Las hijas de ZP

La foto en la que aparecen las hijas de Zapatero junto a sus padres y el matrimonio Obama está dando la vuelta al mundo. Es el resultado lógico de dos factores: la irresponsabilidad del presidente del gobierno de España al llevar a sus nenas de viaje oficial, cuando lo que deberían de hacer es acudir al colegio como todo hijo de vecino, y la necedad de unos padres que parecen incapaces de decirles a sus hijas que para ver al presidente de otro país conviene vestirse “normal".

Las crías, de 14 y 16 años, ya son objeto de rechifla general no sólo en España sino en el resto del orbe. Y por mucho que el necio de su padre arremeta contra la prensa por publicar la foto, la culpa es suya y sólo suya. Si alguna de las muchachas, o las dos, sufre un trauma al aparecer en internet en todo tipo de fotomontajes a cada cual más burlesco y/o patético, el dedo acusador debe dirigirse hacia tanto hacia su progenitor A como a su progenitor B.

Se dice que las adolescentes llevaban una estética “gothic", lo cual no tiene nada de particular. A esas edades suele ser normal que los muchachos vistan de forma peculiar. Durante mi adolescencia gustaba de llevar chupa de cuero o vaquera, muñequeras de clavos, camisetas de Iron Maiden y el pelo más bien largo, sin llegar a ser un melenudo. Uno de mis amigos de infancia optó por ir vestido de “mod". Pero no se nos hubiera ocurrido en la vida plantarnos delante de un presidente de los EE.UU o de Liechenstein de esa guisa. Y si se nos hubiera ocurrido, nuestros progenitores A y B nos lo habrían impedido por las buenas o por las malas.

Si se dice que una imagen vale más que mil palabras, ya tenemos una descripción del tipo de educación que don José Luis y doña Sonsoles están dando a sus retoños. Permitir que unas hijas hagan el ridículo delante del mundo entero no me parece compatible con la condición de buenos padres. Pero no se preocupen, que no aparecerá ningún defensor del menor a decirles que eviten en el futuro exhibir a sus niñas en actos oficiales. No hará falta. Seguro que de lo ocurrido aprenden a ser más prudentes en el futuro.

Luis Fernando Pérez Bustamante