Rezar por los sacerdotes difuntos
En un rato vamos a celebrar una misa de funeral por Pedro, párroco que fue de mi pueblo, Miraflores, durante diecisiete años y hasta hace apenas unos meses. Aludo a él en mi libro “De profesión, cura” hablando de la soledad del sacerdote y de un compañero al que acababan de diagnosticarle “algo malo”. Ocho años al pie del cañón hasta que la enfermedad lo ha vencido.
Fue enterrado en su pueblo riojano. Así lo había decidido y dispuesto, porque como decía: “allí algún sobrino se acordará de rezarme algo, en el pueblo nadie se acordará de mí en cuatro días”.
Así es la vida. Recuerdo en el pueblo en donde estuve de párroco nueve años. En el cementerio parroquial, en una pequeño capilla reposaban los restos de D. Ignacio y D. Joaquín, párrocosque fueron del lugar. Cada vez que entrábamos ahí, los compañeros teníamos costumbre de elevar al cielo una oración por su eterno descanso. También en la parroquia, cada 17 de enero ¡aún me acuerdo de la fecha! aniversario del fallecimiento de D. Ignacio, celebrábamos la misa por él y por todos los párrocos difuntos.
No sé si mucha gente se acuerda de rezar por los sacerdotes fallecidos. La Vicaría del clero de Madrid edita cada año una guía para rezar por los sacerdotes diocesanos vivos y difuntos. Los que aún peregrinamos en este mundo estamos colocados y distribuidos entre los días del año por orden alfabético. Los ya fallecidos, en el día de su muerte. Cada día uno encuentra tres o cuatro nombres a los que encomendar.
De cuando en cuando os pediría que hicieseis memoria de aquellos sacerdotes a los que hemos conocido a lo largo de nuestra vida, de manera especial aquellos que nos marcaron en un momento determinado: el que nos administró el bautismo, el que acogió nuestra primera confesión, el de la primera comunión o el matrimonio, el director espiritual… y elevemos una oración por ellos, por su vida y ministerio si aún viven, por su eterno descanso si ya han muerto.
Sería triste que después de haber celebrado tantas misas, confesado, bautizado… después de atender a tantos enfermos, acoger a los pobres, enseñar a los niños, al final uno tenga que decir “que me lleven al pueblo donde nací para que alguien se acuerde de mí”.
21 comentarios
PD: relevo generacional imposible. Mueren más sacerdotes cada año que los que "nacen" (son ordenados)". Si la sociedad se envejece, ni que decir de nuestros curas. Pero no pasa nada... y no hacemos nada. Yo, por de pronto, rezar, eso es lo que se me ocurre, pero no estaría mal explicar claramente de qué va esto de Dios, más que nada por si algún muchacho joven entonces escucha la llamada de Dios y se pone a su servicio a través del sacerdocio. Pero los jóvenes cristianos escuchan a Pagola, que lo importante son los pobres (contraponiendo así, los sacramentos, la Palabra, el sacerdocio con los pobres, como si no fuera parte de lo mismo, qué bien lo sabe Satanás), que eso de la castidad no es importante (de hecho se obvia en las catequesis y reuniones de jóvenes, la castidad es tema tabú; no se puede hablar de esas cosas) y así nos luce el pelo. Sembramos Evangelio adulterado, desfigurado, mezcla de verdad y mentira y nos sorprendemos del resultado, de los frutos: seminarios vacíos, curas que se mueren y que no tienen sustitutos.
PD 2: Solución para los seminarios vacíos, dada por quienes han generado el problema obedeciendo al generador de problemas y de soluciones para esos mismos problemas, a saber, Satanás: reflexionar sobre el celibato, ser tolerantes, aceptar que igual que un cura puede ser célibe, pues que también puedan entrar mujeres célibes, hombres y mujeres casados o con novios y novias, homosexuales, etcétera. Y que el Evangelio sea para los pobres, nada de liturgia, confesiones o consejos a los fieles, que ya son mayorcitos.
PD 3: La PD2 no sólo la escucharemos fuera de la Iglesia, sino...¡En la propia Iglesia!
PD 4: Recemos, estamos en medio de la tormenta. Sólo Dios puede calmar las olas. Pese a que pensemos que es una batalla perdida, y yo lo pienso y lo siento, no nos desanimemos, pidamos a Jesucristo, que tal y como vienen dadas es lo único que nos puede salvar.
Y hay que ofrecer misas por el alma de los difuntos cercanos, y en las fechas señaladas, que si ellos no las necesitan a alguien aprovecharán por aquello de la -Comunión de los Santos.
Ahora que hay menos sacerdotes y menos misas, debieran los sacerdotes abrir la lista por los que se pide, que ya lo hacen muchos, pero otros se resisten y faltan celebraciones para atender todas las peticiones. Me gustaría que el Padre Jorge nos dijera algo al respecto, y si los obispos tiene facultades para recomendarlo con carácter general en sus diócesis.
Yo, la verdad, rezo por los vivos, por los que me pastorean ahora y por los que Dios me ha regalado conocer, pero se me olvidan los que ya fallecieron(el que me bautizó, el que me dio la Primera Comunión, el que bautizó a mis padres...).
En Toledo, la Delegación de Familia y Vida, ha comenzado una iniciativa muy bonita en la que a cada familia se le asignará un sacerdote para que rece por él
El sacerdote Jorge Loring recomendaba y hacia esta oración al elevar la sagrada forma y al elevar el cáliz:
"Señor mio y Dios Mio, que tu santa redención consiga mi salvación eterna y la de todos los que han de morir hoy".
Seguro que con esa oración ya no necesita de nuestras oraciones.
Ofreceré oraciones por los sacerdotes difuntos.
PD: no pensaba comentar más aquí, no me gusta que me censuren, ya lo hicieron bastante en mi niñez y adolescencia, tampoco me importa si lo borráis o lo suprimís, tomo nota de lo que se dice en el artículo y basta.
Ut scias.
En el cementerio de Huércanos reposan muchos sacerdotes. Tal como relató el actual párroco de Miraflores, don Andrés, Pedro quiso a su pueblo y se sentía orgulloso de pertenecer a una parroquia con tantas almas consagradas al Señor. Ahora reposa en el panteón familiar junto a sus padres y un hermano; pero también cerca del párroco que lo llevó al Seminario, don Juan (+1974), un sacerdote soriano recordado por todos; también de don José Magaña, muerto con 26 años en 1952, tras tres años de ministerio en aquellas tierras sorianas de San Pedro Manrique, entonces de la diócesis de Calahorra. Igualmente, próximos están don Félix Benito Magaña (+1990), vicario general en el pontificado de don Abilio; don Luciano Morga (+1993), organista y director del coro parroquial al jubilarse como párroco de Briones; don Prudencio Cambra (+2001), ejemplo de sencillez y celo pastoral; don Julián Pérez Gorosabel (+1972), sacerdote bueno y entregado; don Agustín Merino (+1968), campechano y bondadoso; don Cipriano González Cambra (1956), fallecido párroco de Bezares; don Joaquín Merino (+1984), otrora claretiano y, depués, diocesano; don Juan Maiso (+2010), probado por la enfermedad; y don Félix Martínez Balanza (+2012), cercano y social.
¡DESCANSEN TODOS EN LA PAZ DEL SEÑOR!
En mis modestas pretensiones como aficionado historiador local de las órdenes religiosas de mi villa, una vez subí hasta el cementerio para apuntar los nombres y fechas de nacimiento y defunción de los sacerdotes escolapios que hace 136 años se instalaron aquí,y me pareció terrible la sobriedad de su panteón donde no se registra ningún dato y sólo se lee "Padres Escolapios "
Qué tremendo el ver que a las personas que han sacrificado su vida para enseñar ciertas cosas, y cuyas manos han absuelto los pecados y han consagrado el Pan de Vida, no las recuerde nadie.
En la catedral de Bayona hay un cepillo para " las almas olvidadas " Siempre que lo veo, además de tantos desgraciados, me acuerdo de todos los héroes que en sus modestos rincones, han insistido, dale que dale, a tiempo y a destiempo en que Dios nos ama y que lleva mucho rato esperando en la puerta.
SIEMPRE rezaré por ellos; y esto le incluye a usted, D. Jorge.
En cuanto a la tristeza a la que aludes pensado en un futuro muy lejano de tu hijo, o de otros sacerdotes, yo creo que no podemos ser pesimistas. Entregar la vida al Señor, en el servicio al ministerio sacerdotal, me parece la vocación más sublime. Que implica una cierta soledad... Dios llena esas vidas, que seguro estarán más colmadas que otras que hayan vivido para sí. Por otra parte, ¿no crees que hay cantidad de gente que vive y muere bastante "sola", teniendo familia?... Por otro lado, hoy las diócesis españolas, no sé si todas, tienen también residencias para sacerdotes mayores... En cuanto a rezar por los sacerdotes que se mueren, creo que hay muchos fieles que rezan por ellos. Yo conocí un sacerdote que murió a los cincuenta años; había estado en mi parroquia y en ella se celebraron misas y misas en sufragio suyo. Es un sencillo testimonio de que "no todos son olvidados, sino muy queridos".
Por lo demás, cuando se reza, se reza por los familiares, por algunas personas que sin serlo e incluso sin conocerlos, forman parte de nuestras oraciones,y por todos los que lo necesiten. Y en la misa se reza también en general por todos los fieles difuntos.
Siempre he pensado que Dios en su infinita bondad, sabe perfectamente de la situación personal de cada alma, y aunque no le llegaran oraciones por un alma determinada, no por ello iba a dejar de ser misericordioso con ella.
Que Dios lo bendiga siempre Padre Jorge.
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