"Declaración ante la crisis moral y económica": un documento previsible
Supongo que no cabía esperar otra cosa, pero el documento de la CEE sobre la crisis que sufre España, y de paso el resto del mundo, no aporta nada nuevo, nada que la Iglesia no haya dicho antes. Es una recolección de típicos tópicos, con alusiones a la doctrina social de la Iglesia ya conocida. No se entiendan mis palabras como una crítica. En realidad, ¿qué más podrían hacer los obispos que no sea decir lo que han dicho sobre la actual crisis?
Quizás podrían ser más contundentes en el análisis de las causas de la misma. Quizás podrían haber apelado de forma más llamativa a la necesaria conversión no sólo de los individuos sino de la sociedad entera. Quizás podrían haber dicho de forma más clara y notoria que sin la asistencia social que la Iglesia da a los más necesitados, el Estado entraría probablemente en un colapso total por su incapacidad de llegar a donde la Iglesia llega. En definitiva, el texto podría haber tenido más nervio, más vida, más sal, más luz. Pero sirve para cubrir el expediente. Y me temo que tal y como están las cosas en estos momentos, eso es a lo que podemos aspirar de un documento de la CEE. Yo, concretamente, espero más de los obispos de forma individual que de ellos como órgano colegiado en el que todo se tiene que pactar y “moderar".
Mientras escribo este post, estoy escuchando la rueda de prensa en la que participan Monseñor Martínez Camino y Monseñor Omella, acompañados de Isidro Catela. Y lo que oigo me confirma lo que ya sabía, a saber, que Martínez Camino se ha convertido en todo un experto en no contestar a las preguntas que… no quiere contestar. Por ejemplo, una periodista de Cuatro, en un alarde de originalidad, le ha sacado el tema de que la Iglesia niega la comunión a los políticos que votan a favor del aborto a pesar de que se la dio a dictadores como Pinochet y Franco. Pues bien, el portavoz de la CEE se ha ido por los cerros de Úbeda, ha señalado la maldad de la nueva ley pero sin mencionar al general chileno y al anterior Jefe de Estado español. Y cuando en la última pregunta le han pedido que opine sobre las declaraciones de José Bono, Monseñor Martínez Camino ha dicho que él no responde a declaraciones particulares de ningún político y se ha remitido a lo que la Iglesia enseña sobre el aborto y la postura de los gobernantes ante el mismo. Ha criticado duramente que el aborto pueda ser considerado un derecho y los católicos tienen muy clara cuál es la doctrina de la Iglesia en este punto. O sea, a buen entendedor, pocas palabras bastan.
Moseñor Omella ha estado más “original”, por decirlo de alguna manera. Preguntado por el papel del actual gobierno ante la crisis y por lo que dice el texto de la Declaración sobre la necesidad de un mayor “dinamismo laboral", ha dicho que aunque en el documento no se hace mención a la política económica del zapaterismo, cree que para poder avanzar hacia la solución del problema, primero hay que reconocerlo, algo que él piensa que este gobierno ha tardado en hacer, y que luego se ha de buscar el diálogo con todos para encontrar la forma de salir adelante. Pero ha insistido en que esa es su opinión particular, ya que en el texto no se afirma tal cosa.
En definitiva, más de lo mismo. Otro documento a añadir a la larga historia de documentos de la CEE que sirven para dar trabajo a los periodistas y para que los fieles tengan una referencia a la que acudir a la hora de explicar lo que la Iglesia de nuestro país dice. Que no es otra cosa que lo que afirma la Iglesia en todo el mundo.
Luis Fernando Pérez