Javier Expósito: “En el matrimonio la comunicación es más importante que la sexualidad”

Javier Expósito es profesión Ingeniero Industrial Mecánico. Casado desde hace 18 años y padre de familia de 4 hijos. Dedicado a la formación de novios en la parroquia desde el año 2006. Ha dado multitud de cursos y seminarios sobre sexualidad en el matrimonio. Ha sido Monitor de Método Billings durante 10 años.

Participa en la II edición del Seminario sobre Matrimonio y Sexualidad que organiza Enraizados. Una formación dirigida a jóvenes y adultos que quieren vivir su vocación al matrimonio y crear una familia desde la fe y con Dios en el centro.

https://enraizados.org/project/seminario-de-matrimonio-y-sexualidad/

¿Qué supone para usted participar en este seminario sobre matrimonio y sexualidad?

Participar en este seminario supone para mí una enorme satisfacción. Me permite compartir mis conocimientos y experiencia en una materia tan importante como es la sexualidad. También porque sigo aprendiendo de los alumnos en las cuestiones que se plantean. En las preguntas se pueden ver diferentes puntos de vista sobre el tema. Algunas veces están errados y me gusta hacerles ver el porqué. Muchos lo agradecen.

En la sexualidad hay una visión distorsionada en las redes sociales (principal fuente de información hoy en día) que no coincide con el punto de vista católico que se defiende desde la Iglesia. Hay católicos que tienen conocimientos distorsionados o mal entendidos que necesitan ayuda. Cada día tengo más claro que vivir una sexualidad como Dios manda, da felicidad a la persona y al matrimonio.

La sexualidad no es el tema matrimonial más importante. La comunicación es el más importante. La sexualidad la entiendo como el termómetro de la relación de pareja. Si hay buena comunicación entre los esposos, las manifestaciones de cariño en la sexualidad serán más fáciles.

¿Qué nos enseña la Iglesia en relación al uso recto de la sexualidad dentro del matrimonio?

La Iglesia nos enseña que la sexualidad en el matrimonio es una manifestación del amor entre los esposos. La Iglesia como Madre, nos enseña cómo deben ser esas relaciones. Se deben dar dentro del matrimonio, entre un hombre y una mujer, con un vínculo sellado (sacramento del matrimonio para los católicos), respetando la dignidad de la persona y abiertos a la vida. En muchas ocasiones se pone en duda el conocimiento que puede tener la Iglesia (los sacerdotes) sobre el tema. No debemos olvidar, que la Iglesia tiene el conocimiento del Fundador, Jesucristo manifestado en las escrituras. Tiene el conocimiento y experiencia adquirido durante cientos de años a través de la confesión y de la dirección espiritual.

Háblenos del fin procreativo y del fin unitivo en la sexualidad matrimonial…

El fin procreativo y el fin unitivo son los dos fines que deben tener las relaciones sexuales en el matrimonio. Hay una visión distorsionada de esta definición que interpreta que después de cada relación debe haber un embarazo. Y no es cierto. La Iglesia nos enseña que debe estar abierto a la vida. Maravillosamente Dios nos ha regalado los períodos fértiles e infértiles para poder disfrutar sanamente de una sexualidad. Estos períodos los podemos conocer gracias a los métodos naturales.

Gracias a estos fines, se produce una donación total entre los esposos que es el fruto del amor. Yo (esposo), me entrego todo a tí (mi esposa), y te acepto toda a tí. Y viceversa. Cuando se separan estos fines, se produce una distorsión del amor. El amor, por definición exige una entrega plena. No se entiende el amor para un rato. No se entiende el amor si la donación no es total. Sería un amor egoísta. Te quiero, pero sólo la parte que me da satisfacción. En mis charlas sobre este tema en la preparación al matrimonio, les pido que se miren el uno al otro y se digan: “Te quiero un ratito". Se ríen, porque es ridículo. El amor, si es verdadero será donación total y para siempre.

¿Por qué no todo vale en la sexualidad, aún dentro del matrimonio?

La sexualidad es una herramienta que Dios da a los esposos para ayudar en su matrimonio. Como toda herramienta se debe utilizar como ha sido diseñada por su diseñador. En este caso, el diseñador ha sido Dios. A nadie en su sano juicio, se le ocurre utilizar un coche o un electrodoméstico sin seguir las instrucciones. Su mal uso llevará a su deterioro y destrucción.

En la sexualidad es importante respetar la dignidad y la libertad de la otra persona. No es un objeto para mi satisfacción. Incluso, si nos ponemos de acuerdo en un mal uso, la herramienta (el amor manifestado en la sexualidad) se estropeará y acabará por romperse. Desgraciadamente lo vemos en la actual sociedad. Muchos matrimonios se rompen por un mal uso de la sexualidad. Toda práctica sexual que no respete la dignidad de la persona, hombre y mujer, es intrínsecamente errónea.

¿Hasta que punto los matrimonios católicos deben estar abiertos a la vida?

La Iglesia es Madre. Cuando nos dice que las relaciones sexuales deben estar abiertas a la vida quiere decir que no debemos poner ningún impedimento. Cualquier barrera artificial supone una manipulación del amor. Y como hemos visto anteriormente eso supone una desnaturalización del acto conyugal. La responsabilidad de los cónyuges debe llevar a tener las relaciones que libremente deseen teniendo en cuenta la paternidad responsable.

¿Qué es la paternidad responsable?

Paternidad responsable se refiere a que los cónyuges deben tener los hijos que puedan mantener y educar en función de su situación social, material, económica, etc. Tan erróneo es la concepción de tener sólo un hijo (o ninguno) por comodidad, para poder viajar, tener una segunda casa, un coche más lujoso, menos ataduras. Como la contraria, tener más hijos de los que se pueda mantener.

¿Cuántos hijos se deben tener en virtud de la paternidad responsable?

Es una decisión que compete SÓLO a los cónyuges. Ni la familia (suegra, suegro, hermanos, etc.), ni el director espiritual deberían interferir en esa decisión.

Un viejo consejo decía que se deben tener los hijos que buenamente se puedan mantener más uno. Como regla para fomentar la generosidad. Y evidentemente, siempre abiertos a la voluntad de Dios. Tanto si nos da la gracia de poder tener muchos hijos. Como si nos da la prueba (dura) de no tener descendencia. Para estos casos existen otras alternativas: adopción, dedicación a otros apostolados, etc.

¿Qué son los métodos naturales de reconocimiento de la fertilidad y cuáles son los principales?

Los métodos naturales dan a la pareja las herramientas para reconocer los períodos de fertilidad / infertilidad de la pareja. El hombre, por naturaleza es siempre fértil (excepto si hay una patología por deficiencia en el semen por falta de cantidad o calidad). En cambio, la mujer es alternativamente fértil. Dispone de unos periodos de fertilidad y unos periodos de infertilidad. En el reconocimiento de los signos de fertilidad ayudarán a saber si está en periodo fértil o infértil. Y después obrar en consecuencia. Si la mujer está en periodo fértil, pero por motivos de paternidad responsable o por decisión de posponer un nacimiento, se deberán abstener de tener relaciones sexuales. Si la mujer está en periodo infértil, no hay posibilidad de fecundación.

Actualmente hay 2 métodos reconocidos por la Iglesia: El método Billings y el método sintotérmico. Básicamente buscan identificar los síntomas de fertilidad en la mujer. En el caso de Billings reconociendo el moco cervical que se presenta justo antes de la ovulación. Así como otra serie de síntomas que se pueden presentar como dolor en los ovarios, cambios fisiológicos de cuello del útero, etc. Para más información visitar https://woombinternational.org/. Es recomendable hacer un curso acompañado por un monitor para ayuda en el reconocimiento y aplicación de unas sencillas reglas.

En el caso del método sintotérmico, se añade la medición de la temperatura basal. Está demostrado que, durante la ovulación, la temperatura de la mujer sube y puede ser indicador de que es inminente la ovulación y por tanto el inicio de una fase fértil que puede dar lugar a un embarazo. No tengo constancia de que exista una web oficial para este método.

¿Por qué en cambio los anticonceptivos no están permitidos en la moral católica?

Los métodos anticonceptivos tienen varios problemas morales, desde el punto de vista humano y católico.

Los métodos de barrera porque separan el aspecto unitivo del aspecto creador del acto conyugal. Y por tanto es una manera de desnaturalizar el amor entre los cónyuges. Incluso si es de mutuo acuerdo. Aunque muchos no lo sepan, puede ser una causa de nulidad matrimonial y de impedimento para el matrimonio si una pareja desea contraer el sacramento con intención de utilizar anticonceptivos.

En los métodos químicos, al anterior argumento, se añade el daño que pueden hacer en el cuerpo de la mujer o del hombre. Dependiendo de la estrategia de anticoncepción infringen unos daños directos y otros secundarios en los órganos reproductivos de la mujer. Y en algunos casos, en la salud general de la mujer. Algunos de los daños serán irreversibles en la capacidad reproductiva de la mujer.

También se da la circunstancia que alguno de los métodos anticonceptivos son abortivos. Es decir, si impiden o dificultan la evolución de óvulo fecundado (que ya es una vida nueva) pueden provocar un aborto.

Muchas de las mujeres que durante su juventud han utilizado métodos anticonceptivos hormonales, y que al cabo de un tiempo desean tener un hijo, en muchos casos no lo pueden lograr de manera natural ya que el daño infringido ha sido importante. En muchos de estos casos se recurre a la reproducción artificial (in vitro) que tiene también graves problemas morales.

En este punto me gusta destacar una nueva disciplina científica que está tomando importancia que se llama naprotecnología. También en el seminario le dedicamos una sesión. Se trata de buscar cual es la causa real de la infertilidad y, en caso de ser posible, resolver el problema que impide un embarazo de manera natural. Se estima que entre un 40% y 60% de parejas que intentan un embarazo por fecundación in vitro, lo podrían lograr por esta técnica.

Por Javier Navascués

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