(EP/InfoCatólica) El cardenal Rylko ha remarcado la “tradición católica” que surge a partir del Apóstol Santiago. “España tiene mucho que decir y recordar con respecto a las raíces cristianas de Europa” puntualiza, al tiempo que subraya que “este es el conjunto de circunstancias que vale la pena tener presentes en la preparación de la próxima JMJ”.
Concretamente, el prelado destaca que el Papa Benedicto XVI se está preparando “de modo especial” para viajar a Madrid el próximo mes de agosto porque participa de forma “directa”. En esta línea, recuerda las palabras del Pontífice cuando indica que “participar en estas JMJ son una renovación de esperanza sobre todo mirando al mundo entero porque ese mensaje de esperanza no sólo es para la Iglesia sino para toda la humanidad”.
El rostro de la Iglesia es de gente de ochenta años
El cardenal Rylko lamenta que el progreso de la vida parroquial diaria “demuestra, desafortunadamente, que el rostro –de la Iglesia– es de gente de ochenta años”. No obstante, remarca que, mientras tanto, la JMJ ha demostrado que la Iglesia tiene “muchos recursos jóvenes con respecto a su presente y su fututo”.
En cuanto a aquello que buscan los jóvenes en estas jornadas, el cardenal Rylko apunta que intentan encontrar “la llave” que permite “abrir el corazón” de jóvenes y adultos, que no es otro que Jesucristo, y esa “llave”, según precisa el cardenal, la tiene la Iglesia.
“Esta llave es nuestra batalla, porque en Jesucristo se encuentra una respuesta fundamental, una respuesta que proviene de Dios mismo y que llega hasta el corazón joven. Y es por eso que el corazón de los jóvenes bate en las JMJ”, agrega. De hecho, recuerda que el Papa Juan Pablo II dijo en una ocasión que lo que los jóvenes buscan –en la JMJ– no es tanto el encuentro con el Papa, que es “el puente”, sino el encuentro con Jesús, “el protagonista de cada JMJ”.
Juan Pablo II, un amigo “exigente”
Concretamente, rememora dos momentos que guarda "en el corazón" junto al predecesor de Juan Pablo II: el encuentro de Czestochowa, después de Santiago de Compostela, y el del Año del Jubileo en Roma.
Para el cardenal, su nombramiento para la organización de las JMJ, fue una decisión “decididamente a contracorriente” porque eran los años 80 y todavía en aquella época tenían “mucha fuerza” las opiniones culturales, sociales e ideológicas de los años 60 y, sin embargo, el Papa, tuvo “el gran valor de confiarse en los jóvenes”.
“Tuvo el corazón de retar a los jóvenes y de ver en ellos la nueva evangelización”, subraya, al tiempo que indica que ese impulso “profético” del Papa fue muy importante hace 25 años para iniciar estas JMJ. Finalmente, recuerda que en esta época de “grandes manifestaciones de masas” el Papa supo escoger justamente este método para reunirse con los jóvenes, “que ha ayudado sin duda a vivir la experiencia de una Iglesia joven”.