(Aci/InfoCatólica) Tras comentar que la protesta del sábado pasado fue una provocación y una acción contraria a la ley de Dios, el Cardenal señaló que “cuando uno quiere hacer daño a un templo donde se sabe que se da culto a Dios, se está atentando contra los mandamientos”.
La nota del Arzobispado de Lima recuerda que la protesta de los gays y lesbianas debido al aplastante rechazo en el Perú a las uniones homosexuales, “se llevó a cabo en el atrio de la Iglesia Primada, propiedad que pertenece a la Iglesia Católica”. “Que no provoquen frente a un templo como la Catedral. Si el orden público hay que custodiarlo, que luego no vengan con prédicas que son muy raras. Todos tenemos derecho a respetarnos unos a otros”, dijo.
El Cardenal recordó que la ley de Dios pide a todos “no cometer actos impuros”, referidos a los pecados que atentan contra la castidad. Tras referir que la doctrina católica califica como inmorales la masturbación, la fornicación, la prostitución, la pornografía y las prácticas homosexuales, porque atentan contra la ley de Dios, el Cardenal dijo que como Arzobispo tiene el deber de instruir a los fieles en las enseñanzas de la Iglesia.
“No estamos hablando de política, sino recordando enseñanzas de la Iglesia, para que los católicos sepan en qué consiste la doctrina. Lo que quiero decirles es que los mandamientos son luces que Dios nos da en el alma a cada uno y no son contra nadie”, sentenció.
Convocan un Rosario por la Paz en la Catedral
Por otro lado, un grupo de católicos convocaron para ayer 19 de febrero a las 4:00 p.m. a todos los fieles y público en general para rezar un Rosario por la Paz en el atrio de la Catedral de Lima. En la convocatoria los organizadores explican que esta oración será un acto que busca promover la paz y rechazar todo tipo de violencia, “también la ejercida por las fuerzas del orden contra los homosexuales desalojados” el pasado 12 de febrero.
Los organizadores animan a reunir a la mayor cantidad posible de personas para rezar este Rosario por la paz que será “un acto pacífico, de presencia y oración” además “de desagravio a Dios nuestro Padre por las ofensas cometidas en este lugar santo del atrio de la Catedral”.