Natacha
Quienes navegamos por el río de la fe cristiana que desemboca en la salvación eterna recibimos la gracia de encontramos de vez en cuando con personas en las que Dios ha impreso su sello de forma especial. Son hermanos en la fe en quienes, a pesar de su limitaciones y posibles defectos -¿quién no los tiene?, Cristo brilla de forma especial.
Ayer nos tocó despedir a una de esas personas: Natacha. Antes de hablar de ella, permitidme dar testimonio del grupo parroquial al que pertenecía: Stella Maris, de la parroquia de Nuestra Señora del Mar en Rota, Cádiz.
Quienes me conocen saben que mi vida espiritual ha dado muchas vueltas. Ha sido cualquier cosa menos “aburrida". Pues bien, en todos estos años no he encontrado un grupo de hermanos en la fe tan acogedor, tan familiar y tan católico como Stella maris. Procedentes de diversas realidades eclesiales, hacen de la parroquia una auténtica comunidad cristiana. Todos los martes nos reunimos para rezar, comentar el evangelio del próximo domingo, estudiar la Biblia, hablar de lo divino y de lo humano, ver películas o documentales catolicos. En definitiva, para dejarnos guiar por el Señor, presididos por nuestro diácono José Manuel.
En esa comunidad tan especial, en ese oasis de fraternidad cristiana, Natacha era la más especial de todos. Oirla hablar de cómo el Señor había transformado su vida ha sido una gozada. Verla afrontar con serenidad y paz la terrible enfermedad que se la ha llevado de entre nosotros, ha sido una bendición de lo alto. Nos quería y se hacía querer. Y por eso ayer todos lloramos al despedirla. Algunos con lágrimas en los ojos, el resto con las lágrimas en el corazón.
Más el duelo no puede ahogar la esperanza y la confianza en que el Señor la acogerá entre sus brazos. La comunión de los santos es esa maravilla que une a la Iglesia que peregrina en la tierra con la Iglesia purgante y la Iglesia triunfante que disfruta de la visión beatífica. Natacha ha partido hacia el encuentro con el Señor pero sigue con nosotros. La muerte no tiene la última palabra pues nuestro Dios es un Dios de vivos.
Su marido y sus hijos estaban ayer arrasados por el dolor, como no puede ser de otra manera. Estos meses atrás vi varias veces a Natacha caminar con su marido agarrados de la mano. Una imagen con aroma de amor conyugal. A él se le ha ido media vida, pero nadie le podrá arrebatar todos los años que han vivido juntos fundando una familia.
Os ruego a todos un oración por el alma de Natacha y por sus seres queridos. Brille para ella la luz perpetua.
Luis Fernando
PD: En la foto Natacha está a mi lado justo a los pies del Señor crucificado
23 comentarios
Cuenta con mis oraciones, claro que sí.
Más allá de todo esto por la fe en Cristo Jesús sabemos que somos caminantes de un camino que se llama Jesús cuando dice Yo soy el camino; yo soy la verdad ;yo soy la vida
Por lo tanto a la luz de Jesús debemos analizar nuestra propia vida y hay una verdad maravillosa que siguiéndolo a El nos lleva al Padre Eterno y dice vosotros me veréis más el mundo no me verá .
Realmente oramos en el corazón y en el seno de la Iglesia con la certeza de nuestra fe inquebrantable que el Rey celestial la recibe en el abrazo de Jesús y el perdón de Jesús y vivir con Jesús para siempre es nuestra Gloria mientras caminamos con el sacramento de la Eucaristía y confesamos y nos arrepentimos de aquello que no coincide con nuestro Señor Jesucristo y su Madre María Virgen y Maestra
Gracias Luis Fernando por comunicarnos esta experiencia de esta hermosa mujer y madre.
Tuve la suerte de disfrutar con ella durante un tiempo, compartiendo en la parroquia, comunidad y en catequesis, fue una mujer entregada, puro testimonio de fe.
Sólo puedo darle las gracias a Dios por ponerla en mi camino y aprender de ella.
Un besazo grande hermana Natacha, disfruta del Señor y danos fuerzas a todos, pero especialmente a tu marido, hijos, madre y demás familiares, y no olvides a tu comunidad Stella Maris, porque ella no te olvida. Nos rezamos
y brille para ella la Luz perpetua.
Descanse en paz Natasha.
Amén.
Gracias por compartirlo.
Pedimos por el eterno descanso de su alma y la aceptación gozosa de la voluntad de DIOS NS de su familia y amigos.
Está todo muy difícil, pero no fuimos creados para Disney, sino para gloria del Señor. El combate es duro, aparenta ser desigual, pero el Señor ya venció y, si perseveramos, con su gracia, hasta el final, también venceremos. Tengo en mi corazón la sospecha firme de que en su combate, esta hermana, como tu esposa y tantos, tantos fieles de veras, que unen su sufrimiento a las llagas del Señor, han triunfado. Lo que no nos exime de rezar y ofrecer por ellos, sino que nos impone una feliz obligación en la caridad.
Dios te bendiga, Luis, y a todos ustedes.
Saludo cordial.
Siento la muerte de Natachs, por lo que haa significado para ti.
Pero te envidio por haber encontrado un grupo como Stella Maris. Tengo 74 años y un grupo asi es lo que llevo buscando cadi toda mi vida en Barcelona, sin que haya encontrado nada ni parecido.
He conocido a muchas personas que han buscado un grupo parroquial como el que tu desxribes, pero eres la primera persona que sé que lo ha encontrado.
Gracias,.Señor
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