El verdadero rostro del liberalismo teológico
Si Dios no dispone otra cosa, gran parte del resto de mi vida lo seguiré dedicando a combatir ese hijo predilecto de Satanás que es conocido como liberalismo teológico. Nacido en el seno del protestantismo en el siglo XIX -aunque podría buscarse sus raíces más atrás-, y extendiéndose con saña dentro de la propia Iglesia Católica, ha sido, y es, el ataque más formidable del reino de las tinieblas contra la fe cristiana.
Su esencia se resume en llevar a dar la vuelta al calcetín y permitir que el espíritu del mundo, según la definición bíblica del término, impregne el cristianismo. Es decir, en vez de que la fe cristiana sea luz del mundo y sal de la tierra, se convierte a la ideología mundana en el referente para la configuración de la conciencia y proceder de los cristianos. Lo cual, dicho sea de paso, hace que los cristianos dejen de ser cristianos y caigan en la apostasía más rampante.
El teólogo, pastor, sacerdote u obispo liberal sabe usar la Biblia para sus fines. No tiene nada de particular que así sea. Satanás mismo citó la Escritura para tentar a Cristo. Sus hijos hacen lo mismo para tentar a los hijos de Dios. Pero de hecho, ellos odian la Biblia y por eso una de las características típicas del liberalismo teológico es el ataque constante contra la Sagrada Escritura. De hecho, es quizás en ese campo donde más “éxito” han conseguido.
En Argentina hay ejemplos de apóstatas liberales tanto dentro del catolicismo como en el protestantismo. No hay que ir muy atrás para encontrar a un Nicolás Alessio ejerciendo de párroco católico a la vez que encabezando una manifestación del lobby gay. Gracias a Dios, ese señor ya ha sido apartado del sacerdocio, pero durante muchos años antes de su retirada ejerció una influencia tenebrosa sobre sus fieles.
En el ámbito protestante, nos encontramos con un obispo metodista, Frank de Nully Brown, que acaba de escribir un artículo infame apoyando la despenalización del aborto. A ese miserable le importa un pimiento que la práctica totalidad de los protestantes evangélicos argentinos sean contrarios al asesinato de inocentes. Él pretende presentarse como obispo cristiano cuando no es otra cosa que sacerdote de Belcebú.
Merece la pena pensar en que católicos y evangélicos, aunque estamos divididos en temas fundamentales referentes a la fe, podríamos hacer un frente común contra esa gentuza que desacredita el nombre del cristianismo. Curiosamente, o no tanto, esa chusma suele meterse en todos los fregados ecuménicos que se convoquen. Pues bien, ha de quedar claro que con ellos no vamos ni a tomar café al bar de la esquina. Pero si la Iglesia Católica y las comunidades eclesiales evangélicas en Argentina hacen uso de un poco de sentido común, el tal Frank ha de ser repudiado como si fuera un apestado. De hecho, eso es espiritualmente hablando. A menos que se convierta, hay que huir de él como si tuviera una enfermedad mortal contagiosa.
Luis Fernando Pérez Bustamante
20 comentarios
Son mucho peores que los pederastas carnales y el daño ha sido infinitamente mayor que el otro por la indolencia de nuestros pastores. Me refiero a los católicos.
Digo esto se ponga como se ponga determinado Obispo argentino que ha mandado a un sacerdote callar por afirmar lo que la teología y el Evangelio afirman:
Que hay que tener más miedo a lo que mata al alma que a lo que mata al cuerpo.Jesús lo dijo muy claramente.
Habló del Evangelio de San Mateo, en el cual Cristo se refiere con mayor dureza dialéctica a los escribas y fariseos. Dijo este biblista que Cristo nunca había pronunciado aquellas palabras -"raza de víboras, sepulcros blanqueados"...-, pues no casan con el Sermón de la Montaña. Explicó que esas expresiones fueron incluidas en el texto evangélico porque se trataba de un Evangelio dirigido a la comunidad judeocristiana, que por aquellos años acababa de ser expulsada definitivamente del judaísmo por los judíos supervivientes de la destrucciónd de Jerusalén, que eran, sobre todo, fariseos, ya que los saduceos y los zelotes habían sido prácticamente aniquilados por los romanos.
Luis Fernando: ¿no estamos ante un ejemplo más de interpretación liberal-buenista de la Sagrada Escritura?
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LF:
Sin duda.
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LF:
Yo a ti sólo una. Aquí no se publicará nada que escribas.
"Buscad el Reino de Dios y lo demás es añadidura", dijo el Señor. Pero el Reino de Dios es "justicia y paz y el gozo del Espíritu". Si nos unimos en construir esa justicia (dar a la familia lo que es de la familia; no dar a lo que no es familia lo que no le corresponde) y esa paz (no matarás, dentro y fuera del útero; reconciliación en las parejas rotas, etc...) Dios nos ayudará con la unidad, el ecumenismo bueno y verdadero y todo lo demás.
Protestantes como Chuck Colson y Nicky Gumble empiezan a tener esto muy en cuenta y espero que el ejemplo crezca.
Vacunas contra esa peste (sólo unas cuantas):
- Iota Unum, de Romano Amerio
- Teología y relativismo, de José Antonio Sayés
- Tradición y progreso en la Iglesia Católica, de monseñor Luigi Maria Carli
- Escritos Doctrinales, de San Pío X, en especial la Encíclica Pascendi y el Decreto Lamentabile. Es necesario leer a ese Papa santo porque va derecho a la raíz de la podredumbre.
- "Informe sobre la fe", "La sal de la tierra", "Dios y el mundo", "Luz del mundo", entrevistas a Joseph Ratzinger-Benedicto XVI.
Y por supuesto, leer con religiosa sumisión del entendimiento y la voluntad los textos salidos de la pluma del Magisterio auténtico, ordinario y extraordinario, querido por Dios mismo como guía segura de nuestra fe católica. Para mí esto ha sido siempre como la prueba del nueve: sedicente teólogo con querencia heteredoxa en materia de fe y de costumbres, teólogo al que ya sólo presto oídos sordos. Me limito a rezar por él y por sus víctimas: ciegos y guías de ciegos.
PAX CHRISTI,
Creo que es el filolefebrismo. He ahí el problema numero uno. Sobre todo, porque según el Padre Iraburu, su parte de verdad es que sostienen la integridad de la fe católica. Eso es preocupante
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LF:
No es este el lugar para abortar el tema del filolefebvrismo. No admitiré más comentarios sobre el tema.
En una y en las otras, se trata a un dios es mundano, histórico y cósmico, pero con Trascendencia y Gracia desdibujadas.
El dios de dichas teologías es uno antropogénico, uno panteísta, no Revelado, sino más bien intuido y deducido de sus argumentos.
Grave y permanente daño han hecho y continúan haciendo a generaciones de teólogos tamañas falsedades académica y doctrinalmente difundidas.
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LF:
Sabe lo suficiente como para discernir que el tal experto se permite poner en duda la historicidad de unas palabras de Cristo por el mero hecho de que no le encajan con su opinión sobre la bondad del Salvador.
Así de simple.
Ah y del ecumenismo que decir, piensan que es una mentira del porte de un buque porque la Bilia (mejor dicho el pastor de su barrio) les dice que no.
En fin, por desgracia en temas valóricos es la única forma en la cual podemos hacer algo.
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LF:
He escrito varias veces sobre el tema. Aunque hay excepciones notables, sobre todo en EE.UU y los que van a Taizé, la mayoría de los protestantes evangélicos con los que compartimos la misma visión en temas como la defensa de la vida y la familia, suelen ser radicalmente antiecuménicos, pues piensan que el catolicismo es una mezcla de cristianismo y paganismo inasumible para ellos. Y la inmensa mayoría de los protestantes que sí están abiertos al ecumenismo, son de tendencia liberal, lo que hace inviable cualquier relación con ellos.
Es un lobo con piel de cordero y hay que llamarles las atención en público y arrancarles la máscara por prostituir la fe de la Iglesia.
Y si alguien piensa que exagero que demuestre que Cristo no pronunció esas palabras y que afirme que el Evangelista es un mentiroso, o que los primeros cristianos eran unos mentirosos, y que los santos nos mienten, que el Catecismo nos miente, y el Papa o el Espíritu Santo nos dejan desvalidos.
Son siervos de Satanás que "creyendo ser sabios se hicieron necios" y predican "cuentos de viejas" y "falsas doctrinas".
Esos hombres son los que han arrancado la fe al pueblo sencillo año tras año con la indolencia de nuestros pastores.
No sirve de nada Santidad que denuncie el relativismo si el rostro teológico y de praxis de la Iglesia sigue siendo uno de sus motores en las capas más en contacto con el pueblo llano.
Por cierto, muy bueno y claro el artículo.
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LF:
Es que no es director@infocatolica.es sino [email protected].
Dos cosas:
1- No admito críticas sobre otros blogs del portal. Va en contra de las normas comunes para todos los bloguers. Lo que tenga que decir de ese blog, lo dice allá.
2- Ni de lejos es comparable la actividad de los HEREJES y el mal que causan, con la actividad de aquellos que hacen uso de la libertad de expresión que Pío XII consideró como un bien necesario y obligado para la Iglesia.
Ah y tienes toda la razón, con quienes compartimos la visión valórica, "no nos quieren ver ni en foto" je!
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LF:
¿?
Seguramente será así, al ser éste un sitio católico. Sólo lo quería señalar por si hay gente que halle otras connotaciones políticas o económicas de "liberalismo". Como miembro de la Iglesia Católica, defiendo la libertad en Cristo, amo y vivo libremente dentro de la Iglesia y del mundo sin conflicto entre la Fe, Moral y la Libertad de los hijos de Dios. Creemos y hacemos todo lo que queremos y viceversa: queremos todo lo que creemos y hacemos, sin pecar y sin escándalo...
Dios os bendiga.
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LF:
Aunque yo no soy liberal políticamente hablando, es obvio que no me refiero a ese tipo de liberalismo cuando hablo de cuestiones teológicas. El relativismo es sólo una de las caras del liberalismo teológico. Si acaso podría hablar de modernismo, pero ese término no encaja muy bien dentro del protestantismo, que es la cuna donde nace el liberalismo teológico. Creo necesario precisar bien los términos para que el lector poco ducho en estas materias los vaya conociendo.
Es duro reconocerlo pero, a menudo, todo nuestro cristianismo se reduce a esto. El apego a la ley por encima del Espíritu del Dios vivo siempre ha predominado,en general,a lo largo de toda la historia,entre los creyentes. Por eso el ministerio del Verbo encarnado, Cristo, fue el de denunciar el legalismo estéril y el de predicar buenas noticias a los pobres y libertad a cautivos y quebrantados (Lucas 4:18-19). Jesús insiste una y otra vez contra los “guías ciegos” que cuelan el mosquito y traga el camello,que dejan “lo más importante de la ley: la justicia,la misericordia y la buena fe” (Mateo 23:23-24). Pues el Señor nos exige antes la misericordia que el sacrificio y antes el dar a conocer a Dios que la pompa y ritos (y cánticos) religiosos (Oseas 6:6, citado en dos ocasiones en el Evangelio de Mateo). “Por las obras de la ley nadie será justificado” (Gálatas 2:16). “La misericordia triunfa sobre el juicio” (Santiago
2:11-13), pues el Señor “nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto,no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica” (2ª Epístola a los Corintios 3:5-6). “No todo el que me dice: Señor, Señor entrará en el Reino de los Cielos” (Mateo 7:21). “Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego” (Mt. 7:19). “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuerademonios...? Y entonces les declaré: Nunca os conocí...” (Mt. 7:21-23). En Mateo 25 el Señor describe el juicio final exclusivamente por obras de misericordia, y para nada da entender que la salvación tenga que ver con la ortodoxia religiosa, la moral “sin tacha” o el hacer la “carismáticamente” espectacular. “Porque os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mt. 5:20).
Jesús es diametralmente claro, por más que nos guste predicar el Evangelio de la ley, de la letra muerta y del moralismo seco. Y ya antes Dios envió a los profetas para reprender a su muy religioso pueblo. “Para qué a mí este incienso de Sabá, y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan. Por tanto, Yhwh dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos...” (Jeremías 6:20-21). “No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Yhwh...es éste. Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras;si con verdad hicierais justicia entre el hombre y su prójimo...” (7:4-5). “Aún la cigüeña en el cielo conoce a su tiempo...; pero mi pueblo no conoce el juicio de Yhwh. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios,y la ley de Yhwú está con nosotros?. Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas” (Jeremías 8:7-9).
Un Evangelio a medias y por lo tanto falso, basado en la ley y no en la justicia ni en la misericordia, es el que ha sido cambiado fraudulentamente “¿Por qué?. Porque iban tras ella no por fe, sino como está escrito: He aquí pongo en Sión piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado” (Romanos 9:30-33). Dios puso a su proprio Hijo unigénito como piedra de tropiezo para la injusticia legalista de la “religión” de su pueblo: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)” (Gálatas 3:10-13). Cuando el Espíritu del Señor habla a las iglesias de Asia al comienzo del libro de Apocalipsis, a todas y cada una les revisa “sus obras”. No hay excepción. Pues sabido es que “profesan conocer a Dios, mas con los hechos lo niegan” (Tito 1:16). Para la “religión” sólo es pecado el
“sexo-drogas-y-rock´n´roll” pero la Palabra no piensa igual: “Y al que sabe hacerlo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17).
Todas las generaciones caen en “la religión”, desmintiendo con sus actitudes cerradas y pasivas las palabras de Nuestro Señor al describir el nacido de nuevo en el Espíritu: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan 3:8).
Y, si toda la Palabra viene de Dios, ¿por qué sólo cogemos la letra muerta de la ley, y olvidamos la justicia, y las obras y frutos nacidos de la libertad del Espíritu Santo? “El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2ª Epístola a los Corintios 3:17). El Señor no nos llamó a una santidad pasiva como a veces se pretende-sin entender nada y emulando a una especie de budismo de monjes tibetanos en su monasterio -pues “nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo...se dió a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda inquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie” (Tito 2:15). “El cielo es mi trono...¿Qué casa, me edificaréis? dice el Señor...¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos!. Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también
vosotros” (Hechos 7:47-51). La fe sin obras (de fe, de misericordia) es muerta (Santiago) y es anatema (Gálatas 1:8). Busquemos pues la justicia de Dios según el Salmo 82:2-5 e Isaías 58:6-7.
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