InfoCatólica / Caballero del Pilar / Categoría: Entrevistas

6.08.22

David Martínez, seminarista y maestro de ceremonias en las Misas, habla de la peregrinación a Covadonga

David Martínez nació en Madrid pero ha crecido viviendo entre Bélgica y España. Fue al colegio hasta la edad de trece años y desde ahí empezó a recibir clases en casa. El año pasado entró en el seminario de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro en Wigratzbad (Alemania) y este año empieza su segundo año en dicho seminario.

¿Qué ha supuesto para usted peregrinar por segunda vez a Covadonga?

Peregrinar por segunda vez a Covadonga ha sido para mi una gran alegría. Sobretodo al ver que hemos sido casi el doble que el año pasado. También ha sido mi primera peregrinación como seminarista.

¿En qué medida ayudó a su vocación la primera edición?

Cuando peregriné por primera vez a Covadonga el año pasado ya estaba decidido a entrar en el seminario, pero poder caminar en la peregrinación me confirmó mi vocación después de hablar con distintos sacerdotes y poder participar en la sagrada liturgia.

¿Cómo le ha edificado la actitud piadosa de otros jóvenes?

La piadosa actitud de los jóvenes me ha dado esperanza porque no todo está perdido. Los jóvenes son el futuro y ver su actitud nos debe animar para seguir luchando.

¿En qué medida se han interesado los jóvenes peregrinos sobre su vida en el Seminario?

Durante el transcurso de la peregrinación varios jóvenes se han interesado sobre la vida que llevamos en el seminario y eso demuestra que hay interés y posibles vocaciones entre los jóvenes que peregrinan.

¿Qué supone para usted siendo tan joven la responsabilidad de ser maestro de ceremonias en un evento tan importante y con tantos graves sacerdotes?

Efectivamente ser maestro de ceremonias en un evento tan importante para la Tradición en España es una gran responsabilidad. No solo hay que saber lo que hacer sino que hay que dirigir toda la ceremonia para que quede lo mejor posible. Para mí ha sido un gran honor poder haber sido de nuevo el maestro de ceremonias de la peregrinación y así no solo ayudar, sino que también relacionarme con sacerdotes, de tan diversas procedencias, que vinieron también a la peregrinación.

Para el que no lo sepa, ¿Cuál es la función del maestro de ceremonias?

La función del maestro de ceremonias es como el de director en una orquesta. Tiene que saber lo que hacer él mismo y también conocer lo que deben hacer todos y cada uno de los sacerdotes y acólitos en el transcurso de la Misa para poder guiarlos durante la ceremonia.

¿Cómo ha vivido la solemnidad de la Liturgia desde dentro?

Ser maestro de ceremonias permite estar muy cerca del altar y poder ver muchos gestos y detalles que no pueden ver los fieles desde donde están. Obviamente esto ayuda a vivir la Liturgia, aunque también uno se da cuenta de fallos que pueden ocurrir que los fieles no se darían cuenta necesariamente. Pero sin duda creo que es una de las maneras más bellas de vivir la sagrada liturgia.

Fue especialmente inolvidable la Misa en la Basílica. ¿Hasta qué punto le emocionó?

Fue muy emocionante poder celebrar la Santa Misa tradicional en la Basílica de Covadonga porque hay que pensar que en esas montañas celebraban también los católicos refugiados en Asturias cuando la invasión musulmana. Aparte también porque es un lugar muy importante para España. Además, cómo señaló uno de los organizadores, ha sido la primera Misa de Nuestra Señora de la Cristiandad en el interior de la Basílica de Covadonga.

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3.08.22

Alejandro y Micaela nos cuentan cómo han vivido su noviazgo católico en la peregrinación a Covadonga

Alejandro es estudiante de filosofía y matemáticas, también es católico reconvertido desde hace un año. Estuvo en la peregrinación de nuestra señora de la Cristiandad este mes de julio, y para él ha supuesto una experiencia de crecimiento espiritual impresionante.

María Micaela se convirtió hace un año. Se ha bautizado este año 2022, en la Vigilia Pascual. Es estudiante universitaria de la carrera de Filosofía. Ha ido a la Peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga y ha sido una experiencia muy enriquecedora a nivel espiritual.

¿Qué ha supuesto para vosotros peregrinar a Covadonga?

Alejandro: Sin duda el principal factor a destacar de mi experiencia en la peregrinación es entender la famosa frase “sólo Dios basta”, en un mundo lleno de distracciones donde la pereza y el apego lo terrenal guían nuestras acciones, nuestras apetencias más bajas opacan las necesidades espirituales, esta peregrinación ha supuesto un auténtico encuentro con Dios, y de desintoxicación del día a día, no en la forma de una emoción intensa y pasajera si no con la paz y sencillez que caracteriza las mociones de nuestro Señor.

Micaela: Esta peregrinación ha supuesto un desprendimiento de las comodidades que me han permitido entender cómo vivir mejor la Fe, dando gloria a Dios ofreciéndole los sacrificios y alegrías del día a día, como cansancio físico, el estudio, el amor a los seres queridos y la pérdida de estos, las pequeñas victorias e incluso la tristeza ante una derrota, entre otras muchas. Y sobre todo saber llevar nuestras cruces con luz, en el camino de nuestra vida y con la esperanza de nuestro encuentro con Dios, tanto en el cielo como en el encuentro personal diario.

¿Cómo habéis vivido el noviazgo en la peregrinación?

Alejandro: Este lugar de encuentro con Dios es el lugar ideal para entender cómo el amor de pareja es imagen del amor de Dios, la vivencia se caracterizaba por la sencillez y lo bonito de centrarse en lo que realmente importa, un camino de oración, esfuerzo, convivencia y sobretodo de amor, en este sentido, extensible tanto a la amistad, a la familia, como en nuestro caso al noviazgo.

Micaela: Desde el primer día en Oviedo, la peregrinación nos ha expuesto a la convivencia y al esfuerzo, los cuales no son sostenibles sin amor, tanto filial, como noviazgos, como amistades e incluso el amor al prójimo, y esto lo hemos vivido estos días, el amor de Dios hacia todos nosotros, dándonos fuerzas y protegiéndonos como nosotros sus hijos, como también el amor entre todos los presentes en la peregrinación, sin el cual no hubiera sido posible la convivencia ni el esfuerzo. Me ha servido esta experiencia para ver el amor de Dios sobre todos nosotros y en nuestro caso particular del noviazgo sentirlo más vívido.

¿Cómo estimula la peregrinación a vivir santamente el noviazgo?

Alejandro: Estimula a vivir santamente en general, y por añadidura en la concreta situación del noviazgo, acostumbrarse a la compañía de la pareja durante varios días y acompañarlo de la oración y el esfuerzo, es imagen del camino de santidad a seguir, si Dios quiere, en el futuro matrimonio y familia.

Micaela: Al igual que en la anterior pregunta Dios nos ama y nos cuida a todos por el amor que nos tiene y nos llama a ser santos por amor, y en especial esta experiencia, al tener un encuentro, podríamos decir, más íntimo con Dios nos recuerda durante estos días la llamada que nos hace a todos a vivir en santidad, y junto con la constante diaria de la pareja nos muestra la paz que podemos llegar a obtener de vivir una vida santa en un futuro matrimonio.

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2.08.22

Coronel Vara de Rey: “Ver caer de rodillas a mil peregrinos ante la Santina me marcará de por vida”

El coronel Carlos Martínez-Vara de Rey no ha querido perderse este año la peregrinación. Como militar y como gran devoto de la Virgen nos narra, con espíritu castrense, su experiencia, que ha sido inolvidable.

¿Qué ha supuesto para usted, coronel del ejército del aire, peregrinar a Covadonga por primera vez?

La ya épica “Peregrinación a Covadonga 2022” me ha llenado de esperanza al poder constatar la existencia de un remanente grupo humano muy leal a Nuestra Señora y que goza de una extraordinaria salud espiritual. Vivimos un periodo muy oscuro de la historia de la humanidad, particularmente difícil para España, por la desintegración y decadencia moral que padece. Sin embargo, esta brillante iniciativa ha ofrecido una oportunidad excepcional a ese consolidado Fiel Remanente para desagraviar a la Virgen María, y afianzar en comunidad nuestras raíces cristianas.

La peregrinación ha permitido que varias generaciones juntas diéramos testimonio inequívoco de la fe que nos trasmitieron nuestros padres y que forjó nuestra nación. Pero también rendir un sentido homenaje a Nuestra Madre, que tantos años lleva tutelando el devenir de nuestra historia. La ilusión y el entusiasmo compartido por los peregrinos, donde la juventud y profusa participación de familias completas sin duda han marcado esta segunda edición, abren una puerta de esperanza viva para el futuro de España y de la civilización cristiana.

De manera altruista y casi espontanea, como nacen las grandes gestas. Covadonga 2022 ha reunido a todo un ejército de valientes voluntarios para que adentrándose por las veredas de la montaña asturiana, durante tres largas jornadas, guiados por cruces verticales, estandartes y banderas al viento, alcanzáramos juntos un lugar sagrado, muy especial y emblemático de nuestra historia. Paraje simbólico por excelencia, precisamente elegido por nuestra propia Madre en otro momento también crucial para el pueblo español.

Tras el éxito del año pasado, este año se ha duplicado la participación y todo apunta a que esto no ha hecho más que comenzar y a que irá creciendo con los años…

Es muy positivo porque todo el que acudía lo hacía siguiendo una llamada. El mundo está siendo cribado en muchos aspectos. María quiere reunir a su ejército y la respuesta a esta peregrinación supone que muchos españoles han manifestado su particular compromiso con esa llamada.

Especialmente relevante ha sido la edad media de los peregrinos y la presencia de tantas familias. Familias que aun siendo atacadas por muchos flancos hoy en día, perciben que en la fe está la clave de la armonía y felicidad entre sus miembros, constituyendo ellas mismas la última trinchera de nuestra sociedad. Es el gran valor a proteger y está en serio peligro, pero tras esta gran experiencia, muchas han salido fortalecidas; volverán sin duda y serán referencia para que muchas otras sigan sus pasos. Han demostrado que María no ha predicado en el desierto.

En cualquier caso es bueno que la gente tenga hambre de autenticidad…

Es bueno constatar que esta sociedad siempre cuenta con un núcleo de audaces capaces de nadar contracorriente y salvaguardar los valores que históricamente han hecho grande a nuestra nación. La semilla está sembrada y sin duda germinará y dará fruto. Auguro que futuras ediciones de esta peregrinación cosechará nuevos y grandes éxitos.

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31.07.22

Erika Prieto: “Covadonga fue un soplo de aire fresco y hálito de fe, el amor de Dios, ver que no estoy sola”

Erika Prieto es una joven estudiante de Ingeniería Industrial que ha venido por primera vez a la peregrinación a Covadonga. Comparte con nosotros la experiencia.

¿Qué ha supuesto para usted poder peregrinar a Covadonga por primera vez?

Como para cualquier joven fiel a la liturgia romana tradicional, poder entregar estos días de penitencia a la Santísima Virgen acompañados de la Santa Misa Tradicional ha sido una verdadera bendición.

Recuerdo cuando el año pasado me comentaron superficialmente la existencia de este nuevo proyecto. pues lamentablemente no pude acudir, pero a la llegada de aquellos conocidos que tuvieron el honor de asistir, tras ver su testimonio y las imágenes que captaron, daba por seguro que este año tenía que ir. Fue tan esperanzador ver a aquellas 1000 personas, tanto familias, jóvenes como no tan jóvenes, ofreciendo cada paso con tanta devoción. Puede imaginarse, por tanto, la grandísima e indescriptible satisfacción que supuso para mí ser partícipe de estas jornadas.

En el segundo año se ha visto que la participación va en aumento y que esto es imparable…

¡Y tanto!, y espero que Dios mediante cada año se duplique la participación de esta. Estoy segura de que esto solo es el inicio, tan solo hay que ver el revuelo que está habiendo en redes sociales. Tenemos que seguir apostando por la tradición y solo así seremos capaces de atraer a la máxima gente posible.

En cualquier caso es bueno perseverar para que siga creciendo si es voluntad de Dios.

No hay ninguna duda de que esto solo va a ir a más. Esto lo podemos apreciar en nuestro propio entorno, yo misma lo he vivido. Actualmente, en las parroquias la edad media de los fieles es obvio que va en aumento, en cambio en aquí cada vez hay más jóvenes que llegan y valoran la belleza de la liturgia tradicional. Nuestro deber es extenderla y darla a conocer, el resto ya viene por sentado.

¿Cómo ha sido el amor a Dios que ha percibido?

¡Maravilloso!, y muy alentador. no solo por parte de los laicos sino también por parte de los sacerdotes. Más de 40 sacerdotes caminaron hasta desgastarse, siempre con una sonrisa en la cara, para llegar al campamento y ponerse a confesar horas y horas.

Verdaderamente, estos días han sido un soplo de aire fresco y un hálito de fe, días en los que realmente he podido ver y sentir el amor de Dios. Ver que no estás solo, sino que realmente hay muchas personas en el mismo camino que tú.

¿Y el momento qué más le ha llegado al corazón?

Me resulta muy difícil escoger un solo momento, pero yo me quedaría con la Santa Misa solemne en la basílica. Personalmente, estoy acostumbrada a escuchar la Santa Misa Tradicional en capillas muy humildes y ver su majestuosidad en una basílica de esta magnitud ha sido indescriptible.

Pese a que todos estábamos exhaustos después de la larga peregrinación, la basílica estaba a rebosar. se podía apreciar gente de pie sin ningún tipo de visión intentando seguir la Santa Misa como buenamente podían, sacerdotes confesando pese a las dificultades de acceso al confesionario y colas muy largas para poder comulgar de rodillas y en la boca.

También cabe destacar la belleza del momento de la consagración al sonido de la marcha real.

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29.07.22

Mons. González Chaves: "Era consciente de que la Misa en Covadonga suponía un momento histórico"

Mons. Alberto José González Chaves.

Galardón Alter Christus Atención al Clero y a la Vida Consagrada

Nació en Badajoz en 1970 y fue ordenado sacerdote en Toledo en 1995. Su primer destino pastoral fueron las parroquias de Peñalsordo y Capilla, en la provincia de Badajoz, pero pertenecientes a la archidiócesis de Toledo. De 2006 a 2014 trabajó en la Congregación para los Obispos, en la Santa Sede. En 2008 se doctoró en Teología Espiritual en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de Roma, con una tesis sobre “Santa Maravillas de Jesús, naturalidad en lo sobrenatural". En 2009 obtuvo o un Master en Bioetica, en el mismo Ateneo. En 2011 Benedicto XVI le nombró Capellán de Su Santidad. De 2015 a 2021 ha sido Delegado Episcopal para la Vida consagrada en Córdoba, con facultad de Vicario para las claustrales. Ha dirigido numerosos Ejercicios Espirituales y dictado conferencias y cursillos en España e Hispanoamerica. Es autor de artículos y libros de espiritualidad y liturgia, y hagiografías sobre Santa Teresa de Jesús, Rafael Merry del Val, San José Maria Rubio, el Beato Marcelo Spínola, Santa Maravillas de Jesús, Santa Maria Micaela del Santísimo Sacramento, Santa Génova Torres, San Juan Pablo II, el Beato Tiburcio Arnaiz… Una de sus últimas obras es la biografía del más reciente Doctor de la Iglesia y Patrono del clero secular español, San Juan de Ávila. Ahora está trabajando en una extensa biografía de uno de los hombres de la Iglesia de España más importantes del siglo XX, el Cardenal Primado, Marcelo González Martín, que le ordenó sacerdote.

¿Qué ha supuesto para usted poder peregrinar a Covadonga con Nuestra Señora de la Cristiandad?

Como otros momentos especiales de mi vida sacerdotal, ha sido un Pentecostés, una efusión del Espíritu Santo con sus diversos carismas y dones, como diversas eran las procedencias y características de los 1000 peregrinos. Se palpaba la alegría, la naturalidad, el espíritu de sacrificio, la servicialidad abnegada y pronta, el cor unum et anima una de los primeros cristianos, en tantos hombres y mujeres, en su mayoría jóvenes. Para mí, ello ha supuesto un ejemplo muy edificante y un estímulo para dar gracias al Buen Dios, que con su gracia actúa y mueve los corazones. Ha sido una hermosa experiencia de Iglesia Católica, de universalidad, de unidad en la pluriforme manifestación de la riqueza de España en la diversidad de sus regiones y de otros pueblos hermanos de Hispanoamérica, amén de la presencia, siempre tan grata y aleccionadora, de nuestros queridos portugueses.

Incluso ha podido predicar un día y otro día presidir la última Misa en la Basílica.

A través del capellán general de la peregrinación, D. Ínigo Serrano, a quien agradezco mucho su discreta y eficaz labor, los organizadores tuvieron a bien invitarme a predicar en la Misa del segundo día, domingo séptimo después de Pentecostés, y a celebrar la Santa Misa del último día en la Basílica de Covadonga. Para mí, el último sacerdote de la cuarentena que había en la peregrinación, fue un honor y una responsabilidad, y como una caricia de la amorosa Providencia. En el caso de la prédica, fue una ocasión muy idónea de evangelizar al grupo íntegro de los peregrinos, que, sentados en el santo suelo de la verde explanada de El Remedio, ante la carpa donde se celebró la Misa de campaña, bajo los primeros rayos del sol escucharon  sin moverse, ni aun pestañear, una homilía ¡que duró media hora! En ocasiones así pienso que, según los maestros espirituales, el gusto por la predicación sagrada y la receptividad ante ella, es un signo de predestinación.

La celebración de la Santa Misa solemnísima en la Basílica de Covadonga hizo que me sintiese abrumado ante la belleza, la sacralidad, el recogimiento, el espíritu de oración y la emoción evidente de los 1000 peregrinos que acababan de llegar minutos antes, cantando y enarbolando sus estandartes y banderas, tras haber superado las últimas cimas de aquellos montes astures para encontrarse con la Santina. Atravesar procesionalmente, con todos los demás clérigos, la nave central de la Basílica, como abriéndonos paso entre un mar humano que cantaba enfervorecido tras caminar sonriendo 100 km en tres días, era una experiencia sobrecogedora, de impresionante nobleza humana y rotunda elegancia espiritual.

¿Cómo le estimula en su vida sacerdotal ver a una feligresía tan devota y que vive la fe con valentía?

No sólo me estimula: me compromete y me exige. Me hace plantearme que si no veo con más frecuencia grupos de fieles así, que purifican sus almas en el sacramento de la penitencia, como hicieron casi todos los peregrinos, y comulgan de rodillas y en la boca, expresando una veneración visible y humilde a Jesús Sacramentado, es porque ni rezo bastante, ni hago suficiente penitencia, ni poseo el celo de almas y la creatividad apostólica que Dios tiene  tanto derecho a esperar de mí. En una palabra: que no hay más seglares santos porque yo, sacerdote, no soy santo.

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