InfoCatólica / Caballero del Pilar / Categoría: Entrevistas

6.09.20

Javier Villamor afirma que en apenas medio año han conseguido modificar los hábitos del mundo entero por un virus

Entrevistamos a Javier Villamor, uno de los periodistas de investigación que sin duda hace un análisis más certero de la plandemia. Muchas de las ideas de las que vamos a hablar están plasmadas en su excelente libro Pandemonium.

Usted dice que más que conocer el origen del virus, hay que conocer las consecuencias, pero en cualquier caso si todo obedece a un plan, también está perfectamente creado el origen…

En el libro de Pandemonium expongo dos posibles líneas de investigación. Una internacional, de una cepa que habría viajado desde Arabia Saudí hasta Canadá pasando por Rotterdam y de ahí a China; la otra, china que puede ir en paralelo y completarse con la anterior.

Cuando señalo que no es tan importante conocer el origen del virus, estoy queriendo decir que se pierde muchas energías cuando nos obsesionamos con algo y perdemos la imagen completa de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Es decir, focalizamos demasiado en un punto en vez de mirar a aquello que nos rodea con ojos y mente bien abiertos.

Las consecuencias del COVID19 son obvias. Están subvirtiendo el Estado de Derecho, están atacando libertades básicas, avanzando en la agenda global llamada 2030, quieren eliminar el dinero físico con la excusa de los contagios, fomentar el teletrabajo, educación a distancia, fusiones bancarias… En definitiva, un reseteo del sistema que solo se podía hacer con una pandemia de miedo a raíz de una excusa sanitaria.

No hace falta caer en oscuras diatribas sobre el sexo de los ángeles. Los hechos están ahí, todos los días. Solo hace falta saber dónde mirar y unir los puntos que aparentemente parecen inconexos.

¿Quiénes están realmente detrás de esta plandemia y hasta que punto es fácil de demostrarlo?

Como le decía, los hechos están ahí en los titulares a diario. A grandes rasgos, están destruyendo las economías nacionales para imponer una economía dirigida gracias a las subvenciones de organismos supranacionales. Fijémonos en cómo ha sido vendida la ayuda contra el COVID19 por parte del Gobierno… Es solo un ejemplo de muchos.

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31.08.20

Satanocracia: La destrucción del Viejo Orden Cristiano, un libro de José Antonio Bielsa

SATANOCRACIA: LA DESTRUCCIÓN DEL VIEJO ORDEN CRISTIANO, nuevo libro del historiador José Antonio Bielsa Arbiol tras EL NIMBO Y LA PLUMA (ambos publicados por el sello editorial Letras Inquietas) expone, desde una cosmovisión cristiana católica romana, las causas históricas, políticas y teológicas de la ruinosa situación actual en la que se encuentra sumida la Cristiandad.

¿Qué misión tiene esta nueva obra? ¿Puede definirnos qué es la Satanocracia?

El propósito de este libro no ha sido otro que el de reavivar un viejo debate, ninguneado desde hace décadas, sobre la disolución de la Cristiandad en el contexto del Nuevo Orden. En consecuencia, consideré del mayor interés centrar mi estudio en la Satanocracia o Gobierno de la Bestia, una cuestión de capital interés para aprehender la deriva autodestructiva hacia la que se encamina Occidente. ¿Cómo definir este concepto tan en desuso en España? Pues bien, diré que la “Satanocracia” supondría el sistema político ideal del Nuevo Orden luciferino, al menos en su fase acabada o de más plena concreción. Tanto el “Nuevo Orden” como la “Satanocracia” acusan tal grado de imbricación que el uno no puede concebirse sin la otra: son dos nudos paralelos que alimentan idéntico propósito: si el primero se vincula a la parte estructural y organizativa del entramado planificado por el contubernio mundialista, la segunda nutre y alimenta el impulso espiritual e intelectual que da significado al primero. Permita que traiga a colación una terrible cita de David Spangler, una persona con información privilegiada: “Nadie entrará al Nuevo Orden Mundial, a menos que él o ella hagan una promesa de rendir culto a Lucifer”. Terrible.

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20.08.20

El conceptualismo y el nominalismo establecen la filosofía inmanentista de la Modernidad

En estos tiempos en donde la confusión y el error ponen en peligro la salvación de nuestra alma es muy importante que los católicos nos formemos de manera sólida y recta, con una buena filosofía y teología. Es algo muy saludable para nuestra santificación y para llevar a muchas personas a Dios. Si no estamos bien formados en los grandes ideales católicos es muy fácil caer en el indiferentismo religioso o dejarse seducir por las ideologías e incluso por las sectas.

D. Fernando Suárez, profesor de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino, es licenciado en Historia. Imparte clases de Perspectiva Filosófico-Pedagógica y Epistemología e Historia de las Ciencias Sociales. Nos explica en esta entrevista los criterios para discernir entre la recta filosofía, que nos lleva a Dios, de las ideologías que ciertamente nos alejan de él y son un gran obstáculo para nuestra salvación.

¿Por qué toda sabiduría humana dimana de la Sabiduría Eterna?

Saber es algo profundo. Un animal, por ejemplo, conoce; pero es completamente incapaz de sabiduría. Por su parte Dios es el infinitamente sabio. El hombre, entonces, gracias a su capacidad de apertura al ser, tiene una tensión hacia el saber total. Por ello se equivocaba Kant cuando pretendía recortar las pretensiones de la razón más allá de lo empírico. El hombre puede y desea conocerlo todo. Por supuesto, nunca tendrá en stricto sensu la categoría de sabio, y esa es la razón por la que, interrogado por el tirano Leonte acerca de su oficio, Pitágoras le contesta: Sabio no soy, sino filósofo. Es decir, soy un amante del saber. Esto explica la relación de la Filosofía con la Sabiduría como una pasión nunca satisfecha de conocer la verdad.

Este hecho nos ilustra sobre la dependencia del filósofo con respecto a las verdades divinas. Ni siquiera el filósofo más ateo puede abandonar la tópica teológica en sus consideraciones, que es la cúspide del saber (Aristóteles, Metafísica). Nietzsche y Sartre, cuyas filosofías podrían calificarse más apropiadamente como discursos ideológicos, están obsesionados con la existencia de Dios, y todo su esfuerzo se encuentra en derivar su “filosofía” a una Antiteología. Sartre lo dice expresamente: parto de la base de que Dios no existe. El existencialismo ateo que yo represento es más coherente que el pensamiento de tantos otros, afirma, y esta coherencia significa que la inexistencia de Dios implica la total libertad del hombre. Gravísimo error que Sartre pagó con la pérdida total de su libertad personal, la esclavitud de todos los vicios y una muerte miserable, como atestiguó su inseparable compañera Simone de Beauvoir en Las ceremonias del adiós.

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12.08.20

REZAR en FAMILIA, una iniciativa, en medio del confinamiento, para llevar el Rosario a los hogares

Imma Molas es madre de familia numerosa @los.dam. Licenciada en Publicidad y Relaciones públicas por la Universidad Ramon Llull de Barcelona, desde hace 17 años dedicada a la dirección de centros educativos. Cofundadora y colaboradora del canal de podcast Familias puntocom junto con su marido Álex de Anta. Nos habla en esta ocasión de Rezar en familia, una iniciativa apostólica que tanto fruto está dando.

¿Es verdad lo que siempre se dijo de que familia que reza unida permanece unida?

Así lo dijo el Padre Peyton, ahora Siervo de Dios y conocido como el “sacerdote del Rosario”. La verdad es que es reconfortante y bonito ver a lo largo de los años, que efectivamente es así.

¿Ustedes que son familia numerosa experimentan lo bueno que es rezar en familia?

Pues a veces sí y a veces no; como la vida misma. En casa solemos rezar el Rosario juntos, pero a veces vienen todos; otras estamos Álex y yo; otras, aparece uno con una intención nos la dice y se va… Y no pasa nada. Sin embargo, lo que sí tienen claro, es que la Virgen siempre les va a escuchar. Por otra parte, también vemos que cada hijo reza distinto. A unos no les importa rezar delante de todos y otros tal vez se sienten más cómodos rezando solos. Como padre o madre intentas dar ejemplo pero ellos son los que eligen; porque hay que educarlos en libertad, ¡qué importante es esto! Nuestros hijos deben sentirse libres para vivir la Fe en plenitud, a su ritmo; y qué distinto es que lo hagan teniendo modelos y una base, o sin tenerla, ¿verdad?

Y aquí es donde está nuestra responsabilidad como padres. Si Álex y yo tenemos el don de la Fe es gracias a que nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros bisabuelos y demás antepasados, la fueron transmitiendo responsablemente, de generación en generación. Y ahora nos toca a nosotros mantenerla y enseñarla a nuestros hijos, para ser también sólidos eslabones de esta larga cadena. ¡Menuda responsabilidad!

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10.08.20

La cortesía, un legado cristiano y una virtud olvidada

César Félix Sánchez Martínez es profesor de filosofía del Seminario Arquidiocesano de Arequipa (Perú), del que fue director académico entre 2015 y 2017. En esta ocasión nos habla de la cortesía, una virtud que desgraciadamente cada vez es menos frecuente.

¿Cómo podemos definir la cortesía?

Creo que la mejor definición de cortesía cristiana es la del padre Roger Dupuis S. J en su famoso libro La cortesía de Cristo: «La cortesía es a la caridad lo que la liturgia es a la oración: el rito que la expresa, la acción que la encarna, la pedagogía que la suscita. La cortesía es la liturgia de la caridad fraterna». La caridad fraterna por el prójimo expresa una reverencia, tanto a su dignidad ontológica –nacida de nuestra imagen y semejanza divina– como a su dignidad moral o jerárquica, de ahí que, por ejemplo, deba prestarse una deferencia especial a los padres y a los ancianos.

¿Pero cuál sería entonces lo propiamente cristiano en la cortesía cristiana que usted menciona?

Muy buena pregunta. Todas las culturas tradicionales han desarrollado una cortesía propia. Variará –y varía– de acuerdo a la experiencia histórica y temperamento de los pueblos, pero siempre tendrá un fondo común de piedad natural: honrar a los padres y a los superiores. Este fondo común ya de por sí es muy loable; solo el Occidente decadente de nuestros días hace de la impiedad un signo de liberación.

Pero yendo a la materia de la pregunta, la diferencia entre la cortesía natural de esas sociedades y la cortesía que se desarrolló en la Cristiandad bajo el impulso de la gracia reside en un factor bastante significativo: la deferencia especial hacia los pobres, los débiles y los que sufren. No por nada uno de los sinónimos de la cortesía lleva la huella de la institución quintaesencial de la Cristiandad medieval: caballerosidad.

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