Preguntas elementales sobre la cuestión de los abusos a menores

La Fiscalía General del Estado opina que las medidas para evitar y denunciar los abusos sexuales a menores en la Iglesia en España son «deficientes». En el texto de la Fiscalía se puede leer que «se deben evitar comprobaciones o filtros internos de verificación previos a la información del caso a las Autoridades competentes por parte de la Institución en cuyo seno se ha detectado el caso». Esa puesta en conocimiento «habría de realizarse de forma directa por quien haya recibido la noticia o disponga del conocimiento directo de la sospecha del abuso sexual».

Perdonen ustedes si hago la siguiente pregunta:

¿Se puede saber por qué las víctimas no denuncian ellas mismas los abusos a la Justicia?

Si a mí, siendo cura, obispo, profesor o director de colegio católico, alguien me dice que otro cura, obispo o profesor ha abusado de él/ella, ipso facto le digo que vaya a comisaría. Y si hace falta, me ofrezco a acompañarla a presentar la denuncia.

Tengo alguna otra pregunta que hacer a la Fiscalía General de este país. Siendo que, según informa el diario Público -que no es sospechoso de ser de extrema derecha-, “cada tres horas se denuncia un abuso sexual hacia un menor en España” pero el 70% de los casos nunca llega a juicio, ¿no habrá que abrir una investigación general sobre la actuación de jueces y fiscales? ¿o es que aquí sólo han sido negligentes algunos obispos y provinciales de órdenes religiosas?

Según Save the Children, y sigo citando de la información de Público, el sistema judicial español  “no está preparado para escuchar y atender a los menores en sede judicial” y garantizar la plena protección de los menores víctimas de abuso o agresión sexual, por un sinfín de razones que incluyen la escasez de recursos, la burocracia, la falta de personal debidamente cualificado o la ausencia de protocolos precisos y homologados sobre cómo tomar testimonio a los menores. 

¿Qué habremos de decirle entonces a la Fiscalía General del Estado español? 

¡Consejos vendo que para mí no tengo!

Luis Fernando Pérez Bustamante