Ayer lunes 4 de diciembre el alcalde de la localidad francesa de Béziers inauguró el belén municipal entre aplausos y abucheos. El nacimiento se installa desde 2014, año en que fue declarado ilegal por el Consejo de Estado francés, en nombre de la separación entre Iglesia y Estado decretada en 1905, tras una denuncia de la Liga de los derechos del hombre.
El alcalde Robert Ménard, antes directivo de Reporteros Sin Fronteras, declaraba que “el año pasado 23000 personas vinieron a admirar nuestro nacimiento, que no pretende ofender a nadie. ¿Por qué prohibirlo? No tocarán nuestro nacimiento, lo defenderemos.”
Según informa el portal Médias-presse.info, “ en el clima profundamente anticatólico que auspicia la república masónica, el Consejo de Estado justificaba su decisión argumentando que el nacimiento que se había instalado en 2014 en el Ayuntamiento de Béziers no respondía a una costumbre local ni se acompañaba de otro elemento que justificara su presencia en un entorno cultural, artístico o festivo. Al parecer, esta gente no sabe que los franceses, desde hace siglos, celebran de este modo la Natividad de Jesucristo.”
Este medio informativo indica que este año la colocación del nacimiento podría de nuevo ser denunciada por la Liga de los derechos del hombre, con el apoyo del Partido Comunista de Francia local.
Por último, Médias-presse.info da un consejo a los católicos franceses: “Concluyamos recordando a todo cristiano que se respete, incluso a los más timoratos y a los que estuvieran contaminados por el pensamiento políticamente correcto, que ni un solo céntimo de un cristiano debería alimentar las arcas de la Liga de los derechos del hombre, encarnizadamente hostil al Niño Jesús.”
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