Un poco de historia personal
Si la memoria no me falla soy internauta desde finales del año 1996. Futurnet fue la empresa que me daba acceso a la red, a la que me conectaba con uno de esos modems que tanto ruido hacían. Como no había tarifas planas ni nada que se le pareciera, mi tiempo de conexión diaria era más bien limitado. Desde un primer momento participé en chats y foros cristianos, primero en inglés y luego en castellano. Más del 80% de mi tiempo en la red ha estado siempre relacionado directa o indirectamente con asuntos religiosos.
Poco a poco fui abandonando los chats, que incluso cuando eran nominalmente cristianos acababan por convertirse en lugar de cháchara sin sustancia y de contactos, y me “especialicé” en foros de discusión. Supongo que de entonces me viene mi carácter “combativo", que no era precisamente una de mis características personales previas a mi llegada a internet. Y aunque ya era bastante autodidacta por aquel entonces, no me cabe tampoco la menor duda de que la necesidad de encontrar buenos argumentos para los debates doctrinales hizo que dicha cualidad se asentara por completo en mi personalidad. Como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero a estas alturas de la película, recién alcanzada la condición de cuarentón, no creo que vaya a cambiar mucho. Lo que siento es no tener tanto tiempo como antes para leer y estudiar por mi cuenta.
Desde hace unos meses me ha dado por repasar aquello que escribía siendo todavía evangélico, lo cual me ha llevado a darme cuenta de varias cosas. La primera, que aunque mi lenguaje ha cambiado bastante y determinados giros y expresiones típicamente evangélicas ya no están presentes en mis escritos actuales, todavía conservo el aroma del Luis Fernando evangélico de finales del siglo pasado. Lo quiera o no, y más bien lo quiero que no lo quiero, ocho años como protestante evangélico marcan para toda la vida. Aunque siendo niño leí la Biblia probablemente más que la inmensa mayoría de los niños de mi generación, la realidad es que fue como evangélico cuando aprendí a andar por entre las páginas de la Escritura como Perico por su casa. Y aunque no es bueno ir por libre en el estudio de la Biblia, peor es no conocerla apenas.
El poco de abandonar el protestantismo, cuando estaba en proceso de convertirme en ortodoxo y por tanto antes de mi regreso a la Iglesia Católica, un evangélico me hizo una pregunta que tenía que ver con las razones por las que había dado ese paso. Decía así:
Hermano, permiteme la pregunta, en relación a la cita: ¿Cuando confesabas a Nuestro Señor Jesucristo, antes de vuestra conversión a la Iglesia Ortodoxa, no te negabas a ti mismo, permitiendo que Cristo guiara tu intelecto y marcara el camino?
Esta es mi respuesta. Sirva como ejemplo de cómo me explicaba hace casi diez años, concretamente el 20-05-1999. He corregido algún error ortográfico y sintáctico:
Cuando estaba dentro del mundo de la Nueva Era yo era el típica ocultista que creía saber discernir todo lo relacionado con el mundo espiritual que nos rodeaba. Veía muy lógico el hecho de que los “hermanos superiores” pudieran guiarnos en nuestro progreso espiritual. Nada de raro tenía para mí la posibilidad de que esos seres pudieran proceder de otros planetas u otras galaxias. Yo aceptaba lo que me gustaba de ese mundillo y rechazaba lo que me parecía mal. Creía que mi propia sabiduría humana era la clave para discernir el bien del mal. Cuando retomé la relación con Cristo que había dejado aparcada en las profundidades de mi infancia, me convertí en evangélico. Me acuerdo perfectamente que el Señor me dijo que debería permanecer durante un año totalmente alejado de cualquier cosa que oliera a Nueva Era. A veces es lógico que aquel que ha salido de una vida de pecado quiera anunciar su liberación a aquellos que siguen en esa vida, pero Dios sabía lo peligroso que era para un ex-ocultista de 22 años el tener cualquier tipo de contacto con su anterior vida. Podría contar experiencias muy fuertes en ese sentido pero no creo que sea necesario.
Aquel paso del ocultismo a la fe evangélica supuso una negación de mí mismo en el sentido de que acepté que era Dios y la Biblia quienes marcaban las pautas para mi vida. Yo dejaba de confiar en mi sabiduría humana acerca del bien y del mal para depender de Dios y de su Palabra. Como es lógico, los primeros años como evangélico fueron de aprendizaje en la nueva fe y, sobre todo, de vivencia de una relación personal con Dios. En esos primeros pasos como evangélico, no me preocupaban demasiado los debates teológicos entre las distintas ramas del protestantismo. Mi iglesia era pentecostal moderada, sin la frialdad de las tradicionales pero sin el histerismo de los hiper-pentecostales. La alabanza era bonita y mi relación con los hermanos era muy buena. Según fui creciendo en mi vida cristiana, empecé a estudiar la Biblia cada vez más. Cuando uno estudia la Biblia puede suceder que al llegar a determinados versículos, creas darte cuenta de que en tu iglesia hay alguna doctrina que no concuerda con la Escritura. Como no quiero extenderme mucho, pondré el ejemplo de la posición que se mantenía acerca del don de lenguas en mi iglesia evangélica y lo que yo creía que enseñaba la Biblia. En mi iglesia (aunque es justo reconocer que el pastor no insistía apenas en el tema) se pensaba que el don de lenguas podía ser para todos los creyentes que hubieran recibido el Espíritu Santo. No se llegaba a la locura de afirmar que si no hablabas en lenguas entonces eras un cristiano de segunda (en alguna iglesia eso es doctrina oficial), pero sí se enseñaba que no había ninguna razón para que alguna persona no hablara en lenguas. Sin embargo, al estudiar la Palabra de Dios, yo no vi tal cosa. Con simplemente leer 1 Cor 12,29-30 me di cuenta que NO TODOS tienen porqué hablar en lenguas, de la misma forma que NO TODOS somos apóstoles. Bien, entonces llegó la primera duda. Yo era evangélico. Yo creía que la Biblia era la única norma para fijar doctrina. Pero la doctrina de mi iglesia acerca de al menos uno de los dones del E.S no estaba acorde con la Escritura según mi propio criterio. ¿Qué hacer?
Si yo afirmara que salí de Amistad Cristiana por diferencias doctrinales con esa iglesia, mentiría. Esa no fue la razón principal ni creo que estuviera entre las razones secundarias más importantes. Pero independientemente de las razones por las que yo acabé apartándome de aquella iglesia (algo expliqué en mi testimonio), lo que sí es cierto es que el virus del individualismo protestante había calado en mi alma. Yo había encontrado unos fallos en la doctrina de mi iglesia y, por supuesto, era yo el que tenía razón y no mi iglesia. A partir de entonces, me lancé por la senda de los estudios teológicos e históricos. Me di cuenta de que, al fin y al cabo, el mundo protestante consistía en eso. Estás en una iglesia, descubres sus errores, te sales y te unes a otra que tú creas que está más cercana al mensaje bíblico. Y si no la encontrabas, podías tener el valor de fundar una nueva si “sentías” el llamado del Señor. Si Lutero, Zwinglio y Calvino habían salido de Roma por sus errores, ¿qué impedía a cualquier otro cristiano el salir de las iglesias de Lutero y Calvino? Al fin y al cabo, la Sola Scriptura era el lema perfecto para construirnos nuestra Sola Fide en base a nuestra propia interpretación de la Scriptura. Si otros no coincidían con mis opiniones teológicas, es porque ellos no habían estudiado bien las Escrituras. Y la historia prueba que, como en el caso de Roma, si a un calvinista se le ocurría hacerse arminiano, se le quemaba en la hoguera; y si a un anabautista se le ocurría bautizarse de adulto, pues también a la hoguera. De tal forma, entendí que aquellos que berreaban contra Roma y contra los excesos papales, empezaban a comportarse como esos papas, quizás con un poco de menos virulencia pero con el mismo espíritu. Eso de la Sola Scriptura estaba muy bien para separarse de Roma pero muy mal para permitir que otros se separaran de las ideas de los grandes reformadores.
Como quiera que una vez que una presa se rompe, ya no hay quien pare la avalancha de agua, la Reforma empezó a inundar toda Europa y ha dividirse en centenares de riachuelos que inundaron todos los campos de la fe cristiana. Y llegó el momento en que ni tan siquiera en Europa hubo sitio para tanta división. América esperaba a todo esa riada de diversas doctrinas. Una vez la riada llegó a América, la Reforma siguió dando sus frutos. Puesto que la fe dependía en gran medida de lo que un hombre o un grupo de hombres pudiera pensar, empezaron a surgir los Joseph Smith, los Russel y las White, que, con visión o sin ella, venían a dar una interpretación a las Escrituras distinta a la que se había mantenido no sólo por la Iglesia Católica sino por la mayoría de las protestantes. Algunos como el profetilla mormón, no se contentaron con reinterpretar la Escritura sino que añadió sus propios libros para que formaran parte del canon mormón. Los descendientes del fundador de los Testigos se dedicaron a cambiar la Biblia en los versículos que no encajaban con su teología. Nada raro, ya que el propio Lutero habría querido quitar del canon los libros que no le venían bien a su doctrina solafideista. La señora White puso las bases para que su iglesia fuera la madre de un montón de sectas.
Tú dirás, ¿qué tiene que ver todo eso con lo que estabas contando acerca de tu vida y de tu paso del mundo evangélico a la Ortodoxia? Pues tiene TODO que ver. Luis Fernando, como se puede comprobar en este mismo foro, iba camino de convertirse en un protestante de protestantes. Llegado el momento denunciaba a los líderes evangélicos de su país por mentir acerca de las cifras de miembros de esas iglesias. A la hora de clamar contra el abuso del diezmo, Luis Fernando estaba entre los que encabezaban la manifestación. Doctrinalmente, Luis Fernando ha sido un tipo implacable con los herejes, fueran estos católicos, ortodoxos, adventistas, evangélicos o pesudo-evangélicos. Las bases estaban puestas para la creación de la iglesia Luisfernandina en defensa de la fe que Luis Fernando había creído recibir a través de su estudio personal de las Escrituras. Hubiera sido una iglesia de tendencia arminiana, pentecostal ligera, profundamente trinitaria y preterista parcial en el área de la escatología. Por supuesto, esa iglesia tendría un aire cuáquero muy marcado en sus cultos y el adorno de una moralidad basada en la fe menonita.
Es decir, una iglesia a la imagen y semejanza de su manera de entender la fe. Eso sí, nadie le hubiera podido decir que no se basaba en la Sola Scriptura. Al fin y al cabo él no había tenido visiones anti-escriturales ni se le había ocurrido escribir un libro “inspirado". Todo lo que estaba haciendo era seguir el patrón protestante. Un poco de aquí, esta doctrina de allá, mucho de esta otra iglesia, nada de esa de allá, etc. Como no tenía, ni tiene, la calidad intelectual de un gran reformador, probablemente la iglesia cristiana Luisfernandina no se hubiera extendido más allá de las paredes de su casa en sus primeros pasos. Luego es probable que pudiera convencer a algunos vecinos o amigos para que se unieran en su camino. Quizás, con suerte y algo de tiempo, podría haber llegado a ser una iglesia importante dentro del mundo evangélico de Madrid, cosa no muy difícil dado lo poco prolíficos que son los evangélicos en esta ciudad. Desde luego, para muchos esa iglesia habría sido usada por Dios para sacar a algunos católicos de las garras de la “Gran Bestia". Como quiera que esos muchos niegan que haya muchas posibilidades de que los católico-romanos sean salvos, para ellos la iglesia cristiana Luisfernandina habría ayudado a “nacer de nuevo” a esos católicos o a muchos españoles desengañados con el catolicismo.
Pero resulta que Luis Fernando empezó a preguntarse hasta qué punto era lógico que él viviera una fe en base a su propia sabiduría. Por supuesto, a él no le hacía ninguna gracia el tener que plantearse la opción de que una Iglesia de dos mil años estuviera mucho más cerca de la verdad que lo que él jamás llegaría a estar por muchos años que viviera. Llegó el día en que Luis Fernando se dio cuenta que la Iglesia es la columna y baluarte de la verdad (1 Tim 3,15) y la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Ef 1,23). También vio que el llamamiento del Señor es a la humildad y la mansedumbre, a guardar la unidad del Espíritu en el vinculo de la paz. El Señor es el que dijo aquello de un cuerpo y un Espíritu, un Señor, una fe, un bautismo y un Dios y Padre de todos (Ef 4,1-6). ¿Hay algo de eso en el espíritu de la Reforma? algunos pueden creer que sí, pero Luis Fernando llegó al claro convencimiento de que NO. Él todavía era protestante pero se había dado cuenta que ochocientas mil diferentes denominaciones no podían ser la seña de la unción del Espíritu Santo sobre la Iglesia. Como quiera que Luis Fernando, con todos sus fallos y sus defectos, era un cristiano sincero, empezó a orar a Dios para pedirle dirección para su vida. Y Dios se la dio. Fue leyendo una frase de San Ambrosio cuando se dio cuenta que los escritos de los primeros cristianos no eran meramente una fuente de datos sobre los que basar un argumento dialéctico en las disputas teológicas. La frase era “A Dios no le complace salvar a su pueblo a base de dialéctica". Pocas frases han causado jamás en Luis Fernando el impacto que esas breves palabras de San Ambrosio. Fueron como un grito del cielo que derribó todos los cimientos protestantes que quedaban en pie en el alma de Luis. Y Luis Fernando, el protestante, empezó a morir.
Inmediatamente Dios le guió a nuevos pastos. ¿Dónde estaban esos nuevos pastos? En las sendas antiguas (Jer 6,16). Luis Fernando emprendió el viaje hacia la Iglesia de Cristo que conserva el espíritu de unidad desde hace dos mil años. Aunque para Luis Fernando hubiera sido más fácil el acercarse a su Iglesia Madre, la católica y romana, se dio cuenta que esa Iglesia se separó de sus hermanas hace casi mil años por querer imponer su criterio en base a una autoridad que sólo podía residir en las decisiones de TODA la Iglesia unida y no en una parte de Ella, por muy importante que fuera. Además, esa Iglesia separada había creado dogmas nuevos en el último siglo y medio que contradecían la Tradición del primer milenio de la cristiandad. Por tanto, a Luis Fernando no le quedaba más remedio que dirigir sus pasos hacia la Iglesia que ha permanecido inalterable en estos últimos mil años. Sólo Dios sabe bien lo difícil que le resultaba a Luis el unirse a una Iglesia con la que no estaba de acuerdo en cosas bastante importantes. Sólo Dios conoce la angustia que se cernía sobre el alma de Luis. Pero él pidió ayuda a Dios y Dios se la dio. Dios le enseñó que tenía que morir a sí mismo, que tenía que rechazar a ser él quien decidiera qué está bien o qué está mal en una Iglesia que hunde sus raíces en la era apostólica.
Luis Fernando supo muy bien que no le iba a ser fácil “encajar” en esa Iglesia, pero Dios le ayudó a entender que Él moraba en medio de Ella. En apenas unos pocos cultos litúrgicos, él pudo tocar el cielo con sus manos, pudo entender que no hay separación real entre la Iglesia de Cristo que peregrina sobre la tierra y la Iglesia de Cristo que ha llegado ya a su destino en el cielo. Por supuesto, Luis Fernando no entiende TODO en esta nueva etapa de su vida. Pero ha aprendido que es mucho más importante hacer la voluntad de Dios y unirse a su Iglesia que permanecer en un espíritu constante de protesta y de búsqueda en solitario de la verdada expresada en la Palabra de Dios. Ahora puede confiar en que el Espíritu Santo que guió a la Iglesia en Jerusalén (Hechos 15) cuando todavía no existía el Nuevo Testamento, fue también el que guió a su Iglesia para interpretar toda la Palabra de Dios. De esa forma, Luis Fernando ha conseguido una doble bendición. Se ha liberado del virus que corroía su alma y ahora descansa en los brazos de Aquella que es la Plenitud de Aquel que Todo lo llena en todo. No más yo sino Cristo en mí. Y la Iglesia es el Cuerpo de Cristo.
Dios os bendiga y os ayude en vuestro peregrinaje por esta vida
——
He querido mantener la parte en la que explicaba las razones por las que en un primer momento me incliné por Bizancio y no por Roma. La evolución hacia el catolicismo fue rápida y en la misma hubo dos claves: Newman y Lourdes. Del primero aprendí que el desarrollo del dogma es característica fundamental de la Iglesia de Cristo. Dicho desarrollo se quedó estancado en los ortodoxos cuando se separaron del sucesor de Pedro. Y de Lourdes, ya he explicado en otras ocasiones el impacto que supuso para mi vida. De hecho, a los diez minutos de escribir el mensaje que acabáis de leer, escribí este otro:
Os comunico que mañana salgo a primera hora de viaje hacia el sur de Francia. No estaré de vuelta hasta el lunes por la tarde. Por tanto, hasta entonces no podré responder a vuestros comentarios.
Os pido vuestras oraciones para que el viaje se me de bien. Es un viaje muy especial por lo que supone para mi madre. Hace dos semanas nos hemos enterado de que tiene cáncer de hígado y este viaje es algo que yo la debo desde hace tiempo.
Lo que me ocurrió en ese fin de semana, lo podéis leer aquí
29 comentarios
Bueno, confio que este post se salve de la tijera. Por si acaso, lo dejo aqui.
Perdona, persistes en que la visión cristiana de Dios está equivocada mientras resaltas la maravilla de tu visión que ahora tú mismo indicas cuál es, que tú dices que va hacia Dios, aunque muchos consideran que no va a ninguna parte.
Y después te molestas de que en alguna ocasión te corten... Comprende la postura de los demás.
No sé lo que será el vacío del budismo, pero sospecho que no tiene nada que ver con la llenura del Espíritu Santo, así que me quedo con esta última.
En cuanto a la vision de Dios, cada uno tiene la suya. Mi vision se basa en mi experiencia personal, igual que la vision de LF se basa en su experiencia personal de Lourdes. Lo que vale es lo que uno ve por si mismo, no lo que dicen otros. Siempre que sea una vision autentica y no una alucinacion, claro está.
Y no, mi visión de Dios no se basa en mi experiencia personal en Lourdes. Se basa en la fe del pueblo de Dios, en la fe de la Escritura, en la fe que recibí de mis padres, en la fe que se me devolvió tras haberla dejado y en la fe que vivo hoy. Las experiencias más o menos místicas pueden ayudar en un momento concreto pero salvo casos muy especiales no son las más indicadas para tener una correcta y firme visión del Dios que se reveló en Jesucristo, Señor nuestro. De hecho, quien quiera saber de verdad quién es Dios sólo tiene una opción: mirar a Cristo. Lo demás, visiones o experiencias más o menos genuinas, sólo puede servir para adornar la verdadera figura que nos muestra quién es nuestro Creador.
Yo es que para saber quién es Dios me guío por la Escritura y por la enseñanza de la Iglesia que Cristo empezó a edificar hace veinte siglos y que sigue edificando hoy.
Las palabras que cita de San Ambrosio son exactas. Hans Urs von Balthasar escribió en 1986 que "es necesario mostrar en la propia carne qué es el Verbo" y que "nada en la Iglesia es impersonal y abstracto, todo es concreto y personal", intuición que está presente a lo largo de la obra "El zapato de raso" de Paul Claudel, considerada por Sigfried Melchinger "la más poderosa teatralización de lo espiritual que conoce el teatro contemporáneo".
La Iglesia, ahora y antes, siempre, ha sido contestada y asaltada por sus enemigos. Los ateos de los autobuses son sólo pequeños lerdos al lado de Marción, Arrio, Pelagio o Calvino. Frente a ellos, la "communio hierarchica", tan perfectamente descrita por San Cipriano, es la que garantiza la catolicidad y la unidad en Cristo. Los ataques a la Iglesia los ha descrito muy bien el propio Balthasar en su libro "El complejo antirromano" y tienen todos por común denominador el intento de prescindir de la estructura objetiva de la Iglesia, tal como ya postulara hace siglos Joaquín de Fiore, que es el primero que quiere liberar a la Iglesia de su estructura institucional para dejarla sólo en sus entretelas espirituales.
Su experiencia me ha recordado lo que aparece en la Carta a los Filipenses 3, 12. "No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús". La santidad no se consigue en un taller; los santos lo han sido por recorrer un camino, por progresar en el camino de la santidad. Y este progreso muy poco, o nada en absoluto, tiene que ver el "progreso" del mundo, de la técnica, de la ciencia o de la cultura.
Además los santos no se daban cuenta de que lo eran,los demás veían su testimonio y su virtud pero ellos se tenían a sí mismos por "basura".
LF
Gracias por haber desnudado tu alma y haber proporcionado el admirable testimonio que nos has dado.
Banedicat te Omnipotens Deus
Me has hecho recordar una reflexión sobre el anonadamiento de Jesús al ser bautizado por Juan en el Jordán -que es uno de los misterios de la vida de Jesús, muy relacionado con la Encarnación y con la Pasión, Muerte y Resurrección- anonadamiento hasta asumir para expiarlo nuestro pecado, y sobre nuestra vocación a participar en sus misterios. La frase de San Ambrosio “A Dios no le complace salvar a su pueblo a base de dialéctica" ¿no dice también algo de esto?
Bueno, pues que pidamos a Dios ser miembros vivos del cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Y hijos dóciles de la Virgen María, Madre de Dios y nuestra.
Me recuerda un poco a mi historia, no os preocupéis que no os voy a aburrir con ella.
Lo que os puedo decir es que después de navegar por internet visitando sitios de tipo evangélico, consultando a algún pastor evangélico, buscando a Dios de manera desesperada pues me sentía preso de mi mismo, desamparado y sin que nadie me pudiera ayudar, durante mucho tiempo no sirvió para nada.
Sin embargo un día, visitando la Catedral de la Almudena con fines meramente turísticos, me metí en un confesionario, después de 19 años sin hacerlo (desde mi primera comunión), cuando salí de ese confesionario me sentí libre, debía de ser una sensación parecida a la que tenían los israelitas saliendo de Egipto... Hacía muchísimo tiempo que no tuve esa sensación de libertad, por fin el Señor me había hecho libre aquel día, pero como no lo había sido jamás, creo que salí de la catedral flotando sobre una nube... Aquello me convenció definitivamente de donde está el Señor.
. . .1802......
Una lección diaria: el periodismo ha creado una grandísima confusión entre las palabras "nuevo" y "último". Apenas se distinguen. Antes lo último era lo que no se sabía, lo que no se veía, lo que estaba a lo lejos. Ahora está aquí y enseguida vuelve aquí. "Las nuevas declaraciones de X" y "las últimas declaraciones de X" son frases que suenan igual. También: "Nuevo cierre de Barajas" es "Último cierre de Barajas". La indistinción entre lo nuevo y lo último es más que léxica, es una clave del periodismo. Nada hay nuevo y, desgraciadamente, nada hay último, esto no acaba. Siempre hay nuevas noticias que son las últimas, es un círculo muy terco que lucha por encerrar el mismo segundo y que lo nuevo sea lo último exactamente. Es imposible pero el periodismo no se entera. Sólo hay periodismo neoviejo y un rápido metesaca del tiempo.
Maestro Soyprofe, veo que otros tienen que tirar lo viejo, pero tú te reservas hasta el 2012. Yo sigo tus maestradas, haré lo mismo, un planning y ya lo tiraré cuando lo cumpla. Y mientras tanto ¿qué?, yoga, más periodismo. Maestro Soyprofe, ¿porqué no te haces como un niño?, ¿sabes lo que es un niño?. Si esperas a la fecha maestra reveladora nunca lo sabrás, serás viejo, sistemático y concienzudo. Maestro Soyprofe, el periodismo anda mal, ya no se sabe si es nuevo o es último. Pero nos ha convencido de su sentido del tiempo, de que su realidad tan densa y difundida, existe. Su obra está hecha. Lo que es nuevo se hace último y vuelta atrás. Han aparecido discípulos aún más complejos moviendo tiempo e información más acelerados, con rotativas imparables en nuestras manos. Maestro Soyprofe, tú ya has encontrado a tu guía, tu agenda, tu calendario, tu tiempo, no dejes que se haga viejo, ahora tíralo, que lo vea yo. Y no en dosmil y pico, tíralo ya.
. . .1802......
Me reservo hasta el 2012 segun y como, porque el 2012 no es mas que una quimera en mi mente, o sea, una simple fecha que ha aparecido en mi coco justo en el unico momento que existe. No existe mas que un momento, ¿verdad? Ni siquiera un momento. No es ni siquiera el parpadeo de un ojo. No es nada en realidad. Y sin embargo, precisametne por eso, lo es todo. Es, en una palabra, la Eternidad. Pero esa palabra es muy fuerte y no todo el mundo la usa en el sentido adecuado, pues para algunos la eternidad significa tiempo sin fin. Falso. Es ausencia de tiempo. Nada, cero, punto. Y claro, de este modo caemos en una filosifia sin mas, lo cual no es mi pretension al escribir aqui.
En cuanto a hacerme como un niño, es una soberbia perspectiva. No voy a decir que estoy en ello, porque ser niño es precisamente no estar en ello. Estar en ello implica un proyecto, y los niños se caracterizan por no tener ninguno. Los niños no piensan, los niños son. Yo tambien soy, no tengo la menor duda, pero resulta que pienso y al pensar, ya no soy. Pero eso no es enteramente cierto, pues se puede ser y pensar, pues el pensar forma parte del ser, salvo que el pensar anule el ser, que es lo que ocurre cuando ya no eres un niño.
Eso es precisamente lo que significa para mi comer del fruto del arbol de la ciencia del bien y del mal: pensar y dejar que el pensamiento te anule. Por ello uno debe reaprender el tema de pensar, lo que en cierto modo significa no pensar. O mas bien aprender a pensar sin pensar. Y esto es precisamente a lo que me voy a dedicar en cuanto me jubile. Ahora tengo que irme a clase.
Saludos, ceroyuno, eres un hueso duro de roer.
Es muy gratificante el relato de alguien que vuelve a la Iglesia
. . .1990......
Sí, roe y corroe. Toca cábala. Dejo lo del pensamiento y lo que es o no es. Ontología y budismo, más de lo mismo. Tal vez los niños piensan pero después de los profes poco les queda que pensar. Un profesor que busca no pensar.
2012 en el coco. ¿Y cómo ha sido?. ¿Qué hay entre los dos patitos?: 0 1. ¿Qué va a pasar el 2012?. Es el año del siglo, el año en que unos acabarán la crisis y otros reaprenderán el no pensar, dicen. Lo suyo es destruir lo que piensan otros sin conciencia de nada. Si nadie piensa, éllos tampoco, y todo despensado, no habrá culpa de lo que se piensa y a jubilarse por fin. Lo importante irá al 2012. Si tenemos ojo para los negocios hay que patentar el 2012. Desde el ENIAC, ¿qué años tienen 0 1?: 2001, 2010 pero lo irresistible son los patitos que llevan 0 1. No habrá otro corrimiento hasta 2021. A una mentalidad americana le gusta lo de la cinta número-espacio. No sé si son del planeta Ciencia o de un parque de Cienciolandia. Lo que sé es que no es raro dar con páginas de artículos científicos y, a la vez, obras de ciencia-ficción llenas de gansadas numéricas.
De la célebre 2001 ASO, nunca termino de despreciarla. Un detalle: ¿dónde está la Humanidad en la cosa espacial 2001?. En la memoria de HAL 9000, convertida en 0 1, dentro de un ente pensante que la estudia a salvo de errores, un libro activo. Lo otro es delirio. Para algunos es una "salvación" mental. Quien no siga las estupideces de ciencia-ficción no sabrá de qué va, es para ateos. Además hay que activar la estafa del futuro que nos meten en la escuela a cambio de la enseñanza. Yo me la sé al revés porque busco la vuelta a cada idiotez que dicen. Hay un problema con el sentido temporal de la película, el pirolo cósmico va hacia atrás y el "hombre" hacia adelante y salen a la vez. La película pretende componer inmensos plazos de tiempo. Hay fallos tontos que no ven los profes.
Disculpas por poner números, hay quien cree en la lógica de las matemáticas y otras cábalas.
. . .1990......
. . .2001......
Tuenti ceroyuno. A espeis odiseis.
La palabra "ceroyuno" es una palabra, nada de numeraciones de fechas o bits o esas cosas. De hecho es una burla al 0 1 y al mundo ceroyuno. Salió por imitación, no muy buena, de un chiste de Chiquito de la Calzada, un artista excelente. Los habituales actores -sean de la Cienciología o del socialismo vociferante- sacan su poder de que la gente ha olvidado lo que es una representación teatral. Es más rentable la payasada política y el canon cultural. Los actores, sus productores y sus periodistas críticos, participan de este engaño universal. Chiquito de la Calzada es un artista del estilo del Cantinflas joven. Nada que ver con la porquería de los actores oficiales, los telefilmes, las superproducciones y eso. Son artistas performativos, su arte está en jugar con las palabras, sacarles lo cómico sin dejarlas decir nada. Te ríes en cuanto se ponen a hablar, antes de que oigas las palabras. De poco sirve leer una ristra de sus "textos" si no les vemos actuar y son irremplazables, no hay una legión de grotescos actores que repiten ideas sosas y guiones malos. Afortunadamente ambos se expresan en español y podemos entenderles. Lo bueno está en la medida del tiempo de lo que suena y hay gestos y tonos en los que Chiquito es mejor que Cantinflas, aunque el bueno es el mejicano de joven. Este tipo de arte verbal es más corriente en inglés, incluso en la literatura seria.
El chiste de "ceroyuno", ya se ve, no es muy gracioso. Tiene relación con las greguerías, Tono y otras cosas, un cierto humor de posguerra, cuando los de "La Codorniz" (y otros) eran franquistas. No es un ceroyuno de la pradera, es más bien como: No te llamo Trigo por no llamarte Rodrigo. Y con una de estas tontadas tan risueñas vino "ceroyuno", hace años, a propósito de otro asunto.
Hubiera sido mejor algo tipo "fistro" que, según los diccionarios, es invención de Chiquito de la Calzada. "Ceroyuno" no es más chistoso que "Allavamos" o "Mickiroony". Es otro chiste.
. . .2001......
Primer aviso.
Un abrazo y me alegra mucho tu hallazgo.
Me he fijado tambien en el principio, cuando dices que te movias dentro de patrones "Nueva Era".
Como tengo mucho interes, por si un familiar ha sido "captado", y no conozco otro cauce para dirigir mi pregunta, planteo aqui: ?Alguien sabe como esta tipificado un "grupo" o secta que comenzo en los 80 con unos jovenes que dijeron haber recibido revelaciones de angeles en Paiporta, Valencia; llego a llamarse FUI, Fraternidad Universal de Iniciados; para cambiar de nombre y estructura hasta hoy?.
Perdon si me aparto del hilo. Gracias.
La expresión "el dios en el que yo creo" es sinónimo de agnosticismo. El que la dice no cree en Dios. 100%. No falla
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