El defensor del feligrés
No es fácil decirnos cualquier cosa a los curas, y no digo ya a vicarios y obispos. Los curas, el gremio que mejor me conozco, somos muy nuestros y bastante remisos a que se nos lleve la contraria y nos pidan explicaciones. De hecho, hay gente que es que ni se atreve a preguntar temerosa de la reacción de su señor párroco. Si la cosa fuera de negociado superior (vicaría, diócesis) es que ya ni lo intentan, convencidos de que no merece la pena.
Partiendo de este dato, se me ocurre que no estaría de más instituir en nuestra santa madre Iglesia la figura del que podríamos llamar “defensor del feligrés”, o similar, persona de toda confianza del pastor correspondiente, que podría recoger las inquietudes, protestas, cuestiones que planteen los fieles y trasladarlas periódicamente a la autoridad competente. Es más, creo que la figura del “defensor del feligrés” podría instituirse en diócesis, vicarías e incluso en parroquias de una cierta entidad.
Muchas son las cuestiones que preocupan a los fieles y que no siempre saben cómo afrontar y a quién trasladar, sobre todo convencidos de que en la mayoría de los casos no les van a hacer ni puñetero caso. Cuestiones de mil tipos, como referentes a liturgia, celebraciones bien o mal hechas, modo extraordinario; catequesis tanto de niños, jóvenes o adultos, que puede incluir desde las normas más peculiares, textos más o menos convenientes, diversidad de criterios en parroquias próximas; vida de comunidad como existencia de consejos, cercanía a la Iglesia, transparencia económica; vida de clérigos… El caso es que la gente tiene inquietudes y preguntas y no sabe cómo dar salida.
Sería facilito. El defensor de feligrés recibe las quejas, sugerencias o inquietudes, se informa, pide datos y documentación, y responde al feligrés en una primera instancia dando noticia de cómo va la tramitación de su consulta. A partir de ahí ya verá cómo continuar, si dando carpetazo por ser cosa que no viene a cuento, o pasar el asunto al párroco, vicario, obispo o a quien se considere oportuno dependiendo de lo que sea.
Yo creo que sería muy útil. Quizá yo mismo, si me viene cualquiera con lo que puedo considerar una bobada, no responda de forma adecuada, pero si se trata del defensor del feligrés que me plantea eso mismo porque le ha llegado, quizá me lo tome más en serio.
Aquí dejo la sugerencia. No creo que sea especialmente complicado encontrar alguna persona que lo pueda hacer, sacerdote, religioso, laico y que además lo haga con cariño y amor a la Iglesia. Tampoco creo que le suponga un trabajo agotador, sobre todo si se tratara de una parroquia, pero me da que sería algo muy útil.
Ya me dirán cómo lo ven.
46 comentarios
Esto en mi opinión, es puro pelagianismo, una copia de la figura del "defensor del pueblo" a nivel de la constitución Española, o procurador o defensor del común, en mi comunidad autónoma.
Sería tanto como cargar más de burocracia, cargos y papeleos a la Iglesia en una Iglesia, gangrenada por la masonería y el modernismo, donde ya se perfila y se dibuja el cisma mas horrible de su historia.
Ya tenemos un "defensor del feligrés" o mejor dicho una "defensora del feligrés" se trata de la Santísima Virgen María, en el rosario en su letanías, ¿como la proclamamos? ..REFUGIO DE PECADORES, CONSOLADORA DE LOS AFLIGIDOS, AUXILIO DE LOS CRISTIANOS.
Porque vivimos tiempos duros, donde en casa y en la calle no podemos decir nada ni levantar la voz, en pro de la verdadera doctrina católica ...porque ni la sociedad, ni los poderes públicos nos respaldan, ..ni siquiera la Iglesia,..que ya no tiene prestigio, poder espiritual ni influencia social alguna, ¿y queremos perder el tiempo en papeleos, cargos y burocracia inútil?
Oración, ayuno, penitencia, testimonio y buenas obras....
todo eso el el mejor "defensor del feligrés"
He escrito varias veces (cartas y "emails": unas cinco o seis veces) a la jerarquía de la Iglesia y nunca (nunca) he recibido no ya una contestación sino ni siquiera un acuse de recibo.
Pocas veces he preguntado algo a un sacerdote, pero cuando lo he hecho ha sido bastante tajante en la respuesta dejando claro que no tenía ningún interés en seguir con el asunto.
Cierto día pregunté a un párroco por qué se había desterrado de las Misas el Credo de Nicea-Constantinopla y me contestó literalmente: "es un tratado de Teología que nadie entiende". Y así se quedó el asunto cuando la contestación me dejó totalmente insatisfecha y merecía un tratamiento más largo dado que no es un asunto baladí.
El hecho de que mi madre, una mujer sin ninguna formación específica en Teología, amara ese Credo porque decía que era el Credo Trinitario por excelencia, indica que no hace falta tanta Teología para entenderlo (el Credo, no el Misterio de la Santísima Trinidad al que no tenemos acceso). Porque hay otra posible razón que sospecho y que no dijo: se evita ese Credo como se evitan los Novísimos, para contentar a los modernistas que se traban con la Teología, no a las almas sencillas que jamás se trabaron.
Y así pasa con todo, quitan esto o lo otro, te das cuenta de que llevas mucho tiempo sin que se mencione tal o cual cosa y te dan contestaciones simples como si el segundo adjetivo, después de feligresa, fuese necia.
La Iglesia Católica siempre ha tenido el problema de medir por el mismo rasero a todos su fieles dando por sentado que todos son iguales con la única variación de ser más o menos piadosos.
El problema de esto es que la mayoría del clero, sobre todo ahora, que hay escasez, tiene un carguito. Cada vez hay menos vicarios parroquiales (no hablo de nosotros, los diáconos, que somos meros auxiliares). Lo cual conlleva que se le suba muy rápido a la cabeza a cualquiera su prebenda parroquial, en vez de contemplar su ministerio como servicio al Pueblo de Dios. Y si es buena parroquia, ni digamos: unas devotas sacristanas a "mí" servicio, un buen grupo de catequistas, uno o dos coros, una corte de colaboradores de todo tipo, cuantioso presupuesto con el que hacer obras faraónicas, buen grupo de Cáritas,.... ¡Cómo para no creerse uno el rey del mambo!
Es por ello que aceptar sugerencias y mucho menos críticas, de un mero feligrés ni se contempla.
A mí me pasa multitud de veces. Recuerda uno la norma eclesial desdeñada o sugiere cualquier mejora litúrgica, catequética o de lo que sea y todo es ignorado: "¿quién eres tú para decirme a mí, que soy párroco, lo que hay que hacer?".
Y una pregunta con respecto a lo litúrgico: ¿Conoce algún caso, aunque sea remoto, en el que un sacerdote haya rectificado-cambiado-mejorado alguna cuestión litúrgica por la llamada de atención de un feligrés? Estoy deseando saber de alguno.
¿Qué hacer en estos casos, cuando el cura es un hereje y el obispo se lo consiente?
- Es mi 3er matrimonio. ¿Por que no me dejan comulgar? Espero respuesta escrita para mandarla a T5.
- En la catequesis de mi hija le han dicho que es pecado tener relaciones homosexuales. ¿Cómo es posible?
- Exijo que la misa sea más divertida.
- El cura Paco es pederasta. No lo he visto yo, me lo han contado como rumor, yo no voy a denunciar, quizás sea un bulo que arruine su vida, pero eah ahí la patata caliente.
-Humildad: hay casos y casos. Hay laicos que quieren mangonearlo todo, y que se haga todo como ellos desean. Por ejemplo, el típico grupete "progre" de laicos que monta bulla si llega un sacerdote normal a la parroquia. También hay párrocos con comportamientos similares. Con un poco de humildad, que no es fruto de otra cosa, si no un seguimiento fiel de Jesús , se podrían evitar muchas injusticias.
-Mecanismos diocesanos eficaces: siempre que me he puesto en contactos con una oficina diocesana para trámites he tenido problemas. O no me han atendido, o no me han hecho caso, o me han mandado a paseo educadamente. Necesitamos unos servicios de atención en las diócesis (y curias de religiosos) profesionales y eficaces. Si un grupo de personas llaman, varias veces, porque el párroco hace barbaridades, desde la oficina se les debe atender debidamente, y la Vicaría del Clero debe tomar cartas inmediatamente. Contactar con estas oficinas, como seglar (a lo mejor a los sacerdotes les hacen más caso), es frustrante.
-Participación de los laicos: debe haber un consejo parroquial debidamente elegido, para que las necesidades reales de los fieles se traten de solucionar. Una comunidad de seglares (ortodoxos y formados) cohesionada puede parar los pies a un párroco heterodoxo y soberbio.
No todas las esposas de sacerdotes orientales son buenas para esta función, pero muchas sí. El elemento femenino, con su paciencia y capacidad de escucha y acogida, ayuda mucho.
Una religiosa o sacristana de confianza, con capacidad de escucha, acogida y análisis podría hacerlo bien en parroquias y diócesis.
Al misterio de la Santísima Trinidad tal cual y cómo San Agustin prendía limitarlo a su condición humana para así comprenderlo, ciertamente, y dado que este misterio es infinito, ciertamente, nosotros las mentes limitadas no podemos entenderlo dicho sea limitarlo.
Pero el infinito Dios como infinita unidad que es; que sin dejar de ser infinita unidad es infinita dualidad; y que sin dejar de ser infinita unidad y dualidad es infinita Trinidad, sí que se deja ver comprender. Y te puedo decir que es que no sea así este Dios Unidad, Dualidad y Trinidad; sino que no hay manera posible que pueda ser de otra manera.
Lo que se da en el infinito Espacio donde Dios mora, no se puede dar en el limitado tiempo -nuestro tiempo- donde el hombre mora.
De aquí que para comprender este misterio desde nuestro tiempo, piensa cómo; Y aceptar que en una botella, de un liquido azul al punto llena, pudieras meter otro tanto, de un líquido rojo; y que al agitarlo obtuviera otro tanto de un líquido azul-rojo sin que esta botella se derramara ni se rompiera.
¿"Defensor del feligrés"? ¿Pero, no se supone que sea esta una de las funciones fiscalizadoras del arcipreste, decano, vicario o como le quieran llamar, en ayuda del obispo en su función de supervisor (epis-copus)? Digo yo.
Como le tengo afecto, le seré sincero: me parece una ocurrencia bastante ridícula. La Iglesia ya está lo suficientemente secularizada y mundanizada como para que copiemos modos de funcionamiento institucional de la sociedad civil. Si ya el defensor del pueblo es una figura bastante pintoresca, el defensor del feligrés es abiertamente grotesca.
Lo que buscamos los feligreses que queremos vivir la fe con un poco de coherencia y también, por qué no decirlo, con un poco de consuelo ante el mundo que nos rodea y en el que tenemos que vivir y bregar, son curas que tengan buen corazón, que no digan barbaridades en las homilías, que no sean vulgares en sus palabras y modos (es decir, que parezcan lo que son, sacerdotes y no el tabernero de la esquina), que celebren con dignidad y sin vanos narcisismos, que, aun sin saber confesar ni escuchar ni entender gran cosa de lo que se le comenta en confesión, les importe un poco el estado de nuestras almas... Todo lo demás que ha contado usted en el post a uno le importa un bledo.
No se pide mucho, yo al menos. Ni una buena dirección espiritual, lujo asiático que como dijo el P. Iraburu en su blog es sólo para sacerdotes preferentemente; ni un buen confesor siquiera; ni inteligencia, ni un prodigio de sensibilidad y empatía. Apenas un poco de sentido común, de buena voluntad y poco más.
Yo, que era de misa diaria, me tengo que salir de mi localidad de más de 60.000 habitantes, y recorrerme más de veinte kilómetros ida y vuelta (como sabe, me recorro más para adorar) para asistir a una misa dominical celebrada con un cura que satisface estos mínimos requisitos. Y tengo que tener cuidado con lo que comento aquí porque D. Jesús no tiene estómago suficiente para soportar mi estilo directo, y luego me lanza unas filípicas que tiembla el misterio y que debo asumir sin torcer el gesto. Pero no me importa, pues es de lo pocos curas que he conocido que realmente le preocupa el estado de mi alma, que realmente busca mi salvación. Por lo general, no es esto lo que he encontrado en la mayoría de los curas que he conocido. Usted es otra excepción, D. Guillermo fue otra, y alguno más.
Si la Iglesia necesita un defensor del feligrés, por favor, que venga ya el Señor definitivamente porque no sé de qué Iglesia estamos hablando.
Creo que ya he hablado personalmente con Vd.. de este asunto o lo he comentado en las respuestas d su Bloc..-
El caso: Tras 20 años de "coordinador director del Cursillo Prematrimonial en mi Parroquia (No digo cual por caridad cristiana), falleció el Párroco y fue nombrado uno nuevo (relativamente joven y vocación tardía), que tras asistir a varios cursos ( no más de dos o tres), me pidió: (textualmente), "por favor no hables de pecado (la mayoría de las parejas de novios conviven maritalmente), ni menciones reiteradamente: "porque la Doctrina de la Iglesia....)..
Lógicamente tardó dos telediarios es cesarme y sacarme de los Cursillos Prematrimoniales.
D. Jorge: ¿A que defensor del pueblo podría haberle comunicado la situación?.
Yo creo que ya tenemos la "GAUDIUM ET SPES", que en su capitulo 3º, indica claramente,"que la Parroquia no es del Párroco y que debe delegar más del 80% de las tareas parroquiales a los laicos".
NO SE CUMPLE EN NINGUNA PARROQUIA DEL MUNDO (he viajado por Europa, Asia , América y África, sin hallar esta misión de los laicos en ningún sitio.-
PAZ Y BIEN.-
ANDRÉS ORTEGA MONGE.-
Esto, articularlo como norma requiere un trabajo ya digo , complicado y que no satisface a todos. Lo que si es más claro, que con esta propuesta u otras en este sentido se muestra que la necesidad es imperiosa, los pastores han de conocer a sus ovejas, sus necesidades, y ellas a él, que muchas veces los feligreses estamos in albis sobre nuestros sacerdotes. La necesidad, no me cabe duda, creará el instrumento.
Que Cristo y su Santísima Madre nos iluminen y nos guíen.
Hace unos días observé que la Archidiócesis de Los Ángeles al pie de sus comunicados sobre el asunto de los abusos pone una linea de teléfonos gratuita (un 0800) y anónima para efectuar denuncias.
Me pareció llegar al Nirvana! Tan simple y tan efectivo!
El párroco es el párroco.
El Defensor del Feligrés podría hacer algo positivo siempre y cuando tuviese a sus órdenes a La Legión y la facultad de juzgar en Proceso de Guerra (en ella estamos) a cuanto graciosillo, hereje, destructor de inocencias, profanadora de capillas o blasfemo arremete contra las verdades más santas de la fe.
Al último cigarrillo, ése del amanecer, con mi proverbial generosidad, invito yo.
La intención es buena y se agradece padre.
Ave Maria. .....
¿No os dais cuenta de la la Iglesia es monárquica y no democrática?
Es monárquica, porque el Rey de la Iglesia es Jesucristo, donde el Papa es su Vicario, representante y cabeza visible.
Solo a la Iglesia Jerárquica se la ha conferido el oficio de administrar el Depósito de la Fe.
Es cierto que a nosotros los laicos también se nos ha conferido el custodiar y defender dicho depósito al igual que los eclesiásticos,....peroooo...la ADMINISTRACIÓN, solo es facultad de la Iglesia Jerárquica.
En una democracia, elegimos a nuestros representantes y autoridades mediante el voto en las urnas.
En la Iglesia, no somos nosotros los que elegimos a nuestras autoridades eclesiásticas sino Jesucristo, mediante la Gracia.
Si nuestras autoridades eclesiásticas administran mal, el Deposito de la FE, responden frente a quien los llamó y los escogió por la Gracia: Jesucristo.
Entonces los laicos no necesitamos ningún "defensor del feligrés" de los malos pastores que pisotean el depósito de la Fe y cometen sacrilegios y aberraciones litúrgicas.
La monarquía en la Iglesia, para que sea efectiva necesita dos cosas:
UNA JERARQUIA y una DISCIPLINA, no al estilo de este mundo, sino al estilo del Espíritu Santo, Jesucristo es Rey, pero ejerce su realeza no como los reyes de este mundo.
Así las cosas ¿quien nos defenderá del cáncer que avanza y destruye a la Iglesia que es la MASONERIA, MODERNISMO y NEOPROTESTANTISMO?
Pues el cisma que pronto estallará: el necesario que la cizaña y la mala hierba se externalicen y maduren para ser quemadas en el fuego eterno.
El cisma, nos liberará de los malos pastores: masones, modernistas y neoprotestantes, entonces sabremos quien es quien, y conoceremos claramente a que pastores seguir.
Pero mientras esto no ocurra no podemos nosotros arrancar la cizaña, mediante "defensores del feligrés" y otras sandeces, no sea que arranquemos también el trigo, no sea que el padre del engaño y de la mentira, aproveche los cargos del "defensor del feligrés" para enredar, engañar y confundir más de los que ya estamos.
"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Ni Arrio, ni Pelagio, ni gnósticos ni herejes de ninguna clase. A Arrio le dice:
"Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho"
A Pelagio le dice:
"Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas".
Y a los gnósticos les dice que "Dios Padre es Creador del Cielo y la Tierra. De todo lo visible e invisible" y manda a hacer puñetas a su famoso Demiurgo.
Si yo fuera el defensor propondría clasificar a l@s penitent@s en las colas que se hacen los domingos: Una para hombres y varias para las mujeres que siempre tardan mucho más.
Me alegro de la sutileza de su ironía en el artículo de hoy.
Y es un ejemplo ver a D. Mario de párroco en San Germán de Constantinopla tan accesible como siempre, y sin cambiar nada de lo construido por sus "Rafaelas" en el año que lleva.
In Domino.
Pero qué le voy a decir sobre cómo están las cosas que usted no sepa ya...
Los obispos deberían velar por el correcto y honesto funcionamiento de iglesias, parroquias, conventos, monasterios...etc. Esto se hacía bien de tiempos del Papa Pío X, hacia atrás en el tiempo, pero ahora ya no, ahora que el modernismo se ha metido hasta "en la cocina" del Vaticano, pues pedir un "defensor del feligres" se puede usted imaginar en qué se puede convertir:
- Denuncias de feministas que sólo pisan una Iglesia para blasfemar en ella.
- Denuncias de Lgtbisodo que no pisan una iglesia más que para obligar al sacerdote a que les case.
- Denuncias de musulmanes y anarco-comunistas para que quitemos cruces y campanas porque les "ofenden" hasta el punto de querer rajarse las venas (o al menos eso es lo que tanto gustan fingir).
- Denuncias de otros sacerdotes u obispos que consideren al denunciado "extremadamente anticuado o reaccionario"...ya sea por ganas de imponerse o por mera inquina personal.
Incluso más adelante habrá quien quiera casarse con su perro y si usted dice que no: denuncia al canto, al "defensor del filo-hereje" (que es en lo que degeneraría finalmente todo esto).
Le animo igualmente y rezo porque pueda superar cuantas dificultades se le presenten respecto a los feligreses. Que Dios le acompañe D. Jorge.
Una especie de buzón de sugerencias para que los feligreses dején ahí sus ideas, sus quejas, sus proposiciones...etc.
Los más tímidos lo tendrían más fácil para expresar lo que les inquieta, y los sacerdotes ganarían más tiempo limitándose a leerlas que en el hecho de atenderlos a todos uno por uno (sumando a aquellos que gustan de "enrollarse" cuando hablan)
Luego, pueden ser contestados en el mismo confesionario tras la absolución o en su defecto: por escrito.
Pero a la hora de denunciar abusos litúrgicos y demás: pues al Obispo y a rezar para que haga caso (si no, pues a lo civil, pero esto, claro, en casos muy graves de delito)
No hace mucho esctibí un correo al obispo de Madrid sobre mi párroco y al poco lo desterraron a ,3 micro pueblos de la Sierra con 4 feligreses todos sordos.
Por suerte, los dos Párrocos de las parroquias donde más frecuentemente acudo, son muy accesibles y cordiales, lo que no puedo decir de todos los párrocos.
Se puede exigir obediencia pero exigirla a consta de la razón no es recibo, el Cristianismo no es el Islam. Fe y Razón, la Fe tiene sus exigencias y la Razón las suyas.
Estoy de las palabras "misericordia" y "pastoral" hasta las narices. Le han quitado todo su significado para convertirlas en subjetividades más dignas de hippys porreros que de católicos.
También palabras como solidaridad y empatía en lugar de compasión, caridad y amor al prójimo...en fin, se puede escribir un libro con la inversión linguistica que estamos sufriendo y los abusos litúrgicos.
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