(Laprensagrafica/InfoCatólica) Tras el acto violento que conmovió al país, algunos diputados de la Asamblea Legislativa han puesto en el tapete de discusión la posibilidad de establecer la pena capital.
Mons. Escobar Alas dijo que la iglesia, excepto en casos de la defensa de su propia vida, niega rotundamente la aplicación de la pena de muerte como penalización y, a nivel personal, el arzobispo consideró que la misma “no soluciona el problema”. Lamentó, que “cada vez somos sorprendidos con acontecimientos de violencia aún peores que los anteriores… un mayor atropello a la dignidad humana, otro macabro ejemplo de la cultura de la muerte”, en referencia al ataque al microbús en Mejicanos, en el que fueron quemadas vivas 16 personas, hace exactamente una semana.
Hay que ir a las causas de los crímenes
“El hombre es un ser perfectible, que nunca pierde su capacidad de perfección… Una persona siempre puede mejorar, por eso nuestras cárceles deberían ser, no escuelas de crímenes, sino de reinserción”, dijo el arzobispo. Aunque mostró su satisfacción por la reacción de la población y del gobierno ante la masacre, consideró que, además de las modificaciones al marco jurídico que están ya en análisis, “debe irse a fondo, tener un marco operativo y dar respuestas rápidas”. “Una crisis como esta demanda una respuesta profunda”, dijo.
El prelado pidió mayor control en las cárceles, planes de reinserción para los delincuentes, control de los teléfonos móviles y la incorporación de otras entidades sociales como la empresa privada en la búsqueda de respuestas. Incluso recomendó al gobierno solicitar ayuda de países amigos como Estados Unidos.