Mártires y confesores, gracia del cielo para la Iglesia en la tierra
El testimonio que acabamos de publicar de Khiria Al-Kas Isaac, cristiana iraquí que prefería ser decapitada antes que traicionar a Cristo, tiene mucho en común con el de los mártires protagonistas del blog de Santiago Mata en InfoCatólica. Tanto Khiria como el resto de cuarenta y seis mujeres que se mantuvieron firmes en su fe, lo cual les valió ser torturadas, entran dentro de la categoría de “confesores". Es decir, no han llegado a sufrir la muerte por su fidelidad, pero se podría decir que son mártires en vida.
Vaya por delante que es humanamente imposible ser mártir o confesor. Solo la gracia de Dios capacita a los elegidos para tal obra de testimonio de la fe. Pero la gracia no anula la voluntad del hombre, sino que la perfecciona y la hacer verdaderamente libre para optar por el bien. Y no hay mayor bien que dar la vida por Cristo.
Mientras la Iglesia está dispuesta a tratar algo tan fundamental como la pastoral familiar, asunto ciertamente complicado dado el acoso que la familia sufre en sociedades paganizadas y apóstatas, el testimonio de fidelidad de estos nuevos mártires y confesores es, sin la menor duda, un derroche de gracia. Si ellos están dispuestos a ser decapitados por no traicionar a Cristo, mucho menos se puede estar dispuesto a negar su Palabra y sus enseñanzas para acomodarlos al mundo. Si la misericordia de Dios llega hasta el extremo de conceder la gracia del martirio a muchos, tanto más llegará para conceder a todo cristiano el vivir en santidad, aun en medio de situaciones familiares y personales complicadísimas.
Si ellos han estado dispuestos a morir por nuestro Señor, ¿abriremos la puerta a la traición a Cristo para adecuar su evangelio a las exigencias de los que viven en las tinieblas y el error? No, tal cosa es impensable de aquella que es columna y baluarte de la verdad.
Khiria, que sigue sufriendo la cruz de las consecuencias de las torturas recibidas, es un grito de esperanza lanzado a todos aquellos que temen que la Iglesia puede dejar de ser aquello que Dios quiere que sea. El Señor siempre se reservará un remanente fiel. Lo hizo en España el siglo pasado. Lo hace hoy en Oriente Medio. Lo ha hecho a lo largo de los siglos cuando ha sido menester. Dios cuida su Iglesia. Y sus mártires son nuestra corona.
Luis Fernando Pérez Bustamante
15 comentarios
La presencia de mártires en todos los tiempos, lo mismo que la de personas capaces de ayudar a otras en condiciones de gran presión y peligro, son la mejor constancia de que- a pesar de todo-esta época no es peor que las anteriores y de que la enorme crítica e incomprensión hacia el Cristianismo del mundo actual no ha hecho mella en muchas personas. ¡Demos gracias a Dios porque existan! ¡Alabemos al Señor en sus mártires!
Mientras la Iglesia está dispuesta a tratar algo tan fundamental como la pastoral familiar, asunto ciertamente complicado dado el acoso que la familia sufre en sociedades paganizadas y apóstatas, el testimonio de fidelidad de estos nuevos mártires y confesores es, sin la menor duda, un derroche de gracia. Si ellos están dispuestos a ser decapitados por no traicionar a Cristo, mucho menos se puede estar dispuesto a negar su Palabra y sus enseñanzas para acomodarlos al mundo. Si la misericordia de Dios llega hasta el extremo de conceder la gracia del martirio a muchos, tanto más llegará para conceder a todo cristiano el vivir en santidad,.
Muchas Gracias, a la Igelsia la Sotiene el SEÑOR, con ustedes.
Su fidelidad, gracias a Infocatólica, se difunde, anda Fourcades, Boff,tanta incoherencia,estos no son chupasirios,incoherentes,ni una noticia, por los expertos de la apertura de la Iglesia,Vaticanistas, superchantas, como siempre de mi país.
Testimonio que nos debería hacer pensar mucho a todos los que nos llamamos católicos.
Seriamos capaces de dar la vida o la libertad por Cristo como esta mujer?
Seriamos capaces de dar la vida o la libertad como Paulos Faraj Rahho arzobispo caldeo secuestrado y asesinado en 2008 por los fanáticos islámicos?
Seriamos capaces simplemente de perder nuestros trabajos,nuestra fama, nuestro status, por ser fiel a la doctrina de Cristo?
Que el Señor se apiade de nuestras infidelidades y miserias.
Lei un post muy bueno en el blog del Padre Fortea del día 7 de Septiembre titulado:"El camino de los futuros tristes posibles de la Europa apostata" sobre la posibilidad de la propagación del islamismo radical y la llegada, a nuestras ciudades de la "sharia" y la "yihad" que ahora, todavía vemos como algo relativamente lejano.Lo recomiendo. Es una posibilidad no tan remota . 500000 musulmanes son los censados en Francia, en España se calcula que más de 200000,...etc cifras en incremento exponencial. Son musulmanes en su mayoría pacíficos y que hay que respetar y amar como prójimos, pero no es un dislate que puedan surgir radicalizaciones. Las crisis económicas y sobre todo, la falta de valores transcendentes que ofrecen nuestras apostatas sociedades así como también estos fenómenos como el de ISIS, que aparentemente "triunfan en la distancia",pueden influir en esa radicalización sobre todo de los más jóvenes. Uno de los ejecutores del periodosta americano nació en Londres y se han detectado en las filas de ISIS cientos de jóvenes nacidos en nuestros países provenientes de segundas generaciones de musulmanes instaladas aquí.
Gloria in excelsis Deo
Ya se que la entrada de Luis Fernando tiene por cometido alentar a vivir en la coherencia de la fe y enseñanza de la Iglesia Catolica.
Es que al leer,a mi me mueve a la reflexion, aun estar al fin de la sobremesa. Y advierto que es una reflexion como "insana" desde el punto de vista del creyente. Mas que nada me ha venido al leer el comment de Palas Atenea, recuerdo de pequeña cuando mis tias abuelas me hacian leer vidas de santos, que lei un episodio de Sta. Teresa de cuando con su hermano piden ir a la tierra de moros para sufir martirio. En ese momento me parecio algo terrible y siempre lo recorde, asimilando como querer el suicidio. Y no, no, ciertamente es como comenta Palas, no tiene nada que ver y aunque me cuesta algo verlo como una manifestacion de vitalismo, pienso que necesariamente se mueve mas por ahi que por la parte contraria.
Bueno, disculpas, el ejemplo de esta cristiana me parece admirable y heroico. Pero como soy no-creyente no puedo dejar de pensar, y si realmente no hay nada despues de morir? que inmensa, inmensisima decepcion! aunque no todo serian como 'malas noticias' por encima de los debates como los del blog de Patricio Acevedo sobre la razon de la existencia de Dios, personalmente doy mas importancia a detalles como este. Un sentimiento asi, tan poderoso, tan intenso no deberia tener una correspondencia con la promesa mistica de ver a Dios?
Claro que tambien estan idealistas que han muerto por cosas como el comunismo o por la revolucion, por cosas que sabemos bien y muy bien que solo son errores. Pero es verdad que muchos han muerto por ello.
En fin, mi animo no es tampoco sembrar la duda, si acaso la duda, gran duda la tengo yo, y esto es solo una reflexion.
Saludo, LF, como siempre a tu discrecion.
Que vuestra palabra sea Si , y o/no no andan con grises.
Que Dios Nuestro Señor, nos de la valentía para dar la vida por El, por la Verdad, estos son los ejemplos a seguir.
Mientras la sociedad del Placer sigue, con sus mentiras, ahí está la Verdad con todo.Muchas Gracias Hermanos en la Sangre de Cristo.Que Dios los Bendiga y la Santísima Virgén, con todos los santos,los reciba, Flor de premio!!!!!!
Estoy segurisímo que viven con toda la fuerza de sus almas la Santa Misa,que le rezán a la Santisima Virgén, con todo, que sus misas son sagradas con todo, que orán, con toda la fuerza.
En ellos no existén las barbaridades, que rodean el Santo Sacrificio."Por sus frutos los conocereís".Ahí no hay doblez.Estas noticias ,les pido que las sigan publicando, gracias infocatólica.
Que orgullosos nos podemos sentir por nuestros hermanos valientes y fieles, en un mundo y parte de la Iglesia, que ha apostatado de las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo.
Gracias hermanos, estamos con vosotros. Es nuestro deber denunciar la barbarie. Nuestra oración y afecto os acompaña. Muchos monjes, muchos consagrados, ofrecen cada día sus vidas por vosotros; que nuestra oración sea vuestra fuerza.
Durante el siglo XX-que tanto nos ha enseñado-además de los mártires cristianos han aparecido otros que-sin morir estrictamente por la fe, porque ésta no estaba cuestionada- mueren por su conciencia.
La conciencia es el disco duro de cada quién y si se parte el ser queda dañado, algunos lo entienden así y afrontan la muerte por eso.
Un caso así se dio en La Rosa Blanca, el grupo de jóvenes cristianos de Múnich. Fueron seis y, de ellos, había tres católicos, dos luteranos y un ortodoxo. Ni la Iglesia Católica ni la luterana les consideran como mártires-ya que, aunque cristianos, no murieron por la fe-pero la Iglesia Ortodoxa Rusa ha canonizado a Alexander Schmorell y su icono puede verse en internet. Tampoco ellos buscaron la muerte pero lo que estaban haciendo suponía un gran riesgo, no hacer nada era mucho más seguro pero no pudieron permanecer al margen.
Pues bien, en Alemania el mayor admirador de Newman fue Theodor Haecker-por desgracia sus libros hace tiempo que no se editan y hay que buscarlos en librerías de viejo-quién tradujo su obra. Hace poco me enteré que historiadores alemanes habían encontrado conexión entre Newman y la "Rosa Blanca" porque Sophie Scholl y su novio, que estaba en el frente ruso, hablan de sus libros en sus cartas. Por otra parte la hermana de Haecker fue procesada y absuelta en el mismo juicio de "La Rosa Blanca" y Hans Scholl organizó la biblioteca de Haecker por lo que el grupo entero-que estudiaba teología-conocía la obra de Newman. Como en los interrogatorios de la Gestapo que se conocen-el de Sophie Scholl-ella le dijo a Mor que "su conciencia cristiana le había obligado a oponerse al nazismo de forma pacífica", los historiadores dan como uno de los motores del movimiento de ese grupo la influencia del Beato John Henry Newman. Y éste, desde luego, puede considerarse como confesor, erudito, apologeta y gloria de la Iglesia Católica en Inglaterra de dónde se la quiso desalojar.
Nuestra fe busca coquetear, aparecer simpática hasta, tantas veces negada, con tal de "estar al día".
Mientras que estos heroicos hermanos nuestros, validos sólo de la cruz, reeditan las páginas más gloriosas de la historia de la Iglesia
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LF:
Bueno, más que vergüenza, lo que debería darnos es un sentimiento de enorme gratitud, porque del sacrificio de esos hermanos obtenemos gracia para permanecer fieles en nuestras circunstancias.
Y si no permanecemos fieles, es que casi no tenemos perdón de Dios.
Es que me parece que hay en este momento dos tipos de persecuciones:
1) La que están sufriendo en Oriente, que es la misma que los cristianos sufren desde los primeros tiempos hasta la Parusía, con momentos de mayor o menor intensidad y que está dejando la historia regada de la sangre de los mártires.
2) La que estamos sufriendo en Occidente, que es más moderna aunque tiene sus antecedentes, y de la que muchos no se dan cuenta. Pero ya hay muchos avisos y en Infocatólica habla de ello el cardenal de Chicago Francis George con meridiana claridad.
Es muy posible que nos encontremos conque, sibilinamente, nos quiten arena bajo los pies sin necesidad de cortarnos la cabeza con un alfanje. Que muchos cristianos se vean alejados de profesiones como médico, maestro o juez si quieren poder comulgar en paz con Dios o de lo contrario van a tener que practicar abortos, dictar sentencias contra la Ley de Dios o actuar ante los alumnos disimulando las propias creencias. Es decir que nos rompan el disco duro de la conciencia. Y esto es más difícil de ver que lo otro porque es más fácil engañarnos a nosotros mismos. No nos van a dejar ser mártires pero el que quiera ser fiel a Dios va a tener que fajarse, como decía mi padre, y además se burlarán de él. Recordemos que en el Evangelio no sólo hay golpes sino también burlas.
Es una especie de pseudo-martirio que no llega a la efusión de sangre pero puede llegar al ostracismo social. Debemos estar preparados.
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