La Iglesia crece allá donde hay mártires y confesores
Cuando ayer leí por primera vez los datos del catolicismo en Vietnam, no pude por menos que alegrarme. El crecimiento estadístico en tan solo 7 años es espectacular. Hay muchos más fieles, más sacerdotes, más vocaciones, más todo. Dudo que haya otro país en el mundo donde la Iglesia haya crecido tanto y con tanta rapidez.
Hay varios factores que explican ese crecimiento. Una buena parte de los católicos vietnamitas han vivido en medio de la persecución del comunismo. Tienen mártires y un número no pequeño de sus sacerdotes y de fieles son confesores, es decir, cristianos que sin llegar a perder la vida por Cristo, sí han sufrido todo tipo de vejaciones, físicas y morales, por permanecer fieles al Señor. La semilla del cardenal Van Thuan está dando abundantísimo fruto.
Los que vivimos cómodamente instalados en un catolicismo aburguesado, de andar por casa, sin la perspectiva de sufrir una verdadera persecución a corto-medio plazo quizás no podemos hacernos una idea real de qué implica eso de “dar la vida por Cristo”. No es que debamos buscar volver a lo que pasó en este país cuando los rojos regaron la tierra de nuestra patria con la sangre de nuestros mártires, pero sí que podemos aprender de la fidelidad de aquellos antepasados en la fe, que hoy vemos actuar de forma similar en ese país asiático.
Los católicos vietnamitas son todavía una minoría en el conjunto de la población de ese país. Pero con su práctica religiosa, que alcanza entre el 80 y el 90%, con su interés por el estudio de la Biblia y su deseo de ser catequizados, es cuestión de tiempo que logren evangelizar al resto del país. Estoy convencido de que ellos no pierden el tiempo hablando de la evangelización. Su vida cristiana es de por sí evangelizadora. Los obispos vietnamitas no necesitan escribir documentos que luego no lee casi nadie sobre la necesidad de llevar el evangelio a los demás. Saben que sus sacerdotes y sus fieles, bien atendidos sacramental y espiritualmente, son los verdaderos protagonistas de la aventura de poner a su nación a los pies del Salvador. Esa, y no otra, es la verdadera manera de consagrar una nación al Sagrado Corazón de Cristo.
Luis Fernando Pérez Bustamante
14 comentarios
http://manifiestoporlavida.wordpress.com
/2009/01/21/cristianos-en-vietnam-recogen
-y-entierran-los-fetos-abortados/
Jóvenes católicos vietnamitas, universitarios en su mayoría, vigilan los centros de abortos en este país comunista. Por la mañana invitan a chicas abandonadas y embarazadas a ir a una casa de acogida. Tendrán apoyo durante el parto y los primeros meses de vida del bebé. Una de estas casas católicas de acogida de Saigón ha atendido 200 madres en tres años. Al oscurecer, otro equipo recoge los fetos tirados a la basura, unos doscientos cuerpecitos cada noche. Explican a un equipo de españoles de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) que así los salvan de la deshonra y de que los usen como comida para los cerdos. Al amanecer, en una pequeña capilla presidida por una imagen de la Divina Misericordia, depositan los fetos en una vasija y rezan de rodillas por ellos. Es lo más parecido a un funeral que tendrán estos bebés. A veces, las chicas que han abortado llevan a su hijo muerto y dejan escrito el nombre que les hubiese gustado ponerle. En Vietnam cada año hay entre dos y tres millones de abortos. Durante mucho tiempo, el Gobierno prohibió tener más de tres hijos. La Iglesia católica, hostigada de distintas formas, da formación afectiva y sexual allí donde llega, pero sobre el país pesan más de treinta años de instrucción marxista y materialista. En algunas ciudades, los grupos provida cuentan con cementerios para niños abortados: lápidas hasta donde alcanza la vista, ninguna de ella de más de medio metro. Son tumbas en miniatura. A veces se ven mujeres que rezan y lloran entre ellas. Algunas encienden velas o esconden cartas en las grietas, pidiendo perdón. En otras ciudades no se han podido construir esos cementerios. Entonces, los voluntarios incineran a los niños. Con sus cenizas, los católicos fabrican ladrillos. Cada ladrillo, cien niños. Ya han fabricados cuatro mil. Las cuentan aturden. Los católicos vietnamitas dicen que con los ladrillos levantarán una iglesia dedicada a la vida, que la vida resurgirá de las cenizas.
Sin embargo, no logro estar de acuerdo con una frase tuya LF. Cuando dices que no existe una "perspectiva de sufrir una verdadera persecución a corto-medio plazo". Creo que el catolicismo nunca ha dejado de estar perseguido. es cierto que adiferentes niveles, pero está perseguido. Hoy en día si un jóven dice que va a misa los domingos lo mas light que pueden hacer sus amigos es reirse de él. Y eso, entre otras muchas cosas es persecución. La única diferencia que veo yo es que mientras en países como Vietnam estarían dispuestos incluso a entregar la propia vida por defender su fe, en países como España se prefiere ser políticamente correcto para evitarse problemas.
Ójala los católicos aburguesados de Europa supieramos dar verdadero testimonio de nuestra fe.
un caso duro e ilustrativo de lo que supone la labor cristiana en aquel país, tan lejano del nuestro.
Estos casos pueden generar en nosotros un deseo de búsqueda del bien.
Que Dios os bendiga
Está claro que la persecución que acaba en la tumba no es comparable a insultos mofas. El problema es que la persecución que sufrimos en España ha tomado un nuevo cariz, pasando de la vejación física a la psicológica, mucho más peligrosa y dificil de combatir pues, como comentabamos en otro post, la fe de la mayoría de nuestros vecinos es, digamos, débil, con lo cual no hace falta llegar al maltrato físico o el asesinato para inducir a que alguien abandone a Cristo.
1) la dictadura comunista ha aflojado un poquito en los últimos años (depende de las zonas)
2) hay crecimiento no en las zonas budistas de los llanos del sur, sino en las zonas montañesas tribales del norte, minorías étnicas animistas, poco "comunistizadas"
3) un eficaz recurso a los laicos; con el clero vigilado, los catequistas laicos se forman bien y evangelizan. El difunto cardenal Pham Dinh Tung puso en versos "luc bat", memorizables, los evangelios y los mandamientos; los catequistas los memorizaron e hicieron memorizar: así, la Palabra memorizada ha dado vida a las comunidades.
http://en.wikipedia.org/wiki/Paul_Joseph_Pham_Dinh_Tung
http://en.wikipedia.org/wiki/Luc_bat
Esto es poco aplicable a nuestro país: Vietnam (Asia pobre) sigue siendo una cultura de memorización, mientras que los españoles nacidos después de 1980 no tienen ninguna capacidad ni conciencia de memorización.
Con motivo de la beatificación de los mártires de la G. Civil, pude leer algunos de los martirios a los que fueron sometidos y me impresionaron muchísimo.Supongo que su testimonio debería conocerse más, pues el ejemplo es uno de los mejores predicadores.
Tal vez si tuviesemos muchas dificultades para acceder a los sacramentos, a la catequesis, a la formación, los valoraríamos más y seríamos más consecuentes con nuestra fe.
AL que mucho le cuesta, mucho valora
¿Banderas sí o banderas no en el Cerro?:
http://www.diarioya.es/
Quiero,con tu permiso,director,agradecer al cardenal vietnamita Francisco Javier Nguyen Van Thuan su libro Testigos de Esperanza,en él se describen bastantes detalles de la "pastoral de sangre" en Vietnam,algunos han sido descritos;sin embargo propongo el enlace http://www.devocionario.com/textos/defectos_1.html#P1,trata de los "defectos de Jesús".
No quiero terminar sin confiar un detalle que me estremeció cuando lo leí:el 15 de agosto de 1975,Solemnidad de la Asunción de María, Van Thuan fue encarcelado,su prisión duro 14 años;ese mismo día yo contraía matrimonio.
Todavía,mientras lo escribo,siento un nudo en la garganta,gracias LF por recordarme a nuestros hermanos vietnamitas y en particular a mi hermano FJ Nguyen Van Thuan.
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