Abimarlida García Arias, filósofa colombiana, nos habla de su conversión y del proyecto Fe y Co-Razón
Abimarlida García Arias. Católica por convicción. Provida, pro-castidad, pro-familia, pro-Cristiandad. Madre de dos hijas. Filósofa de la Universidad Industrial de Santander - UIS - de Bucaramanga, Colombia y Magíster en Filosofía de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, España. Se ha desempeñado como docente de Ciencias Humanas, Religión, Ética, Filosofía y Lengua Castellana. Ha sido editora de ensayos y artículos filosóficos en revistas académicas. En Australia tuvo la oportunidad de dirigir un Centro Educativo de la primera infancia y ahora, en donde reside, Nueva Zelanda, se ha desempeñado como asistente de un proyecto de investigación realizado dentro del departamento de IT en el Otago Polytechnic y desde el 2022, como integrante del área administrativa de la Universidad de Otago.
¿Cómo nació su vocación como evangelizadora en los medios?
Creo que nació hace ya más de 4 años, como un regalo que quise hacerle a nuestro buen Dios. Lo vivo como un llamado. En algún momento, cuando estábamos en campaña política para las elecciones presidenciales de mi país, Colombia, con frecuencia veía a muchas personas apasionadas compartiendo en sus redes por qué se debía votar por un candidato o por el otro, exponiendo sin tapujos sus convicciones…fue entonces cuando pensé: ¿…y por qué yo no soy valiente y comparto, a los cuatro vientos, a través de mis redes sociales, el tesoro más grande que tengo? ¡Dios es la verdadera respuesta al cambio que tanto añoramos!; y es así como un día sin miedo, decidí transformar mis “redes” sociales en “redes” para “pescar” hombres y mujeres para Dios…Recordemos lo que dijo el maestro a sus primeros discípulos: “Los haré pescadores de hombres"; todos tenemos una misión y yo no dudo de que la mía está unida a este llamado.
¿Por qué es un regalo que quiso hacerle al Señor?
Porque quería corresponder a tanto amor inmerecido. Tuve mi segunda conversión a mis 33 años, y en esta vivencia experimenté con toda su fuerza el amor y la misericordia infinita de Dios…su paciencia para esperarme y acompañarme a pesar de que por años me aparté de su lado. Sé que a mis 15 años tuve la experiencia más importante de mi vida, lo que muchos llaman “el llamado de Dios"…sin embargo, aún después de haberlo experimentado, por mucho tiempo me alejé de este llamado…Dios por su parte, en vez de abandonarme me esperó, me cuidó, me envió cantidad de personas y me siguió llamando… mi corazón sin embargo, ya no sabía escucharlo…mucho tiempo pasó hasta que por fin, como dice San Agustín, él pudo “romper mi sordera” y volvimos a reencontrarnos…ese segundo encuentro fue impresionante, lloré mucho, pude reconocerlo y volví queriendo jamás irme de su lado. Es ahí donde nació mi añoranza de dar un regalo a Dios.
Un día, en oración, me pregunté qué regalo podía darle a Dios y comprendí que este sería un buen regalo: dedicar mis redes sociales, más que para mí, para él. Le dije: “así como tú en la parábola de la oveja perdida, dices que nos subes en tus hombros, ahora quiero ser yo quien te suba a los míos, quisiera que muchos te vieran y mostrarte sin miedo al qué dirán y ya no hablar un poco de ti o solo de ciertos temas, sino de todos los temas que necesitas decir a tantos hijos tuyos que amas tanto y que quizá puedan leerte, a través de mis “redes". Así fue como empezó esta aventura.