CajaSur, una cuestión de dignidad
Como siempre ocurre cuando se produce la intervención de un banco o una caja de ahorros por parte del Banco de España, detrás suele haber una intrahistoria de presiones, malas gestiones, intentos de conchabeos, etc. En el caso de CajaSur ha pasado un poco de todo eso y más. De momento, con la entrevista que nos ha concedido el obispo de Córdoba, Monseñor Demetrio Fernández, creo que se despejan no pocas dudas sobre lo que ocurrido en la última etapa de la crisis. Al menos según la versión de la Iglesia, que para mí es la más confiable.
Poco se imaginaban los jerifaltes socialistas de la Comunidad Autónoma de Andalucía que finalmente la Iglesia no cedería ante su intento de apropiarse de CajaSur imponiendo sus condiciones. Porque esa, y no otra, era la idea que subyacía tras la imposición de fusión con Unicaja. Una fusión que, en cualquier caso, podría haberse llevado a cabo si se hubieran respetado los puestos de trabajo de CajaSur. Puede que en el mundo de las finanzas el factor humano sea algo a tener en cuenta sólo en un tercer o cuarto nivel. Pero la Iglesia no puede moverse por esos valores -deberían de haberlo pensado antes de tocar la Cope- y los sacerdotes responsables, hasta hoy, de CajaSur, no cedieron en ese punto. Con la intervención del Banco de España al menos quedan garantizados por un año esos puestos de trabajo. Dentro de doce meses veremos qué pasa.
Conviene que todo el mundo sepa que CajaSur podría haberse salvado si le hubieran permitido negociar libremente con otras cajas de ahorros del resto de España. Pero el parlamento de Andalucía aprobó una ley que impide que las cajas andaluzas se puedan fusionar con cajas de otras comunidades autónomas. La razón es evidente. Si una caja andaluza se fusiona, por poner un ejemplo, con CajaMadrid, el control de la entidad resultante estaría bajo el control de la caja madrileña, que políticamente está en manos del PP. Y eso le sentaría a cuerno quemado a los socialistas andaluces. Estos prefieren que una caja se pierda antes que dejarla en manos de sus enemigos políticos. Pero la Iglesia no puede entrar en esos juegos. Por eso ha preferido dejar CajaSur en manos del Banco de España.
Puede que me equivoque -obviamente no soy experto en esta materia- pero dentro de un año la entidad será puesta en “subasta", de forma que podrá ser adquirida por otras cajas sin necesidad de someterse a la ley autonómica de Andalucía. De esa manera, se podrá elegir a la entidad que más convenga para el futuro de CajaSur. Todos esperamos que entonces siga vigente la exigencia de mantenimiento de los puestos de trabajo. No puede ser que los trabajadores paguen el pato de una crisis financiera y del quebranto de la burbuja inmobiliaria. Toda Caja de Ahorro tiene como principio máximo la acción social. Y esa acción social debe de empezar por la propia casa. Así lo ha entendido la Iglesia en Córdoba y es por ello que debemos felicitar a sus responsables, con el obispo a la cabeza. Don Demetrio ha apoyado en todo momento a los que hasta ayer han conducido las riendas de CajaSur. Desde la iglesia no es hora de mirar atrás para señalar a los que gestionaron la caja de tal manera que se ha visto en la necesidad de ser intervenida. Eso, si quieren, que lo hagan los analistas económicos y políticos.
Luis Fernando Pérez