La pastorela de Braojos
En los pequeños pueblos es inútil pretender organizar la vida parroquial con esquemas trasplantados de la ciudad. Aquí una persona es respuesta, dos éxito y tres multitud. Nuestra vida parroquial se nutre de la misa diaria, dos días en cada pueblo, la misa dominical, y los recursos que nos ofrecen la religiosidad popular y las tradiciones propias de cada lugar, con origen netamente católico y siempre necesitadas de evangelización y purificación para que sean lo que deben ser. Junto a esto, la atención a los niños –escasísimos-, la cercanía a algún joven, visita a enfermos, pasear por el pueblo… En fin, esas cosas.