Camino de una iglesia intrascendente
Me refiero ahora, en primer lugar, a intrascendente como sin dimensión trascendente de la fe. Es lo que últimamente se observa en la supuesta reflexión teológica de ahora mismo. Ha desaparecido casi por completo la idea de Dios, para reducir toda la misión de la Iglesia a un ser buenos, ocuparnos de los pobres, los débiles, los refugiados y la madre tierra, y despreciar a la vez todo aquello que pueda suponer adoración, oración pausada, estudio de la Escritura, conocimiento de la tradición. Solo lo humano. Solo.
Invito a comprobarlo desde mil frentes. Hagan el favor de leerse documentos o escritos del santo padre. Observen las campañas institucionales de la Iglesia, deteniéndose especialmente en Cáritas y Manos Unidas. Hagan penitencia leyendo las sesudísimas reflexiones de los más conocidos progre teólogos. Nada de Dios, de catecismo, de trascendencia. Todo es inmanencia, lo de aquí, lo de al lado, el desvalido y la misericordia light como disculpa de todos los errores.