Marina Pérez Botel, la dramática historia de su vida, unida a Radio Magna, en la Patagonia argentina

María Pérez Botel, en esta impactante entrevista, nos cuenta el drama de su vida desde la niñez, que se entremezcla con la historia de la radio que fundó: Radio Magna, que es su vida y un referente en la evangelización de esas remotas tierras. En medio del sufrimiento, el amor de Dios le sostuvo y la evangelización en las ondas fue su tabla de salvación para evitar la desesperación. No se pierdan su historia.

¿Qué supuso para usted poder hacer radio desde los 13 años y asumir tan pronto grandes responsabilidades?

A los 13 años era una jovencita tímida que luchaba por adquirir autoconfianza porque durante toda la infancia había sido muy inhibida. Me era difícil entablar amistades en el colegio y sufría bulling por mi estatura física. No era la mejor estudiante. Algunos familiares habían incursionado en radio y me llamaba mucho la atención. Crecí en el campo, en una hermosa estancia familiar, donde no había electricidad. Por lo tanto las frecuencias de radio eran excelentes; de noche escuchaba BBC de Londres, o Deutsche Welle, emisora con la que actualmente tenemos un acuerdo de transmisión en la radio que dirijo. Me agradaba muchísimo escuchar programas de cultura y música clásica, también de otras radios de amplitud modulada de la Patagonia. En esa época no había FM, sólo dos o tres AM que se podían escuchar con cierta calidad. Estaba a unos 180 kilómetros de mi ciudad, Comodoro Rivadavia.

Y así se fue enamorando de la radiodifusión, que tanto impactó en esos años de la niñez y adolescencia.

Así es, asistía a una radio en particular, donde había un programa de música clásica. Admiré mucho al conductor de ese espacio y durante años le llevé material porque al principio de los 90 en mi lejana ciudad patagónica no había muchos CDs. Durante un tiempo y sobre todo en mis comienzos en los medios, fui bastante ingenua.

De regreso a la ciudad, siempre estaba visitando alguna Radio AM, porque pensaba que había algo de magia en ese ambiente. Me encontré con personas de 40 años, fumadores, algo bohemios. No sé cómo tuve el coraje de enfrentarme a todo lo que vino después. A los 14 años llamaba a los programas de política y actualidad en las primeras emisoras FM. Al poco tiempo ya empecé a producir algún programa.

¿Por qué tuvo que trabajar desde tan temprano?

Por los problemas en casa, con tantos hermanos, siendo yo la menor de los ocho. Mi madre se quedó sola el día de mi nacimiento con muchos hijos, abandonada por un esposo, alcohólico y distante. El día 18 de mayo de 1979 se fue de casa, después de dejar a mi madre en el sanatorio. Nací con dificultad y mamá sufrió mucho. Necesitó transfusiones de sangre para sobrevivir. Realmente el panorama familiar era pésimo. Mamá trabajaba casi todo el día, confeccionando cortinados impresionantes para dos casas de costura. Todo el tiempo estaba con su pie en el pedal. A veces la ayudaba colocando los ojales en las cortinas y escuchábamos mucho la radio.

Mi abuela paterna vivía en el mismo predio, donde por las vueltas de la vida, sigo habitando. Ella me acercó más aún a la música clásica. Pasábamos horas escuchando discos hermosos. Y ella me explicaba la historia de los compositores. Mi familia era muy adinerada, con terrenos y propiedades en todas partes, pero como mi padre optó por el alcoholismo y las pasiones, dejó absolutamente todo a la buena de Dios, familia incluída. Con mi madre y abuela teníamos constantes vivencias hermosas en esa estancia. Es un lugar hermoso, que años después mi hermano mayor vendió, junto a un hotel que también pertenecía a la familia.

¿Cuál fue la parte más dramática de su infancia?

Sufrí abusos sexuales gravemente ultrajantes desde los dos o tres años en adelante, maltratos de toda clase y mucha injusticia. Los abusadores fueron familiares varones a quienes mamá me dejaba al cuidado. No la culpo porque los abusadores son malévolamente inteligentes y jamás mamá hubiera imaginado tales atrocidades.

Dentro del dolor de mi familia recuerdo con nostalgia y alegría a uno de mis hermanos, el que es cuatro años mayor que yo, fue mi compañero de juegos. Siempre lo quise mucho y ese sentimiento no ha cambiado aunque hace años no lo veo. Con mi hermano menor jugábamos a los locutores de radio. Grabábamos en un JVC alguna clase de programa radial. Yo tendría unos seis o siete años. Él, de muy jovencito, supo ser radioaficionado y hablaba con gente de todo el mundo. Pero tomamos caminos distintos.

¿Cómo la radio le ayudó a superar esos graves traumas?

La radio siempre estuvo en mi corazón. A veces subía a la azotea de casa para captar mejor la señal de las radios de frecuencia de onda corta. Me apasionaba, pero en ese entonces, no me daba cuenta de la dimensión que tenían las radios en la vida cotidiana de todos, especialmente en los poblados alejados para oír los mensajes que se enviaban entre las ciudades y los campos los que podían. Contábamos con la comunicación a través de una radio con larga antena. En una ocasión supimos del nacimiento de mi primer sobrino Alan a través de una radio AM y regresamos a la ciudad.

Realmente con mi madre la pasamos muy mal y yo no daba abasto con el trabajo. Había comenzado en un colegio que me gustaba mucho, con orientación en biología marina, pero no pude cumplir mis sueños. Soy una autodidacta, que de adolescente era una nerd, en extremo. No terminaba de leer hasta largas horas de la madrugada. Fue tanto lo que estudié, en varias áreas, como filosofía, historia, música, idiomas, hasta que tuve una especie de shock y sentí que mi cerebro explotaba. Y allí comenzó mi primera depresión, a los 16 años. Pero ya desde los 15 años era muy amiga de legisladores, senadores, diputados, políticos… En algún punto debí ser interesante para cosechar esas amistades porque fueron buenas personas conmigo. No me beneficié en nada material, pero siempre sentí que debía absorber todo el conocimiento que me fuera posible.

A los 18 años tenía página completa para mis artículos sobre Defensa Nacional, economía e historia sobre Malvinas (período 1491 a 1833), no sobre el conflicto bélico. Era el diario más leído de la Patagonia, Diario Crónica. Y no sólo en ese, en otros también. Ello conllevó a dar conferencias junto a especialistas e historiadores en la materia incluso en la Universidad.

¿Cómo fue el proceso para empezar a emitir contenido católico en radio?

No sólo me importaba mucho lo referido a la historia. La música clásica es para mí algo muy importante. Como aficionada, brindé tantas charlas públicas que no recordaría con exactitud cuántas. Explicaba la conformación instrumental de la orquesta en cada obra que explicara, la biografía de los compositores, una forma de apreciar la música. Sí puedo recordar a los compositores a los cuales dediqué estas charlas: Mahler, Bruckner, Tchaikovsky, Mozart, Paganini, Orff, Haendel, Bruch, Beethoven (todas las sinfonías), pero la más solicitada siempre fue la novena. No fue suficiente por lo que difundí en todas las radios en las que estuve, la música clásica. Y produje conciertos contratando músicos de las orquestas: Sinfónica Nacional, Estable del Teatro Colón y del Congreso de la Nación. Organizaba giras y fue una empresa hermosa, pero fracasé económicamente. En cada concierto se sorteaba un violín.

¿Por qué decide fundar Radio Magna y con qué objetivos?

En una de las últimas radios importantes en audiencia e infraestructura propuse emitir el informativo vaticano y la respuesta era siempre que no. Pero conocí a uno de los integrantes del que era el Centro Televisivo Vaticano y Radio Vaticana. Cuando no soporté el mal trato en esa emisora, a los pocos días me ofrecieron equipos de radio para que yo pusiese al aire mi propia radio, cosa que nunca quise, pero al final terminé haciéndolo. Y comenzó siendo una radio de jazz y música clásica. Desde 2005 tenía buena relación con la diócesis local y por un tiempo colaboré con el área de comunicaciones de la misma. Retomé el contacto con el sacerdote argentino que trabajaba en Radio Vaticana y en 2012 firmamos un acuerdo de transmisión entre ambas radios. Hasta el día de la fecha, hemos transmitido todos los viajes pontificios del Papa, todas las Audiencias Generales y todos los Ángelus.

Es propicia la oportunidad para agradecer a los colegas del Dicasterio para las Comunicaciones del Vaticano porque generalmente mencionan solamente a esta radio representando a Argentina en cada transmisión extraordinaria donde participa el Sumo Pontífice. Él me llamó telefónicamente en 2017 y me agradeció por la existencia de la radio. Me instó a seguir. Evidentemente siempre tuve un rasgo de polémica, porque se desataron algunas tormentas, críticas y falta de comprensión, pero pude ayudar y evangelizar mucho y en poco tiempo. No había zona precaria que no conociera de mi ciudad y otras. Y gracias a Dios los aportes en alimentos de los habitantes fueron muchos. Alguien me mencionó que estaba demasiado hiperactiva y me sugirió que parara un poco. Le dije que nunca me había sentido mejor, pero debí escucharle. Mi columna vertebral, que ya presentaba un proceso óseo degenerativo, sufrió lesiones terribles. Yo no era consciente de semejantes esfuerzos por la carga y descarga de los alimentos. En Radio Magna recibí cantidad de donaciones al punto de no tener ya espacio para almacenar y tuve que recurrir a un almacén enorme para tantas cosas. Íbamos cargando los alimentos en mi Kangoo con el sacerdote salesiano que en ese momento era el director adjunto de la radio.

¿Cuándo empezó a sentirse enferma?

Cuando ya de niña comenzaron mis dolores óseos muy fuertes. Se pensaba que era mi crecimiento y los tratamientos eran pésimos. Recuerdo haber recibido una casi expulsión del colegio secundario por irme a casa ya que me negaron una aspirina y yo sentía mucho dolor.

¿Por qué el exceso de penitencia, sin la prudencia debida, le hizo empeorar la salud?

Por deseo de limpiar mis pecados cuanto antes fui muy imprudente penitencias físicas, tanto que me acabaron agravando mis problemas de salud. Por eso recomiendo que sean aconsejados por un buen sacerdote prudente, ya que el descuido que tuvieron conmigo me ocasionó un daño irreversible. Pasar frío, dormir en la incomodidad, los cilicios y las flagelaciones, que fueron miles, terminaron dejándome discapacitada. Hay días que paso muchas horas en silla de ruedas, Hace ocho años que debo medicarme con morfina en gotas y aún así, el dolor no desaparece. Entonces necesito también de inyectables de morfina.

Imaginen ocho años de tanta morfina corriendo por mi cuerpo. A veces pienso que corre más ese opiáceo que la propia sangre. Me provocó un desastre en lo económico, por no contar con un seguro de salud como sí lo tuve en mejores tiempos. Y el Estado, a través de la salud pública me niega a toda costa el proveerme de tales medicamentos, por lo que debo hacerlo por vía privada. Me atiende un joven neurocirujano, pero toda la medicación debo adquirirla con mis propios medios. He hecho de todo incluso presentaciones judiciales, pero el Hospital me niega sistemáticamente casi todo. Se me ha ido mucho dinero en medicación, aunque tengo un certificado de discapacidad, no accedo a prestaciones fundamentales como kinesiología o rehabilitación por lo tanto con mi metro ochenta y siete me siento una verdadera inútil. Al leve movimiento como limpiar o alzar en mis brazos a mi nieta…siento un cuchillo atravesando mi espalda.

¿Cuándo cayó en la mayor depresión de su vida?

Cuando hace tres años falleció la persona más importante en mi vida, mi madre. Se había transformado en una niña. Su cerebro estaba cada vez con menos materia gris. Los últimos años sin embargo fuimos felices. Pero en 2021 comenzó la pesadilla. Después de una caída, la internaron pero no me permitieron mis hermanos acompañarla en la ambulancia. Nadie sabía de sus medicaciones ni tratamientos. Sufrió horrores, porque presentaba cuadros de demencia además de las fracturas. Los 45 días de su internación sólo me permitieron verla una sola vez. Mis hermanos, todos, insistían en que todo era por mi culpa. Y ejercieron violencia psicológica y física contra mí en el propio hospital. Recién este año comencé a vincularme socialmente. La propietaria de la emisora es mi hija y yo la dirijo. El daño fue muy fuerte. Me dijeron que tenían una denuncia en mi contra por lo acaecido con mi madre. Me lo dijo mi hermana la abogada, quien de pequeña fue como una madre para mí, pero ahora era mi verdugo. Investigué y era falso. No había denuncia alguna.

Veo que al trabajar para el Señor su vida ha sido muy difícil. ¿Valió la pena todo el esfuerzo y sufrimiento?

Por supuesto. La idea de la radio era que crear algo “diferente” y sí que lo fue y lo es. Magna tiene una programación vía satélite de Radio Católica Mundial por las noches y al mediodía retomamos nuestros programas. Algunos son colaboraciones de otros colegas con vasta experiencia en el periodismo secular y católico: Alicia Barrios, Tito Garabal y tantos otros, que proponen una mirada distinta de la realidad con programas periodísticos en los que no sólo se habla de la Iglesia y el Papa, sino de otras muchas cosas importantes.

Radio Magna es una radio que defiende la vida desde la concepción misma. Y tal es así que en algún momento del debate en el Congreso de la Nación sobre la despenalización del aborto, hubo muchas marchas de los colectivos LTGB y en dos de ellas, sola, con un Rosario en la mano, me paré frente a la catedral de mi ciudad para que las 500 o 600 personas no pinten con ofensas las paredes. Aún tenía algo de salud. Bailaron a mi alrededor, me escupieron, me tiraron espuma y me gritaron como nadie jamás lo hizo. Yo sólo pensaba en que había que rezar porque dentro estaba la Eucaristía. La catedral estaba cerrada. No sé como me atreví a tanto. Pudo haber terminado muy mal. Una senadora publicó un vídeo en el que hablaba de este tema y me encontraba calva, por una crisis de lupus. Lo vieron más de 8 millones de personas. He recibido llamadas telefónicas donde me han dicho que por escuchar los programas de Radio Magna no abortaron. Y fueron varios los testimonios.

Actualmente seguimos con el acuerdo de transmisión con Radio Vaticana, EWTN, Deutsche Welle en el ámbito informativo internacional y algunas emisoras del Norte del país, donde la fe parece ser triple a la que aquí se manifiesta. De veras que en las más de 70 radios en el dial de mi ciudad Magna es la única con orientación católica. Somos quienes evangelizamos, pero también los que recibimos la menor cantidad de dinero porque nos debemos a los bienechores y colaboradores, aunque las empresas también pueden apoyarnos, si lo hacen, recibimos monedas en comparación a otros medios que son seculares.

Casi finalizando vayamos al comienzo de todo…¿Cómo le cambió la vida la fe?

Yo era una joven que de la noche a la mañana de la Patagonia estaba en Roma. En 2006 ingresó al Aula Paulo VI el Papa Benedicto XVI. Lo hizo desde atrás. Yo estaba en las primeras filas. Vi en el una luz, un “algo” que me conmovió en forma impresionante. Y eso que nada me impresionaba, porque entrevisté a casi todos los presidentes constitucionales de mi país, he conocido personalidades y he estado parada al lado de uno de los presidentes de Estados Unidos, George Bush en su paso por Argentina. Nadie realmente me había conmovido, excepto Benedicto. Por lo tanto mi fe aumentó. Volví a las raíces. Lo vi en cuantas audiencias me fue posible. Estuve en su viaje a Aparecida, Guaratenguitá y Sao Paulo como periodista acreditada. Cuando habló a los jóvenes en un estadio enorme…sentí que sus palabras eran para mí.

¿Cuáles son sus planes actuales?

Ahora mis planes son continuar con Radio Magna pero también formar una orquesta de cámara y dirigirla. Tengo la capacidad de memorizar partituras de sinfonías completas. Y estaba por dirigir, en representación de las personas discapacitadas la orquesta de la Universidad San Juan Bosco. El director, venezolano, se comprometió absolutamente para hacerlo y juntar fondos para otras personas con patologías diversas. Pero jamás presentó siquiera el proyecto. Sólo me envió algunas partituras para estudiarlas. Artistas de renombre de dos de las orquestas más importantes de Argentina, me recomendaron para tal cosa, y él mismo no es director de orquesta. Pero todo quedó en el olvido y caí en otra depresión muy fuerte.

Si alguien, en cualquier lugar del mundo adonde llegue esta entrevista, me da la oportunidad de dirigir una agrupación musical, bien puede ser una orquesta de cámara o una filarmónica, les aseguro que daré lo mejor de mí.

Radio Magna no está online en estos momentos, pero podemos analizar volver a colocarla en la web. Magna se hizo para los escuchas de la zona. Aunque han sido tantos los pedidos que posiblemente volvamos online. Gracias por haberme convocado para este artículo. Soy solamente una pecadora que sirve a Dios como puede, todo el tiempo que puede.

Por Javier Navascués

2 comentarios

  
Enrique
Desconocía a esta persona y su historia, así como la radio. Me sorprende muy favorablemente esta nota sobre la Riqueza de Dios que aparece allí donde Él Quiere y sus fieles Le colaboran.
Gracias.
12/02/25 2:18 PM
  
MARCELO
Esta historia de Marina,me deja completamente anonadado,la brutalidad y ensañamiento que desde su más tierna edad tuvo que sufrir,los abusos,las penitencias ,más que imprudentes,las vejaciones,las traiciones de los suyos.................a todo este conjunto de horrores,ella,solita su alma,pudo sobrevivir y seguir adelante con su trabajo de difusión de cultura y fé,poniendo toda su confianza en Dios.
Gran ejemplo para nosotros y advertencia también,no todo es lo que parece,hoy hay más fariseísmo que nunca,entre laicos y religiosos.
Incluyámosla siempre en nuestras intenciones.
Marina,que Dios y Su Santísima Madre, te protejan siempre.
12/02/25 11:50 PM

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