(Agencias/InfoCatólica) Desde hace más de 15 horas no se encuentra a nadie con vida. “Ahora mismo no tenemos ningún contacto activo con nadie o cualquier indicación de señales de vida en ninguna de las localizaciones en las que trabajamos”, ha dicho el coordinador antiincendios Jim Stuart Black, quien asegura que su personal está “esperando lo mejor pero preparándose para lo peor”.
Además, los rescatadores temen que se venga abajo un edificio de 26 plantas y arrastre consigo a otros inmuebles colindantes. “Es increíblemente peligroso (...) Si cae al suelo creará una importante onda de choque”, ha ilustrado el alcalde, Bob Parker. La ciudad ha sufrido más de cien réplicas del terremoto. Este jueves se han redoblado los esfuerzos en el que podría ser el foco con mayor concentración de víctimas, un edificio de seis plantas que se colapsó con más de un centenar de personas en su interior. Entre ellos había once estudiantes japoneses, por lo que un equipo de rescatadores nipones se emplea a fondo para encontrarles.
En general, los mayores esfuerzos se concentran en el distrito empresarial de la ciudad, que estaba lleno de gente en el momento de producirse el seísmo, la hora del almuerzo. Las autoridades señalan que la llegada de nuevos equipos de especialistas de Japón, Taiwán, Australia, Singapur y Estados Unidos va a permitir establecer una búsqueda más intensiva. Para hoy se espera que trabaje sobre el terreno más de un millar de efectivos. El Gobierno neozelandés mantiene el estado de emergencia y soldados patrullan las calles de Christchurch en vehículos blindados.
El Papa pide a los fieles que recen por las víctimas
En la audiencia de este miércoles, Benedicto XVI pidió a los fieles que recen los afectados por el seísmo:
“Un nuevo violento terremoto, aún más devastador que el de septiembre pasado, ha asolado la ciudad de Christchurch, en Nueva Zelanda, causando un gran número de muertos y desaparecidos, así como importantes daños a los edificios. En este momento, mi pensamiento se dirige especialmente a este pueblo trágicamente probado. Roguemos a Dios que alivie sus sufrimientos y apoye a todos los que están trabajando en las operaciones de socorro. También os pido que recéis conmigo por todos los que han perdido la vida”.
Benedicto XI ha enviado además un telegrama de pésame por las víctimas de este devastador terremoto, que ha asolado la ciudad de Christchurch. En el telegrama dirigido al obispo de Christchurch, Mons. Barry Jones, firmado por el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, el Papa manifiesta su dolor por la devastación y la pérdida de tantas víctimas humanas y expresa su cercanía a cuantos han sido víctimas de esta tragedia y lloran por sus seres queridos.
Encomendando las víctimas “al amor misericordioso de Dios”, el Papa asegura a la población de Christchurch y a la nación neocelandesa sus oraciones, expresa su apoyo a cuantos están asistiendo a los heridos y a cuantos en estas horas intentan salvar a las personas sepultadas bajo los escombros.