Sáez Rodenas, presidente de la Unión Seglar, analiza la procesión de la Virgen de Fátima en Barcelona
Con motivo de la 51ª edición de la Procesión de la imagen de la Virgen de Fátima en Barcelona entrevistamos a Antonio Sáez Rodenas, presidente de la Unión Seglar de San Antonio Mª Claret.
¿Qué supone para la Unión Seglar de San Antonio M.ª Claret poder celebrar en Barcelona la 51ª edición de la Procesión de la Virgen de Fátima?
Desde luego una gran alegría en el Señor, pues que una ciudad como Barcelona lleve más de medio siglo pudiendo celebrar, con todo lo que esto implica, una manifestación pública de amor a Nuestra Madre, de forma tan multitudinaria, demuestra que aún hay mucha fe entre los fieles catalanes, a pesar del clima de apostasía generalizado que nos rodea. Sin duda, debemos dar muchas gracias a Dios por ello.
¿Tras su 50 aniversario, espera que se perpetúe y llegue un día al centenario?
Dios lo quiera, pues eso demostraría que seguía viva la Fe en nuestra ciudad condal. De todos modos, el futuro siempre es incierto, aunque le puedo asegurar que por la Unión Seglar no quedará. Y si no es la Unión Seglar, otros vendrían a organizar la Procesión, tengo ese convencimiento interno.
Además este año coincide providencialmente con el 13 de Mayo, día tan significativo para la Virgen de Fátima…
Efectivamente, Nuestra Señora nos ha marcado y elegido la fecha. Tenga en cuenta que la Procesión tradicionalmente se celebraba el último sábado del mes de Mayo, como colofón al mes dedicado especialmente a María. Así lo habíamos previsto también para éste año, sin embargo, por coincidencia con las fiestas del barrio, el Ayuntamiento nos pidió el cambio de fecha. Entonces lo vimos claro: la Virgen de Fátima quería procesionar por las calles de Barcelona el día de su fiesta. Solicitamos el nuevo permiso para el sábado 13 y todos los obstáculos se allanaron,
¿Por qué es importante ésta manifestación pública de fe en estos tiempos?
Más importante que nunca. Ya dije antes que vivimos tiempos de apostasía generalizada; hay muchas personas que ni siquiera han oído nunca el Padrenuestro, sobre todo los más jóvenes. Han caído de forma significativa el número de matrimonios, de bautizos, de primeras comuniones… La gente tiene necesidad de lo trascendente, de Dios.
Pero además se une a esto el hecho de que, en éstos últimos tiempos de manera especial, se ataca con autentica saña la moral cristiana con la aprobación de un sin número de leyes inicuas, como las de la eutanasia o el aborto, entre otras. Sin ir más lejos, hace solo dos días el Tribunal Constitucional ha consagrado el aborto como un derecho, restringiendo incluso a los médicos ejercer la objeción de conciencia. Lo que constituye el mayor holocausto de la historia se considera un derecho fundamental. No tardaremos en ver como se persigue legalmente a quien denuncie ésta aberración. ¡Que Dios nos perdone!