Jo, qué cura más borde
Pues hermanos sacerdotes, hermanos seglares, es la triste realidad. O pasas absolutamente de todo, o serás el cura “borde”, es decir, cura antipático y estúpido de esos que ya se sabe que “echan a la gente de la iglesia”. Lo curioso es que borde te llaman precisamente los que menos acuden. Cosas de la vida. Ejemplos:
Bautizo de Vanessa
El lío comienza cuando en la preparación afirmas que los padrinos mayores de catorce años y confirmados. Jo, qué cura más borde.
Llega la hora y nadie entra en el templo. Así que muy amablemente sales a la puerta e invitas a entrar a la familia. Pero faltan el tío Andrés y la prima Rocío: “un momento”. Insistes tímidamente: verán es que luego hay una misa… Jo, qué cura más borde.
Empieza la celebración entre un murmullo generalizado por ser discreto y más fotos que en comparecencia de la Pantoja. Con toda la suavidad y tratando de ofrecer tu mejor sonrisa sugieres la necesidad del silencio y que con un fotógrafo sería suficiente. Jo, qué cura más borde.
Boda de Pedro y María
Dos horas antes de la ceremonia timbrazos en la puerta y gritos en la calle. Apareces y te encuentras con el señor de la floristería que tiene que repasar unas cosas y colocar las flores en los bancos. ¿No tendrá usted unas tijeras? ¿Y un cepillo para barrer? ¿Hay un baño cerca?
Cuando se están yendo los de las flores se abren las puertas y aparece la coral. ¿Un sitio donde cambiarnos? ¿Un baño? ¿Tiene un lugar para dejar las cosas? Vaya frío en la iglesia, así no hay quien cante. ¿Un alargador para enchufar el órgano? ¿No tendrá algún atril que se nos ha olvidado? ¿Y una silla más alta y sin brazos? Cura, calla si no quieres ser borde.
Media hora entes aparecen los primos de Tomelloso recién bajados del bus. Treinta en fila pidiendo un baño porque venimos de viaje y que se acomodan ya en el templo principal mientras charlan como si estuvieran en la plaza de toros el día de la fiesta. ¿Pides silencio, recuerdas que estamos en la iglesia? Jo, qué cura más borde.
La boda comienza con veinte minutos de retraso. Normal. La ceremonia sin que nadie responda, pero eso sí, con misa. Intentas celebrar lo mejor que puedes a pesar de los doscientos teléfonos acribillándote a fotos y el politono de Paquito el chocolatero en plena plegaria eucarística. Impasible el ademán. Porque basta un gesto de disconformidad para que suene la frase: Jo, qué cura más borde.
Acaba la boda y comienza la maratoniana sesión de fotos. Veinte, treinta, cuarenta minutos… y uno va recogiendo cosas ¡sin molestar al fotógrafo! Apagas alguna luz de la nave, las velas… ¡Oiga, ¿por qué apaga las velas y esas luces?! Por ir recogiendo… Jo, qué cura más borde.
Por fin acaba la ceremonia y salen a la calle. Arroz, pétalos de flores, papelillos y traca final. Más fotos en la puerta. Intentas suavemente ir cerrando algo, por fin apagas las luces del templo y pides a los cuatro amigos que aún charlan en la entrada como si estuvieran animando un Barça – Madrid en plena liga, que si les importaría ir saliendo (habida cuenta de que la boda era a las doce y son ya las dos y media). Jo, qué cura más borde.
Al fin desaparecen camino del cóctel seguido de almuerzo. Recoges reclinatorios, banquetas, papeles, las flores de los bancos, para tomar el cepillo y el recogedor y barrerte no menos de dos kilos de arroz, los restos de cien globos y una mascletá de viva San José, y sobre todo los pétalos de las flores que manchan hasta decir basta.
Mientras, algunos invitados, camino de “Finca Álvarez”, especialistas en bodas, todavía van diciendo… Jo, qué cura más borde.
PD. Perdonen el desahogo. Pero hay veces en que o pasas de todo, lo cual se te hace imposible, o cura borde.
56 comentarios
Usted tiene autoridad para eso y lo sabe. No les eche la culpa a los obispos. Sea consecuente y no se esconda tras el chascarrillo y la Rafaela.
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Nota del blogguer:
Precisamente si hay algo de lo que peco es de no esconderme y decir lo que pienso.
Estoy seguro de que sus feligreses habituales son infinitamente más respetuosos. Los "domingueros de sacramentos" (a los que hay que atender porque una tía del novio era muy de la parroquia hace dos décadas), en cambio, lo toman como una sala de fiestas.
Pues el templo es de los feligreses y, más ampliamente, de todos los católicos, no de cualquiera que quiera celebrar una fiestuqui con ambiente solemne.
Suscribo plenamente el espíritu del mensaje de Gabriel: a los novios que se vea que no se creen esto, ponerles trabas. Ya no sólo por las molestias al cura y resto de fieles de la parroquia, sino para cortar ya con el inmenso caudal de matrimonios inválidos de origen, una plaga de la Iglesia absolutamente terrible en nuestra sociedad y de la que apenas se habla.
Y lo mismo con otros sacramentos sociales como bautismo y (sobre todo) primera comunión. En estos casos, habiendo niños de por medio y conociendo la gracia santificante del sacramento (sobre todo la importancia del bautismo), tengo más dudas. Pero en las bodas... ni una burla más al sacramento del matrimonio, instituido en sus actuales términos explícitamente por Cristo.
Cuando empecemos a respetar nuestros sacramentos, los agnósticos empezarán a respetarlos.
Con normas o sin normas estrictas, hay algo fundamental: saber comportarse.
Por cierto, según tengo entendido, el sacramento del matrimonio se lo administran los novios mutuamente. El sacerdote es sólo testigo de que ha habido tal consentimiento. Que me corrija Don Jorge si me equivoco.
Para los que no pisan la Iglesia/iglesia (notese las dos acepciones de la palabara) usted sera siempre borde, es mas usted es un esclavo de los caprichos de los novios/padres/familia,etc...
Para los fieles de su parroquia usted siempre sera un buen sacerdote, con sus mas y menos o con algun malentendido (Hasta alguna vez podra haber discutido con la señora Rafaela), pero saben que se desvive por sus parroquianos y todo lo hace por su bien.
Algunas ideas. En otras geografías, es habitual tener un salón de recepciones. Así se desaloja rápidamente la iglesia y se traslada todo el follón al salón.
Es habitual prohibir el arroz y los confetis, la gente poco a poco ya se va acostumbrando.
La cuestión es acostumbrar a la gente. Por ejemplo, en Perú es habitual que la boda sea dentro de la misa normal programada del día. En España, la gente pondría el grito en el cielo. Quieren su funeral, su boda, su bautizo con su misa para ellos solitos.
Me solidarizo con usted; es más, hasta envidio -sanamente- su paciencia de Santo Job. Yo no sería capaz de tener tanto aguante, de verdad; creo que inevitablemente, mutaría en una especie de sargento.
Cordiales Saludos.
Si alguien cultiva rosas en su jardín y de vez en cuando le pincha una espina, se lo toma con humor y paciencia. Si en cambio cultiva una finca de rosas y se la pasa a pinchazos doce horas diarias, las espinas no le hacen ninguna gracia.
Cada uno de nosotros, los fieles, tiene su "espina". Individualmente y de a poquito, no pasa nada. Una manía de uno, la tos de otro, el cuchicheo de un tercero... y todo en paz. El problema es cuando nos juntamos dos mil mañosos queriendo usar el mismo baño a la vez. Por muy cuidadosos que seamos, lo vamos a dejar perdido.
No creo que haya solución para esto hasta el día que volvamos a las proporciones de antes, cuando había un cura en cada familia y la mayoría jóvenes. Ahora que -en mi país- hay un sacerdote por cada diez mil católicos, y la mayoría ancianos, no es de extrañarse que cada uno ande con los nervios crispados, por muy bien portados que seamos los fieles.
Esto está muy unido a la labor de destrucción de muchos sacerdotes y obispos en los últimos 50 años. Son esos sacerdotes que se convirtieron en el centro de la celebración (perdiendo el foco de que en la Misa no es el centro), aparecieron las insufribles moniciones, los inventos en el misal, la ruptura de rubricas, la desacralizacion de los sacramentos... Esos curas enrollados son los que hacían todo lo posible para que la gente estuviera "contenta". Los sacramentos como teatro, no hablar del demonio ni de la confesión, etc.
Todo pasa por una durisima labor de catequizar a los que están en la Iglesia y dejar claro a los que no que la confusion acabó.
Tan mal no estamos en el Perú después de todo, ¿no?
P. Jorge: Es usual aquí que antes de la Misa o Bautizo, el sacerdote o el monitor advierta a los fieles que APAGUEN LOS CELULARES POR RESPETO A LA SANTIDAD DE LO QUE VAMOS A CELEBRAR. Claro que nunca falta el "chocolatero" chicha, sólo que todo el mundo voltea a mirarlo en silencio, pero con ojos homicidas, comenzando por el mismo sacerdote celebrante. ¡Si las miradas matasen...!!!
Nada como la reprobación social para enmendar un defecto arraigado.
1.- el maestro y el profesor de instituto o de colegio , tiene que aguantar las impertinencias de los padres del niño que hace tonterías en clase y que en lugar de pensar "si lo castigan será por algo " se ponen con una fiera con el docente
2.- el arquitecto tiene que aguantar el paro o trabajar para otro arquitecto en régimen de semiesclavitud ya que si se queja lo echan a la calle
3.- el funcionario serio y trabajador ( porque aunque parezca increible , eso existe) tiene que aguantar que le pongan el sambenito de que todos los funcionarios van a su oficina a leer el periódico y a hacer fotocopias gratis de sus asuntos privados
3.- el juez tiene que aguantar que por la calle si lo reconocen , lo amenacen o insulten ya que ha dictado una sentencia que no es del agrado de un sujeto concreto.
5.- el policía municipal tiene que aguantar burlas o desprecios (" desgraciado , tú eres el que nos pone las multas eres un esbirro del alcalde" )
6.- el médico de cabecera tiene que aguantar que le exijan una baja laboral ( "para atender unos días las labores de la matanza del cerdo por San Martín" ) y que lo amenacen con pincharle las ruedas de su coche si no accede a la petición.
7.- el taxista tiene que aguantar a un cliente medio borracho que le dice " usted está dando mil vueltas para cobrarme más "
8.- el gestor administrativo que hace la liquidación del Impuesto de Sucesiones tiene que aguantar a los ignorante hijos de un fallecido que lo culpan al gestor de que paga una suma elevada , sin comprender que las normas no las crea el susodicho gestor
9.- el abogado tiene que oir las ásperas críticas de un cliente cuando le pasa sus honorarios y oir : "por cuatro papeles que ha hecho ... me cobra esta elevadísma cantidad "
10.- el funcionario de prisiones debe aguantar escupitajos e insultos de presos terroristas
11 .- el profesor de uNIVERSIDAD debe ver que su esfuerzo cae en saco roto año tras año y ver atónito que no logra enamorar ni a un solo alumno de la materia de la asignatura que imparte a pesar de poner todo su esfuerzo en lograr que a algún alumno cada tres o cuatro años le interese algo más que el simple aprobado
12.- el político decente debe aguantar que le digan que es como los miles de políticos impresentables "porque todos son igules"
y así hasta el infinito .....
ojo : LO QUE LE HACEN AL SACERDOTE NO LO JUSTIFICO pero simplemente digo que cada trabajo tiene sus aspectos muy desagradables ....
Y EL DEL SACERDOTE TAMBIEN TIENE LOS SUYOS que pueden ser por ejemplo :
mal ambiente entre el párroco y su vicario ;
sueldo muy bajo ;
críticas por si va ( o no va ) con clergyman
las manías y exigencias de ciertos feligreses ;
el estar de aquí para allá haciendo cientos de kilómetros en parroquias rurales con coches viejos ;
vejez solitaria y rozando la miseria ;
incomprensión del Obispo o de sus vicarios
pedir audiencia a sus superiores y que se la concedan para 4 meses más tarde
si le surge cariño o amor por una chica tener que cortar de raiz un sentimiento que no ha buscado ...
comentarios
ja, ja, ja,... me he partido de risa... muchas gracias
Evidentemente son situaciones que todos vemos constantemente. Son los aprovechategui, que vienen, cargaditos de derechos y libertades, a sacar de la parroquia lo que necesitan y le echan más morro que cien "afroamericanos" cantando el only you.
Un cordial saludo
Es un signo más de los tiempos que vivimos. Cuando nos encontramos con situaciones inadmisibles, debemos hacer como haríamos en cualquier otra circunstancia: hacernos respetar. Más aún en su caso, que de lo que se trata es de respetar a Dios y a los sacramentos.
Sé que el coste será alto, incluso muy alto (ojalá que a mí, en tantas ocasiones, se hubieran limitado a decirme que soy borde); pero no nos lo podemos ahorrar.
Es cierto que si nos ponemos exigentes, nos quedamos solos, pero ya dice el refrán que más vale solo que mal acompañado. Si uno afronta con decisión mantener una mínima integridad, verá como esa soledad amenazadora se le llena de una multitud de gente maja, incluso de aquellos que en otro tiempo le consideraban un borde.
Siempre hay que tender a no hurtar la gracia santificante de los sacramentos a aquel que lo solicite. Pero también todos nos tenemos que preparar mínimamente para recibirlos. Ni se puede acudir a la confesión con la actitud de "a ver qué le digo a este", ni a comulgar como quien va a que le den una galleta.
La exigencia es más que legítima en estos casos. Y no se preocupe por el qué dirán. Recuerde lo que cantaba no la señora Rafaela, sino Raphael: "Digan lo que digan los demás."
Como otras veces ya he criticado a curas, obispos y similares, ahora me limito a mandarle un cariñoso saludo al P. Jorge.
Lo cierto es que los problemas que cuenta el padre se solucionarían sobre todo con educación por parte de los laicos.
(Norberto: ¿por qué va a renuncia la Iglesia a los estipendios por misas, funerales y bautizos? Si queremos que la iglesia esté limpia e iluminada, que el sacerdote pueda atender a la parroquia en coche y que esté formado y leído... hay que pagarlo, y los estipendios son una manera. En una boda, en cualquiera, los estipendios son lo más barato. ¿Cómo se puede reprochar al cura 100 € cuando en el banquete gastaremos 5.000 € o más?)
el sacerdote es una persona que gana bastante menos de 1000 euros al mes .... aunque le den casa que generalmente es bastante mala.
Y el precio del pan es igual para el sacerdote que para el señor que gana 4000 euros al mes .
gracias.
Cuando empecemos a respetar nuestros sacramentos, los agnósticos empezarán a respetarlos.
Totalmente de acuerdo...sin que sirva de precedente :)
Si hay precio, hay transacción, hay proveedor y cliente. La gente entiende que si paga tiene derechos.
Y por otra parte no generalice, el que Vd. no haya "empezado" a respetar los sacramentos no quiere decir que los católicos comprometidos no lo hagamos habitualmente. Y contra lo que torpemente pretende hacernos creer, es precisamente la coherencia de vida en la fe del católico comprometido lo que crispa más al agnóstico.
Poe otra parte, excelente post Padre Jorge
Soy sacerdote en Centro América, sólo puedo decirle que me vi reflejado y me reía a carcajadas al leerlo. Es la realidad que nos toca vivir. Luego leí los comentarios y muchos caen en lo mismo; "Jo, qué cura más borde…", que prepare, que no acepte, que… en fin. Por eso me gusta tanto ir a las aldeas más lejanas, a caballo y/o a pie. Allá si esperan con ilusión las Celebraciones Litúrgicas, las respetan, las viven, las agradecen, participan… Aunque recuerdo una noche, en unos bautizos en una aldea que ni luz tenía, la madrina llegó toda "emperifollada", se creía "de más pisto que las demás" y empezó a cambiar a uno de los niños (su futuro ahijado) a media Celebración y a ponerle el vestido blanco que le llevaba. No le cuento más de la picada de hígado que me di esperando que el show terminara para continuar la Eucaristía y luego los Bautizos. Son casos aislados, pero en nuestras ciudades, "igualito", como decimos por acá. ¡Dios nos bendiga y nos de fuerzas para continuar!
Un acólito los guardaría y devolvería luego al terminar la ceremonia. Se le podría llamar el acólito de quinquallería tecnológica. Ya que llaman borde al cura que lo hagan con razón.
Pásese, si gusta, por CC.EE. (Comisiones Eclesiásticas, Ramo de Bordes) para contratarlo y darle el alta en la SS.
SESGO (Sindicato Español de Sacristanes Graduados Oficiales).
Porque no ocurre sólo en la iglesia. Vas a un concierto, al cine, a una conferencia, o a un acto oficial y tienes que aguantar a la gente que entra tarde y haciendo ruido, o que se pasa todo el tiempo hablando con el de al lado. Nadie se molesta en desconectar su móvil, y no sólo eso: si suena, lo cogen tranquilamente, y salen fuera de la sala, pero hablando por teléfono.
Ah, y no les digas nada, que te llamarán "facha", "intolerante", "pesado", u otras lindezas, te dirán que los dejes en paz, o te mandarán al cuerno (por decirlo finamente).
Desgraciadamente, vivimos en una sociedad en la que la gente va a lo suyo, y se preocupa muy poquito de si molesta o perjudica a los demás.
Cuando esto ocurre en una ceremonia religiosa, es aún más serio, por el carácter sagrado del acto. Pero quien no sabe comportarse en un cine, o en la calle, difícilmente sabrá hacerlo en una iglesia.
Si a eso le unimos que, para muchos, lo de celebrar un bautizo, boda o comunión es más un acontecimiento social que un sacramento, pues ya tenemos el cuadro completo.
Eso sí, a la hora de dirimir la nulidad de un matrimonio sí se meten en interioridades psicológicas, a valorar la madurez personal, etc.
Mejor para todos sería que se fuera más estricto a la hora de aceptar oficiar en un matrimonio. Al fin y al cabo el sacerdote está siendo testigo de una promesa para toda la vida, algo podrá decir: simplemente, se puede negar a testificar algo que es falso.
Sería mejor para los propios contrayentes, porque ahora se les está permitiendo adulterar un compromiso con Dios sin que nadie los frene antes. Y la gente se lo tomaría más en serio.
En una sociedad en la una gran mayoría, sólo tiene derechos y no tiene deberes; en una sociedad en que no da valor alguno a la educación y para qué hablar de la caridad con el prójimo; en una sociedad en dónde cada uno se cree que es el ombligo del mundo y que todos los demás están a su servicio por su bella cara, no se le puede ocurrir a nadie contradecir a tan sensibles personas, ni siquiera tratar de poner un poco de orden entre tanto desmadre, porque sino será tanto usted como cualquiera, un borde.
Total que el borde es el que pide respeto, no el que falta a él. Pues nada ¡estupendo!
No me gusta nada que nadie abuse de nadie, ni que a nadie se le humille, ni me gusta la prepotencia que utilizan muy a menudo, algunos que se creen con todo el derecho de emplear estas actitudes con los demás
Para mí, lo que le da la categoría moral a una persona, es la educación que es como decir el respeto hacia los demás.
No el dinero, ni el cargo que desempeñe, ni el poder.
Lo principal en las relaciones humanas a todos los efectos es, sino el amor entre las personas, por lo menos el respeto.
Pero pedir respeto en estos momentos que atraviesa la sociedad, es como pedir peras al olmo.
Así que le deseo que Dios le dé paciencia ante estas situaciones. O pensar en alguna especie de pequeña catequesis anterior a la ceremonia que se vaya a celebrar, para dar unas normas indispensables,s con hojitas incluidas en dónde se detallen las normas, que se encarguen de recordar los detalles, y hacerles ver que la iglesia no es la plaza del pueblo.
No es cuestión de formación, de pequeño he conocido a gente sin preparación alguna,analfabetos...con un sentido profundo del respeto, del saber estar...Esto es lo que da de sí, esta sociedad, laxa, tonta, hedonista y superficial con la que nos ha tocado lidiar.
estoy TOTALMENTE DE ACUERDO CON ISABEL EN LO QUE DICE DE QUE el respeto es fundamental.
Infinitamente más que el cargo , el dinero y que el poder , como Isabel dice.
eN EFECTO,Isabel , ahora hay poca educación y respeto .
El Papa Francisco ( una bendición del Cielo ) el otro día dijo que en las familias debe haber alegría y que hay que decir de corazón muchas más veces entre los miembros de las familias : "Perdón , por favor y gracias" que son fórmulas de demostrar educación y respeto
Sinceramente, creo que después de pagar ese dineral (que además no se declara) no pasa absolutamente nada porque en la puerta se tire un poco de arroz. Con 500 euros se puede limpiar el Escorial entero.
Nosotros no sabemos dónde ni cuándo se encontrarán con el Señor, pero una cosa está clara, y es que será porque descubrirán el Amor de Dios y su caridad, probablemente por un gesto (después de otros muchos anteriores) de un cristiano (Puede ser este Cura, puede ser el Papa, o puedo ser yo mismo).
¡¡Mucho ánimo y siga Vd. así!!
Hay, no sé por qué, un interés en que la gente se case por la Iglesia aunque no compartan ninguno de los principios católicos de lo que es el matrimonio, que los niños sean bautizados aunque no vuelvan a acercarse a la iglesia en su vida, que reciban la comunión aún con una seguridad del 95% que a los quince días no volverán a la iglesia...
¿Por qué ese interés?
Por mí, ¡qué se faciliten las bodas 'vistosas' en los ayuntamientos y acudan a las iglesias los que quieran celebrar el sacramento del matrimonio! ¡qué hagan bautizos o comuniones por lo civil (!!) pero que vayan a la iglesia los que crean en el Bautismo y la Eucaristía!
Pero eso, no es lo que se promueve. Y así pasa lo que pasa
Los problemas que usted apunta no son los suyos, sino los de la Iglesia Católica, al menos en España. ¿soluciones? pues casi ninguna. A un cura una vez hablando de estas cosas dijo: si ponemos muchas trabas para administrar sacramentos, quedarían "cuatro y el del tambor", pues eso, sigamos haciendo una pastoral de masas y sacramentalista como hasta ahora para que la gente siga ligada a cuatro tradiciones sociales y poco más, esa es la opción en la práctica de la Iglesia. Pero es que si no hay gente no hay dinero..............luego nos quejamos del relativismo, el secularismo y todos los ismos posibles. Así nos va. Pero ¿a alguien le preocupa esto realmente? Porque tampoco es novedoso.
De gracias al Señor que no le deja sin pruebas para crecer en la virtud.
"El oro se purifica con fuego,
y nosotros, con el sufrimiento"(Eclesistico;2;5)
Las quejas en silencio aprenden a callarse.(abstracto)
Los desahogos mejor con Dios,para que nos renueve el aliento,pues el aprieto es cosa Suya,nos dice,pero no para ahogarnos,sino para salvarnos de nosotros mismos,que no sabemos nadar solos.
La Paz de Cristo.
Los obispos saben que si ponen muchos requisitos los indicadores se vendrían abajo de manera muy significativa y a ver... a ver... esas estadísticas.
Saludos cordiales.
Me explico. Si celebras el banquete de bodas en un hotel, ¿ese precio te da derecho a meterte en las habitaciones o bailar en el vestúbulo o poner la música hasta más allá de la hora pactada o vomitar en las escaleras?
Si te casas en un ayuntamiento, la tasa ¿te da derecho a exigir al alcalde y a los concejales que canten?, ¿a ponerte la banda municipal?, ¿a subirte a los coches de la Policía Local?
A ver si pensamos un poquito antes de hablar.
En primer lugar, el Derecho Canónico es el que rige todo lo referido a los sacramentos con lo cual, es tan fácil como conocer esos puntos y cumplirlos. Es una ley igual que la legislación civil que todos nos ocupamos de no incumplir.
En segundo lugar, antes de criticar a unos y otros, lo serio es analizar nuestro propio comportamiento y ser coherentes con nuestros pensamientos. Si uno está convencido de hacer lo correcto, no le entran ataques de dudas, porque el problema esta resuelto y eso le hace más comprensivo con los demás de modo que en vez de imponer las cosas, hay que dar explicaciones lógicas y fundamentadas. Si en algún caso, esas explicaciones no son comprendidas, entonces será el momento de tomar decisiones más tajantes, pero sin olvidar nunca la caridad.
Los sacerdotes son los que ayudan y dirigen a sus parroquianos; y los parroquianos quienes apoyan a sus sacerdotes.
No hay que ver estas cuestiones como una razón para el enfrentamiento entre unos y otros. Todos tenemos que mejorar y aprender cada uno en la parte que menos desarrollada tiene, sin culpar al otro y vivir la intransigencia. Antes de juzgar a nadie, medita como vives tú eso que criticas. Seguro que la parroquia será un lugar de oración si todos somos conscientes de que estamos en la casa de Dios.
Por último, nadie somos moneda de oro que gusta a todo el mundo así que las críticas (con razón o sin ella, siempre las vamos a tener), ofrecer a Dios esos aguijonazos al amor propio es una buena forma de ganarse el cielo en la tierra. Y si alguien se burla, pues uno siente pena por él porque su inteligencia puede ser tan escasa que no llegue a más.
La "caridad es la entrega sin límites" y todos tenemos que vivirla, pero sin olvidárnos de la justicia.
chospar o chozpar.
(De choz).
1. intr. Dicho de un cordero, de un cabrito o de otros animales: Saltar o brincar con alegría.
Un saludo.
En lo personal (soy seminarista), noto que en los sacramentos o misas más bien "sociales" (es decir, matrimonios y funerales sobre todo, seguido de la Primera Comunión y bautismos), suele ir a Misa un público menos religioso y bastante hiper ventilado.
Ya no recuerdo cuántas veces me han tocado matrimonios en que se toca alguna canción de Miguel Bossé, Chayanne o Luis Miguel (en los matrimonios es usual que quienes no pueden contratar un coro, usa un tocadiscos y ponen... a veces, cualquier cosa).
He estado en misas juveniles... recuerdo una en que un coro (con personas de lo más buenas y de las máximas intenciones, pero con muy poca formación y sin guía) empezó a tocar "Round on the Corner" the Creedence para el Santo (con batería y todo, cambiando la letra por un santo no litúrgico). Tenían buen ritmo eso sí...
Me ha tocado de monaguillo muchas veces en matrimonio y me he visto forzado a pedirle al fotógrafo, camarógrafo, señor que tiene el flash o a los tres que por favor dejen de pasear por el presbiterio y por delante y por atrás del altar porque nos marean...
Novias con unos vestidos... digamos que algo distractores... más complicará eso al novio, supongo.
Ahora bien, he notado que para llamar la atención a los fieles sobre estas cosas desagradables, conviene muchas veces encargarlo a un laico de buen carácter. La gente que va a un matrimonio o a un bautismo y que hace años que no pisa una Iglesia ha perdido el sentido del templo como lugar sagrado. Necesitan que se lo recuerden. Pero suele ocurrir que esas mismas personas guardan profundos rencores y prejuicios contra los curas. Así, cuando un laico les pide que se callen o que guarden el teléfono y lo apaguen (o, mejor aún, los invita a rezar), suelen responder mejor. En cambio, si es el cura, entonces les da con lo del cura borde y más alimentan sus prejuicios.
Y, al final, por lo menos contra los celulares, hay curas que han optado por lo sano e instalan bloqueadores de celulares en las parroquias. No les impide sacar fotos, pero al menos no van a recibir llamadas ni van a estar comentando la misa por Twitter o por facebook (sí, lo he visto...).
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