan, que estamos hablando de 80 kilómetros de distancia a Madrid, que ya es un paseíto.
Soy un afortunado en cariño y amigos. Desde el día que tomé posesión de las tres parroquias, y en esa ocasión con muchísima gente, no ha habido ni un solo fin de semana, ni uno solo, en que no haya aparecido algún conocido. Días incluso con nevadas importantes en los que te sorprende una sonrisa amiga de alguien o “alguienes” que tenía ganas de conocer los pueblos y saludar al amigo cura.