Ante el arrepentimiento de un ex-etarra
“Dios es testigo que estoy profunda y sinceramente arrepentido“. Así de claro se ha manifestado José Luis Álvarez Santacristina, alias Txelis, que fue miembro de la banda terrorista Eta. Precisamente su pertencia a la organización asesina le lleva a afirmar que es “plenamente consciente de la responsabilidad moral que ello conlleva para con las numerosas víctimas que ha generado ETA a lo largo de su historia“.
El ex-etarra asegura que trata “en la medida de lo humanamente posible compartir de algún modo el dolor generado por las graves secuelas físicas y psicológicas que han de soportar muchas víctimas y sus familiares, así como el sufrimiento perenne que arrastran cientos de familias por la trágica pérdida de su esposo/a, hijo/a, padre, madre, hermano/a, familiar, allegado o amigo/a y tengo siempre presente que es un mal irreparable“
Y por último, tras pedir “públicamente perdón de todo corazón“, advierte que “la petición de perdón podría quedar desnaturalizada y perder su potente fuerza reparadora y regeneradora si se planteara solo como un requisito de cumplimiento formal“, que es exactamente lo que está ocurriendo en los últimos meses con otros presos etarras de los que no está nada claro que se hayan arrepentido de sus crímenes.
Las palabras de Txelis han encontrado respuesta en Carmen Torres Ripa, viuda de José María Portell, el primer periodista asesinado por Eta. Destaco el siguiente párrafo:
El perdón es una disciplina políticamente incorrecta. Hoy te darán la primera página, pero después vendrá el vacío de los que se consideraban tus amigos, el vacío hacia dónde quieres llegar y el vacío de los que no quieren acompañarte. No te desanimes. Jesús, ese hombre excepcional al que citas, dice que el perdón os hará libres. Duerme en paz y aleja de tu lado los demonios de la noche. Lo hecho, hecho está. Nunca se puede rebobinar el pasado, pero el futuro se puede empezar cada día. Hoy, José Luis Álvarez Santacristina es el primer día de tu nueva vida. Txelis, tu nombre de guerra, ya no está.
En realidad lo que dijo Cristo que nos haría libres es la verdad, pero sin duda el conceder el perdón tiene un efecto liberador para el alma. De hecho, para el cristiano es un deber. En el padrenuestro pedimos que Dios nos perdone así como nosotros perdonamos. Nadie dice que sea fácil, sobre todo cuando aquel que ha de ser objeto de nuestro perdón no manifiesta el más mínimo indicio de querer disculparse, pero Dios no nos pide nada que nos nos pueda conceder hacer por gracia.
Cristo dijo que en el cielo hay fiesta cada vez que un pecador se arrepiente (Luc 15,10) y sin embargo, algunos comentarios a lo dicho por José Luis y Carmen denotan enfado e ira. Algunos dudan de que el arrepentimiento del ex-etarra sea sincero. Esto le he contestado a uno de los comentaristas:
¿Tú eres Dios? Lo digo porque parece que eres capaz de entrar en el corazón de Txelis para discernir si su arrepentimiento es verdadero o no.
Por cierto, el verdadero arrepentimiento viene de la gracia de Dios, así que entrar en cuestiones sobre si llega antes o después es desconocer la realidad de la vida espiritual. Hay personas que se arrepienten de sus pecados poco antes de morir, y el perdón divino les alcanza igual que al resto.
Otra cuestión es la justicia humana y los beneficios penitenciarios. No vamos a poner en la calle a todos los presos que se arrepientan de sus pecados y pidan perdón por sus delitos. Nadie propone tal cosa.
El síndrome de Estocolmo puede ser tremendo. Pero peor es desconocer la grandeza y el alcance de la misericordia divina. El alma que no da gracias a Dios por el arrepentimiento de un pecador está llena de un resentimiento que, en sí mismo, es pecado.
Poco más tengo que añadir. Solo dar gracias a Dios por haber obrado en el corazón de ese hombre y pedirle que obre también en el de los familiares de los que han sido asesinados por él, de forma que puedan concederle el perdón. Como dice Carmen Torres “nunca se puede rebobinar el pasado, pero el futuro se puede empezar cada día“. Y si ese futuro es fruto de la conversión a Cristo, sin duda será esperanzador y lleno de buenos frutos. Ojalá haya otros etarras que se dejen tocar por la gracia de Dios para nacer de nuevo y convertirse en gente de bien. Ese sería el verdadero fin de la historia de terror que llevamos viviendo desde que nació Eta.
Luis Fernando Pérez Bustamante
50 comentarios
Los arrepentimientos de Solaun o de Yoyes fueron sinceros y auténticos. Este tiene toda la pinta de ser un fraude, pues sigue denigrando a las víctimas (al agruparlas en esa masa de "todas las víctimas de la violencia"). Ya no dispara con la pistola, pero sigue humillando a las víctimas verbalmente. Eso no es arrepentirse.
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LF:
Hablar de todas las víctimas de la violencia no es contradictorio con el arrepentimiento del mal que uno mismo ha provocado. Sobre todo cuando, desgraciadamente, hubo terrorismo de Estado en este país. Todavía estoy esperando a que alguno de los responsables de las víctimas del Gal pidan perdón como lo ha hecho este hombre.
Respecto a lo otro, él habla del "llamado conflicto vasco". No asume necesariamente que ese sea el término adecuado, pero sí que es descrito así, y no solo dentro del ámbito etarra.
Soy incapaz de decir algo sobre el arrepentimiento de un antiguo asesino. Sólo puedo callar y dar gloria a Dios por el milagro sucedido.
¿Quieren un perdón, que conlleve amnistía?. ¿Si?. Pues que empiecen los centenares de miles de manifestantes que yo he visto en Vascongadas gritar: ¡ETA mátalos!; ahora que salgan pidiendo perdón. Y que salgan a pedir perdón también, todos los clérigos que han animado al asesinato. Esa es una buena manera de poder empezar a perdonar. Salirse por la tangente es mala solución, porque siempre habrá memoria. Y como decía aquel: Olvidar...... un sueño; nunca se podrá olvidar, mientras haya alguien que recuerde.
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LF:
Creo que las penas por terrorismo son ridículas -soy partidario de la cadena perpetua revisable-. Creo que el anterior gobierno traicionó a España negociando con Eta. Y sospecho que el actual gobierno está haciendo seguidismo de lo que hizo el anterior.
Y sin embargo, InfoCatólica, como cualquier portal digital que merezca el nombre de católico, no puede hacer otra cosa que informar de algo tan maravilloso como es la conversión de un asesino, su petición de perdón, y la concesión de dicho perdón por parte de la viuda de un asesinado.
Y el que no entienda eso, no entiende lo que es este portal. Por no decir que no entiende de qué va el evangelio.
Cuando alguien pide perdón, negárselo no ayuda a nadie y ofende a quien nos perdona. Como aquel de la parábola que fue perdonado en su gran deuda y él no perdonaba a sus deudores.
Por cierto, hace como dos años leí una entrevista en la que comentaba que tenía intención de proseguir los estudios que dejó a medias como seminarista.
La petición sincera de perdón ayuda a las víctimas a perdonar, y por eso es muy necesaria la conversión de los asesinos, porque es absolutamente sobrenatural perdonar si que el asesino esté arrepentido.
Pero, igual que el antiguo asesino ha tenido un proceso hasta el arrepentimiento y ese ritmo lo marcó su vivencia interior, las víctimas tienen también su proceso. Algunas ya lo han dado sin necesidad de la petición perdón, y esto maravilla al arrepentido o al que está en el proceso. Otras lograrán perdonar tras un tiempo, ante la petición de perdón, y otras quizá no lleguen nunca a perdonar.
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LF:
Las víctimas son siempre la parte más débil. Y a quien vive debilitado por el dolor, no cabe exigirle nada. Sin duda Dios les ayuda a perdonar. Pero no me imagino a Dios castigando a quien no puede perdonar al asesino de su marido, de su esposa, de su padre, etc.
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LF:
Por eso Satanás odia tanto la cruz. Es sacrificio y perdón, motivado por el amor. El ojo por ojo derrotado por la misericordia. Una misericordia que no niega la justicia. Simplemente, la convierte en divina.
1º) Examen de conciencia
2º) Dolor de los pecados
3º) Propósito de la enmienda
4º) Decir los pecados al confesor
5º) Cumplir la penitencia.
Si estos cinco pasos se dan, Dios , que es infinitamente misericordioso,perdona irrevocablemente ( a Txelis o al mas espantoso de los criminales...).
Otra cosa es la reparación de los pecados cometidos por el penitente, que podrá hacerlo en esta vida mediante la oración, las buenas obras y la mortificación. O bien en el purgatorio si a la hora de su muerte no se hubiese purificado lo suficiente.
Solo Dios sabe de este ultimo aspecto y de las penas purgatoriales que en su caso tuviese que soportar el pecador.
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LF:
Añado un dato. Existen las indulgencias plenarias.
En la transición se decía entre los cacos que si te pillaban en un atraco, tenías que gritar alguna consigna política y asi te trataban como un preso político, de facil salida de la carcel. La justicia ante todo.
Señor Txelis, que alegría que se arrepienta, y ahora siga usted en la carcel.
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LF:
Pues si hablamos de cadena perpetua revisable, lo mismo estamos ante uno de esos casos "revisables".
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LF:
Pues no pocos políticos parecen deseosos de soltarlos, con arrepentimiento real o formal y sin él.
Y claro, por ahí no pasamos muchos.
Así de bueno es el Señor. Afortunadamente para Txelis y para cualquiera de nosotros.
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LF:
Vale.
Decía Inma Castillo de Cortáza que si vinculamos la petición de perdón a la redención de pena, estamos evitando que el asesino haga un proceso de verdadero arrepentimiento. Y que por otro lado, quitábamos a la víctimas la posibilidad de ofrecer magnanimidad y misericordia. Si el Estado les ha perdonado, ellas ya no tienen nada que hacer, sólo aceptarlo.
Y no es un temor infundado el tuyo, ya que los representantes politicos de la izquierda abertzale no han renegado del sanguinario pasado, sino que por cuestión de oportunidad política han dicho que renuncian a la "violencia" y optan por la actividad política.
Por eso, en este tema hay mucho camino que recorrer todavía. Y quizá echo en falta en todo el magnífico escrito de Santa Cristina una reflexión autocrítica no sólo sobre el daño causado a las personas sino sobre cómo ciertas ideologías y ambientes sociales llevan a la persona a convertirse en lo que él fue durante su militancia en ETA.
"He ASESINADO a seres inocentes que no pueden ser RESUCITADOS y por lo tanto no pueden reencontrarse con sus familiares por lo cual yo que estoy arrepentido y he pedido perdón a Dios y a las victimas, no merezco salir nunca de la carcel y debo pudrirme en la carcel hasta el fin de mis días. Y si he acabado la "minicondena" negarme a salir de la carcel (aunque luego me hechen fuera de la carcel por la fuerza)." ESO ES UN ETARRA ARREPENTIDO.
Hasta la fecha no conozco ningún etarra que al acabar su condena se haya negado a salir de la carcel.
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LF:
¿Y eso de qué parte del Magisterio de la Iglesia Católica lo saca usted?
Ellos dicen que se arrepienten para salir antes de la cárcel no porque realmente estén arrepentidos.
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LF:
Yo es que a Txelis no le he visto decir Gora Eta. Lo que sí le veo es señalar acertadamente el hecho de que pedir perdón como un acto formal no vale para nada. Y eso no lo ha dicho ningún político de este país.
Este post es sobre José Luis Álvarez Santacristina, no sobre todos los presos etarras.
Tampoco creo que el estar en la cárcel sea un impedimento para arrepentirse.
La Cruz, el Perdón y la Gloria.
Olé por Txelis.
Hechos, necesito hechos para creer en la sinceridad de su arrepentimiento. No vale con un carta por extensa que sea. Eso son sólo palabras.
De ahí, las críticas a aquéllas que se han entrevistado con los asesinos de sus familiares, no por lo que han dicho o dejado de decir, sino simplemente por el hecho de entrevistarse.
Y sí, la cosa es muy difícil, pero es lo que tiene querer mezclar la justicia y visión humana con las Divinas.
Un saludo, y gracias por el "jardín" para pasear por él.
Por un asesino, como estos, oró Santa Teresita de Lisieux, rogando por su conversión.
No seamos "justos en demasía" -Eclesiastés 7:16- que justo solo es Jesús que vendrá a juzgar a vivos y a muertos.
Perdona, pero no estoy del todo de acuerdo. No me refiero al que Dios castigue sino a que si queremos imitar a Cristo debemos perdonar cueste lo que cueste. Si queremos, con San Pablo, que sea Cristo quien viva en nosotros, no me imagino a Cristo negar el perdón a quien de verdad está arrepentido.
Puede pasar que uno perdone al verdugo, pero éste no esté arrepentido, por lo que tal perdón no conectará con el que no ha pedido perdón, Para ser perdonado debe uno arrepentirse de todo corazón y pedir perdón, y el cristiano que quiere cumplir con el mandato de Cristo de procurar ser perfectos como el Padre del Cielo lo es, debe perdonar.
Incluso humanamente el perdonar en estos casos es saludable. Lo digo por experiencia propia ocurrida en Grenoble en el año 1970 con unos universitarios españoles expulsados de la Universidad española, los cuales porque defendía a la Iglesia y a los sacerdotes me tacharon de "facha" y me hicieron daño. Eran ateos "por rabia" y maoístas. Al principio sentí rencor hacia ellos, y la herida no paraba de supurar, hasta que un día recé un Padrenuestro por ellos, y cada vez que me acordaba de ellos seguía rezando el Padrenuestro, y les perdoné. La herida entonces dejó de supurar, cicatrizó y desapareció. No sé de ellos nada más desde entonces, pero pido a Dios encontrármelos en el Cielo, y darnos un abrazo, porque uno de los mejores abrazos y curativos de cuerpo y alma es el del arrepentido con el que perdona. El abrazo del padre amoroso con el hijo pródigo.
Y no digo más, que me enrollo.
Para un católico, ya no hay nada más de que hablar.
El perdón y el abrazo de hermano caritativo es inevitable.
Aunque sea del hijo del muerto y si este lo considera oportuno conceder . Con el perdón todo finaliza y surge el amor. A borbotones, resurge el nuevo AMOR.
" PERDONA NUESTRAS OFENSAS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN ", dice el Señor.
y en su última Cena un mandato imperativo y categórico : " UN MANDAMIENTO NUEVO OS DOY. QUE OS AMÉIS LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO OS HE AMADO".
El AMOR , es el punto y final.
Saludos.
¡ Demos gracias a Dios ".
" Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida " ( Salmo 23 de David ).
http://www.religionenlibertad.com/articulo_imprimir.asp?idarticulo=23592
Solo en casos de necesidad extrema o imposibilidad material de recibir el sacramento de la penitencia, un acto de arrepentimiento perfecto logra el perdón.
Hago este comentario para que quede claro el poder que la Iglesia tiene encomendado por Jesucristo y que no solo se basa en una relación personal del pecador con Dios.
Dios quizás no castigue a quien no lo hace, pero menos le premia y no podrá ser santo. Con lo cual deberá purificarse con los dolores del purgatorio." Sin santidad nadie verá a Dios".
Dios no pone pruebas que no podamos superar. Esto es religioso, la sociedad no puede exigir perdón a una víctima.
Hay otro asunto, y es que los políticos se hacen Dios queriendo tener el poder de perdonar pecados a terceros. Su obligación es impartir justicia, no perdonar crímenes cometidos a otros.
Otra de las confusiones morales de esta época.
En cualquier caso, gloria a Dios por las gracias dadas a asesino y víctima.
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LF:
Si el resto de delicuentes comunes da un testimonio parecido y yo me entero, con gusto les dedicaría un post.
Gloria a Dios
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LF:
Digamos que tengo fuentes fiables que me confirman la veracidad de esa conversión. Hasta ahí llego.
Puede que el arrepentimiento de este etarra, o ex-etarra- sea sincero o no. Sólo Dios puede leer el fondo de nuestros corazones. Pero el perdón de un cristiano, aunque cueste y por la Gracia de Dios, debe existir siempre.
Yo perdoné a mis verdugos, y no sé si ellos están arrepentidos o no. Si están arrepentidos mi perdón ha llegado hasta ellos, y si no están arrepentidos mi perdón no conecta con ellos, PERO MI PERDÓN EXISTE Y EXISTIRÁ SIEMPRE. Y mis oraciones hacia ellos y mis deseos de encontrarlos en el Cielo (señal que se han arrepentido) siguen existiendo.
Como bien expone un comentarista sobre el perdón en la Cruz de Cristo a SAN Dimas, ladrón, asesino, y a saber qué cosas más, un perdón tan generoso que ni pasó por el purgatorio....¿quién le pone pegas?. La parábola de los trabajadores, que los últimos cobraron lo mismo que los que trabajaron todo el día. Si Dios quiere ser generoso y ganarnos en generosidad, ¿a qué nos va y viene a nosotros?.
En vez de ver la maravilla de la Misericordia de Dios y la maravilla de la Gracia de Dios que puede hacer brotar en nuestros corazones esta generosidad, lo único que nos reconcome es la venganza, la envidia, el rencor, el ojo por ojo... y la HERIDA SIGUE Y SIGUE SUPURANDO.
Yo prefiero perdonar aunque el verdugo no se haya arrepentido, como han hecho e hicieron los mártires, que perdonaban a sus verdugos antes de morir.
Es que me encanta rezar el Padrenuestro entero.
Hablar símplemente de perdón, como hacen algunos comentarios, es perder el tiempo; pues además bien enseña la Iglesia, que para que este sea verdadero y no una humillación más, se precisa la gracia de Dios, y en el asunto terrorista, hay mucho involucrado; son inútiles los casos puntuales (excepto para los puntualmente afectados). Pues eso, en la gracia de Dios es en lo que hay que insistir.
Se que están tratando de salir del problema terrorista por cualquier miserable subterfugio, y no lo digo por LF, ni por InfoCatólica. Pero si lo consiguen, que mal futuro veo.
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LF:
No tiene mucho sentido hablar del tema sin dejar bien claro que estamos ante un caso puntual. Ojalá todos los asesinos recorrieran ese proceso de conversión. Pero no es el caso.
Si un asesino mata a mi hijo, pediré justicia (verdadera justicia, que la justicia es para que salgan mejor de la cárcel y no al revés, que a veces no es por culpa del reo, que se sabe que a veces el médico es más culpable que el paciente), pero pediré justicia no por venganza sino por Caridad, y le perdonaré, y el día de su cumpleaños no se me ocurrirá regalarle una pistola para que mate otro hijo.
Juan Pablo II perdonó a Alí Agca, otra cosa es que él acogiera dicho perdón.
El que crea que perdonar es una humillación, su vida será siempre una llaga sin curar. Para ser santo hay que ser humilde, y a la humildad se llega a base de "humillaciones" por Amor a Dios. Si todo esto no se hace por Amor a Dios, somos como címbalos que retiñen.
Pasa que hablo desde mi experiencia personal. Pajarito de mí que me creí que como alababan el ser democrático podía exponer mis opiniones y creencias (católicas aunque en verdad vivía en pecado) sin que por ello llegaran a odiarme hasta procurar mi muerte.
Yo tenía que estar muerto desde el año 1970. Fue un 15 de agosto del mismo año en donde sufría tal experiencia, pero fue un día glorioso, ya que por partida doble era el día de la Virgen María, uno por ser el día de la Virgen de agosto y otro porque tal día cayó en sábado, día de la semana también de la Virgen, y Ella me protegió, y si lo hizo fue por algo, y lo curioso del caso es que no sé el por qué de ello.
Lo que sí sé, y con certeza, es que Ella ama a mis "verdugos", y los quiere en el Cielo como buena Madre que es, y por ello me es fácil el perdonarlos y rezar por ellos ya que así lo quiere mi Madre del Cielo y también Madre de mis verdugos, a los que les dije que les perdonaba porque no sabían lo que hacían, ya que me di cuenta de lo disparatado que era querer quitar la vida a una persona por el mero hecho de tener opiniones distintas.
En fin, que de una experiencia triste la Virgen la tornó en maravillosa.
Este es mi testimonio, y con él quiero dar ánimos a todos aquellos que han pasado, como me dijo mi padre cuando se lo expliqué, por la guerra. Que perdonen y que recen por sus enemigos, y con Amor surge la verdadera Justicia.
"Nadie dice que sea fácil, sobre todo cuando aquel que ha de ser objeto de nuestro perdón no manifiesta el más mínimo indicio de querer disculparse,"
es incorrecto.
Nuestra religión, entiendo, en el mismo Sacramento "del perdón", aclara taxativamente que para recibir el perdón debe haber arrepentimiento.
Como algo secundario y menos perfecto, se concede que se acuda a la Confesión por temor al castigo. De lo que resulta que aún en este caso, el temor al castigo es considerado como válido, aunque menos perfecto. Y es el penitente el que debe "hacer" algo para obtener el perdón. Acaso supeditado al misterio de la gracia ("Dios da el querer y el hacer"), pero igualmente algo debe hacer, aún cuando ese querer fuera también una gracia.
De modo que el perdón, NO creo que sea ni que DEBA ser algo automático ("¡meperjudicó-loperdono!") ni mucho menos que deba ser otorgado a quien no sólo no lo pide sino que ni siquiera tiene un atisbo de reconocimiento del mal que ha hecho.
Es cierto que la gracia nos permite cosas que si no no podríamos hacer, como perdonar daños graves, por caso. Pero no podemos, creo, subsanar todo vicio conceptual (como el relativo al tema del perdón) aludiendo a la gracia. Asimismo, como decía, el Sacramento de la Confesión, o "del perdón", vehículo o dador por tanto de Gracia, SÍ impera al arrepentimiento, y no sólo al arrepentimiento, sino, además, al propósito de enmienda.
Decir que se perdona a quien ni siquiera reconoce la falta hasta probablemente sea inmoral. Es no confrontar al ofensor con la consecuencia de sus actos. Es no hacerle ver que sus acciones pueden hacer daño, y a fin de cuentas es una falta de caridad, para los otros, que van a quedar a merced de sus conductas lesivas. Y también es una falta de caridad para el ofensor mismo, SI el agraviado, dañado u ofendido, puede encararlo sin ánimo de vindicta para mostrarle el mal que ha hecho. Sabemos que "corregir al que yerra" es una obra de misericordia.
Llamar perdón el pasar por alto sus "errores" o males, no es precisamente corregirlo, sino, al menos por omisión, reafirmarlo en su inconducta, y "dejarlo suelto" para que la continúe.
"Ama al prójimo como a tí mismo", no más que a tí mismo.
El ofensor, el que te hace daño, no tiene derecho a hacerlo. Y pasar por alto es ponerte para que lo siga haciendo.
Tómese mi comentario en relación al tema del perdón y a esa cita que extracté, que me parece propia de un error extendido.
Obviamente que si el supuesto es que el perdón anulará el vicio que tenga quien hizo daño así como la posición que eventual e ilegítimamente haya ganado por tal daño, se perdona y listo. Pero como eso no suele ser así, más bien parece resultar que SÍ debe haber una apertura por parte del potencial "perdonado".
Y parece que así nos lo pide la Iglesia en el Sacramento de la Confesión ("propósito de enmienda", "reparación del daño" -recuérdese el cuento de la penitencia de recoger las plumas disperas por el viento para quien había calumniado, para, no reparar el daño obviamente, sino mostrar lo difícilmente reversible de la acción-).
¿Porqué no hemos de hacer con otros, más o menos igual?
Si perdonar es simplemente no vengarse (salvo ocasiones en que sea de rigor una respuesta simétrica, y que sea distinta o distinguible de una mera venganza, como el ponerle coto violentamente a una violencia en la llamada legítima defensa), entonces de acuerdo con el panegírico del perdón, porque no hay que vengarse.
Pero otra cosa es la mera pretensión a mi criterio, "buenista", de andar dando brincos y sonrisitas con la actitud de "acá no ha pasado nada".
Hasta por ahí eso es mera pusilanimidad y cobardía.
Y a veces parece de que eso hay un tanto. Que deja un olorete de culpabilizar a la víctima, porque en su corazón acusa recibo del daño recibido con conciencia de quién se lo infligió.
Saludos, gracias
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LF:
Una cosa es el sacramento del perdón, en el que obviamente hay que pedirlo para que te sea administrado, y otra que los cristianos debamos perdonar o no independientemente de que se nos pida el perdón.
Y por supuesto, la concesión del perdón no anula la necesidad de que el perdonado deba reparar el mal causado.
No escriba comentarios tan largos, porque va contra las normas del portal que les demos paso.
Y los mártires que antes de ser ejecutados perdonan a sus verdugos también es buenismo y cobardía.
Pues gracias a este buenismo y cobardía por parte de Cristo en la Cruz, Dimas se convirtió en San Dimas.
Y la herida supura que supura, y no quieren ir al médico.
El perdón debe ser aceptado, mediante el arrepentimiento del verdugo para que este perdón tenga efecto, ya que si no lo acepta pasa como en la Confesión, no hay perdón. Pero el perdón por parte de Dios siempre está a punto. Es cuestión de aceptarlo o no. El perdón de Dios siempre existe. Es como un regalo que se puede aceptar o despreciar, pero el regalo está siempre ante las narices del pecador.
Pues del mismo modo, el perdón del cristiano debe existir siempre y ponerlo al alcance del pecador. Otro cantar es que lo acepte.
Y rezar por los pecadores, que es mandato divino. ¡Qué difícil se hace rezar por alguien con rencor en el alma!
"Señor, perdónales porque no saben lo que se hacen".
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LF:
Lo has explicado muy bien.
Tomás Bertrán, aprecio su intento, pero temo que en parte, construyó un hombre de paja, y lo ha rebatido convenientemente, con una curiosa aplicación de mis palabras. Tanto es así, fíjese, que San Dimas SI reconocía sus faltas, y aún pidió misericordia, con lo cual es un tanto rebuscado, aunque efectista, traerlo a coleto de lo que planteo en mi comentario, que es justamente lo opuesto que plantea en su réplica ...
Esforzándose un poco más hasta por ahí hubiera entendido el sentido de “hasta por ahí” en “hasta por ahí eso es mera pusilanimidad y cobardía”, más que la curiosa aplicación que hace. (Y me corrijo en un matiz: “pusilanimidad y/o cobardía”).
Pero la aplicación de San Dimas que hace a lo que dije, sirve igualmente para destacar aún más ese desfasaje en su comprensión.
Lo demás, vale, aunque fíjese que reconoce que no hay perdón si el “verdugo” no lo acepta. Por ahí vá la cosa.
¿Qué hay que darlo?
Salvo eventualmente un primer intento, luego no se puede si el “verdugo” no sólo no se dá por aludido sino si hasta vé como un “derecho” (digamos) sus acciones dañosas.
Pero su remate lo resuelve:
“Perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Rezar, sí (y cruzarse de vereda..., sino atarlo de manos, eventualmente alertar a los vecinos, y si hay peligro, pues que lo prendan).
Saludos
"Tomás Bertrán, aprecio su intento, pero temo que en parte, construyó un hombre de paja, y lo ha rebatido convenientemente, con una curiosa aplicación de mis palabras. Tanto es así, fíjese, que San Dimas SI reconocía sus faltas, y aún pidió misericordia, con lo cual es un tanto rebuscado, aunque efectista, traerlo a coleto de lo que planteo en mi comentario, que es justamente lo opuesto que plantea en su réplica ..."
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¡Claro que pidió perdón!, ¿pero por qué?. ¿Cómo llegó a la conclusión de que Cristo era inocente y no debía ser castigado como a él y al otro ladrón hasta el punto de que recriminó a su compañero las burlas que hacía éste a Cristo?. Sólo tiene una explicación, y es la conducta de Cristo, que no se quejaba, que no decía improperios y QUE LLEGABA INCLUSO A IMPLORAR PERDÓN POR SUS VERDUGOS. En fin, una conducta que trascendía tanto que sólo lo explicaba el Misterio de una suma Santidad, y que por la Gracia de Dios llegó a verlo con los ojos de la fe,
" Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes......Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca".
Esta conducta, relatada y profetizada por Isaías, convirtió al asesino Dimas en San Dimas.
No es entonces el caso de San Dimas, que como bien dice "¡Claro que pidió perdón!".
Ya en comentarios anteriores míos, si los lee, verá que no eximo del corregir mediante la Justicia (con Caridad, no por venganza) aunque se haya arrepentido.
"Perdonar no significa no corregir. El corregir es una obra de Caridad, y el asesino debe cumplir la pena establecida, y si sigue en sus trece se debe recluir más tiempo ya que puede ser un peligro para la sociedad".
Lo de Dimas es un bucle. Uno habla del perdón "acogido" por el ladrón, y otro habla del perdón "siempre ofrecido" por Cristo.
En fin, que se puede llegar al acuerdo de estar en desacuerdo, y no pasa nada.
Ya empecé con el pie izquierdo con un comentario extenso, según me dijo Luis Fernando (quien afortunadamente me dió su perdón...).
Pero no es cuestión de abusar...
Le dejaría la pregunta de si en su sistema de ideas, y en relación a su cita
"Perdonar no significa no corregir",
cabría también decir que
"No perdonar es, a veces y justamente, el modo de corregir"
(Dejando claro que "no perdonar" no es "vengarse", aunque "vengarse" implique "no perdonar").
Su reconocimiento (si no entendí mal) de la validez, justicia, y necesidad de la "pena establecida" lo sugiere.
Paréceme que el perdón al que alude "descansa" en un contexto, un reaseguro, que es el que le garantiza que pese a que usted perdone, tal contexto dará la pena, de modo que puede perdonar tranquilamente, porque "el sistema le dará su castigo".
¡Así cualquiera! (es una manera de decir)
Bueno, podemos hablarlo en otro lado, o dejarlo aquí (lo anterior es más tentativo que definitorio, porque mi faena no apunta tanto a sistemas ni mediaciones culturales ("pena establecida") sino a personas y definiciones interpersonales).
Les mando un cordial saludo
Vd sabe que tiene mi perdón, y yo sé que tengo su perdón. Como dicen en EEUU: "¿No es maravilloso?":):).
Yo me quedo con el mandato de Cristo, de amar a mis enemigos. Sin la Gracia de Dios es imposible Amar a los enemigos es de carácter sobrenatural, y por tanto imposible humanamente hablando.
También me quedo en que al mal se le vence con el bien. Jamás mal por mal, lo cual no quita cumplir con la Justicia. En la Confesión, o del Perdón, Dios perdona los pecados, pero por Justicia queda la pena temporal, ya que nuestros pecados non sólo son ofensa a Dios, también son ofensa al Cuerpo Místico, a la Iglesia, a mis hermanos. Y esta pena temporal, remanso de mis pecados perdonados por Dios, los tengo que lavar, para estar completamente limpio para ver a Dios y abrazarme eternamente con Ël, las tengo que purificar o en este mundo, con sacrificios, limosnas, oraciones, indulgencias (que para eso existen) o las acabaré de limpiar en el purgatorio. A título de confianza le diré que si me salvo estaré, según me dijo un sacerdote, 300.000 años en el purgatorio.
En fin, para no tener cola de paja, por mí concluyo el tema, no sea que Luis Fernando al final se ponga mosca. Ya le oigo zumbando.
Ha sido un placer esta conversación.
Contesto a su pregunta:
"Le dejaría la pregunta de si en su sistema de ideas, y en relación a su cita
"Perdonar no significa no corregir",
cabría también decir que
"No perdonar es, a veces y justamente, el modo de corregir"
(Dejando claro que "no perdonar" no es "vengarse", aunque "vengarse" implique "no perdonar")."
Prefiero perdonar para corregir, ya que el ofensor puede sentirse más interpelado al ver que a su mal se le contesta con el bien. Es como Cristo en su ruego al Padre al pedirle que les perdonase porque no sabían lo que se hacían. Y efectivamente hizo efecto. Llovió Gracia tras la petición, y Dimas, el Centurión y muchos de los presentes se convirtieron, como relata el pasaje del Evangelio.
Al mal se le vence con el bien.
Conforme.
Ha sido un placer también.
(Con "cola de paja" quise decir efectivamente, "es" en mis pagos (Argentina...), lo que usted entendió).
Gracias Luis Fernando.
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