Mario Caponnetto, nacido en Buenos Aires, en 1939, es médico por la Universidad Nacional de Buenos Aires (1996), Médico Cardiólogo Universitario por la misma Universidad (1979). Cursó estudios de Filosofía en la Cátedra privada del Dr. Jordán B. Genta (1956-1974). Ex Jefe del Departamento de Enfermedades Cardiovasculares del Hospital Militar Central Buenos Aires. Ha sido Profesor de Ética, Bioética, Antropología Filosófica y Antropología Médica en diversas universidades de su país y del extranjero.
Ha publicado varios libros, entre ellos: El hombre y la medicina (1992), Victor Frankl, una antropología médica (1995), La sensualidad (traducción de la Cuestión XXV de las Cuestiones Disputadas sobre la verdad de Santo Tomás de Aquino, en colaboración, 2014); Santo Tomás de Aquino. Aproximación a su pensamiento, (2017), Curso de Introducción a la Bioética, (2017). También ha publicado numerosos trabajos sobre temas de su especialidad en diversas revistas argentinas y del exterior.
En esta entrevista nos habla, desde su rica experiencia y vastos conocimientos, de la relación entre la depresión y la falta de sentido trascendente del hombre en la postmodernidad. Toma como referencia las palabras de San Agustín: “Nos hiciste para Ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”. Esta inquietud del corazón humano, que es propia del status viatoris en el que ahora nos encontramos, es la fuente última de la que brota toda insatisfacción, toda angustia, las que se vuelven aún mayores si falta la esperanza de alcanzar algún día ese término último de todas nuestras inquietudes que es Dios.
¿Se podría decir que en cierta manera la depresión es una enfermedad propia de la postmodernidad?
No podemos decir que sea propia en sentido estricto ya que esta enfermedad, la depresión, se conoce desde hace muchos siglos y ha sido descripta por numerosos autores a lo largo del tiempo. Por sólo citar un caso: el célebre Tratado sobre la melancolía del médico árabe Avicena, escrito en el siglo XI, nos trae una descripción completa de este mal. Sin contar que ya la encontramos mencionada en los escritos hipocráticos. Es bien sabido que para Hipócrates la causa de este mal residía en un exceso de bilis negra; de ahí proviene su nombre: melancolía quiere decir, justamente, bilis negra…Leer más... »