Cuando nos llega el fracaso pastoral
Sé que no debiera afectarnos, pero los sacerdotes somos humanos, afortunadamente, y como tales, débiles y flojuchos en nuestra fe. Bien sabemos que no podemos esperar otra paga que al mismo Cristo, y que uno siembra y quién sabe dónde se producirá la cosecha. Pero… como somos humanos, gracias a Dios, nos gustaría cosechar éxitos humanos, recibir enormes respuestas, sentir cómo nuestras acciones pastorales levantan entusiasmos y el mundo, aunque sea el mundo clerical y parroquial, nos aplaude con pasión.