(Aci/InfoCatólica) El prelado señaló que tras los acontecimientos que llevaron a la independencia del país, especialmente el Congreso de Tucumán en 1816, Argentina siguió padeciendo "problemas estructurales que se prolongan hasta hoy como, por ejemplo, la inestabilidad política, la corrupción frecuente, el desinterés de muchos por los problemas de la vida pública, los problemas económicos, la famosa ‘deuda externa’ que se contrajo muy pronto y fue arrastrándose a lo largo de decenios y decenios y todavía hoy plantea un grave problema".
"Esa suma de hechos ha llevado a una especie de desencanto a la sociedad argentina. Las crónicas del Primer Centenario, de 1910, refieren que había otro clima espiritual. Sin duda que en aquella época no faltaban defectos en nuestra sociedad y enormes injusticias, pero la Argentina se prometía un futuro de grandeza", añadió.
Ante ello, Monseñor Aguer alentó a los argentinos a "recuperar la esperanza en las posibilidades reales de Argentina a partir del patrimonio de esta tierra fecundísima, de una tradición espléndida y de los valores humanos y cristianos que nuestro pueblo sigue conservando".
"La Providencia de Dios nos ha favorecido con generosidad; a nosotros nos toca responder", añadió.