(NCRegister/InfoCatólica) Casi 3,000 personas se congregaron en Hartford, Connecticut, el pasado 19 de marzo para participar en la Marcha por la Vida 2025. Entre los oradores destacados estuvieron Melissa Ohden, sobreviviente de un aborto; Patrick Kelly, Caballero Supremo de los Caballeros de Colón; y Jennie Bradley Lichter, presidenta de March for Life. El obispo Frank Caggiano también estuvo presente y ofreció la invocación inicial.
Durante su intervención, Patrick Kelly aprovechó la festividad de San José para subrayar la importancia de la paternidad y el papel del hombre en la defensa de la vida:
«Las mujeres necesitan esposos, los hijos necesitan padres y los jóvenes necesitan mentores. En resumen, necesitamos que los hombres actúen como hombres. Hoy sé que estoy predicando a los convencidos, pero estas son verdades que no se escuchan lo suficiente en nuestra cultura. Y como líder de una organización de hombres, planteo una pregunta y un desafío que todo hombre aquí presente, y en todas partes, debería hacerse: “¿Qué más puedo hacer para entregar mi vida por los demás?”
Y los hombres deben tomar esta decisión por los demás, no sólo una vez en la vida, sino cada día. El hecho de que estén aquí significa que ya han hecho esa elección, y ahora todos juntos tenemos la tarea de inspirar a otros hombres a hacer lo mismo.
Nuestro mensaje debe ser claro y simple: a los hombres, amen a sus esposas más que a ustedes mismos, muestren a sus hijos cómo ser hombres y cómo proteger a las mujeres en sus vidas, y enseñen a sus hijas a exigir más de los hombres y a exigir un respeto verdadero.
Hoy, los católicos celebramos la fiesta de San José, en la que honramos al padre adoptivo de nuestro Señor y esposo de María. San José fue y es modelo de lo que significa ser hombre. Protegió a María y al Niño Jesús, ¿y de qué los protegió? De todo peligro. Siempre cumplió con su deber, y nunca buscó los reflectores. Estaba demasiado ocupado poniendo a los demás por delante de sí mismo.
Ese es el tipo de hombres que necesitamos hoy: responsables y desinteresados, hombres que se colocan en la línea de fuego. Y no basta con oponerse al aborto.
Por importante que eso sea, si realmente nos oponemos al aborto, debemos hacer todo lo posible para apoyar a las mujeres en nuestras vidas.
Los defensores del aborto dicen que todo se trata de las mujeres, y en este edificio del Capitolio, tantos legisladores repiten lo mismo, y todos lo hemos escuchado. Pero como hombres, debemos decir: sí, es cierto, se trata de las mujeres. Se trata de mostrarles el respeto que merecen. Se trata de estar ahí para ayudarlas cuando lo necesiten, y se trata de entender que ser verdaderamente provida significa estar dispuestos a entregar nuestras vidas, porque eso es lo que hacen los verdaderos hombres.
Así que les digo a todos los hombres aquí presentes: recuerden que fueron hechos para la grandeza. Abracen esa misión de grandeza que se les ha confiado. Y si vamos a construir una cultura de la vida, comienza contigo y conmigo, y lo lograremos cuando cada hombre se convierta en el hombre que Dios lo llama a ser».
Por su parte, Melissa Ohden, sobreviviente de un aborto, también se dirigió al público, exhortando a cambiar el enfoque cultural del lema «mi cuerpo, mi elección» por el de «mi cuerpo, mi voz», dando voz a los sobrevivientes y afectados por el aborto:
«Hoy marchamos por muchas razones distintas. Estés frente a un centro de embarazo, trabajando en políticas públicas o en tareas educativas, puedo decirte que tu voz y tu experiencia son muy importantes. Ustedes ofrecen algo que la industria del aborto y sus lobbies jamás ofrecen: amor, apoyo, salud y esperanza.
Así que hoy quiero invitarte a que sigas haciendo lo que haces. Tal vez pienses que nosotros somos los héroes del movimiento provida, pero te digo que no lo somos. Ustedes son nuestros héroes.
Y mientras marchamos hoy, quiero darte la oportunidad de reclamar estas palabras conmigo: “mi cuerpo, mi voz”. Sea cual sea tu cuerpo y tu voz, esa es tu historia que contar, y nadie puede quitártela. Tu experiencia, tu historia, tu voz valen tanto como la mía, porque tú importas.
Verán que vamos a lanzar cada vez más nuestra campaña “mi cuerpo, mi voz”, una iniciativa nacional de narración para recuperar las palabras que no pertenecen al aborto. “Mi cuerpo, mi voz” trata sobre personas, personas como tú y como yo.
Que Dios los bendiga por estar aquí hoy. Gracias por todo lo que hacen, día tras día. Sigan firmes, usando sus voces, Connecticut».
La presidenta de March for Life, Jennie Bradley Lichter, también subió al escenario para destacar el valor de los centros de ayuda a mujeres embarazadas, especialmente en esta nueva etapa tras la caída de Roe v. Wade:
«Ahora quiero compartir una razón concreta por la que tengo esperanza, y esa razón son los centros de apoyo a embarazadas.
Durante muchas décadas, las organizaciones provida y estos centros han trabajado intensamente para proteger a las madres del daño del aborto y ofrecer recursos y apoyo a mujeres, niños y familias necesitadas.
Aquí va un dato sorprendente: hay cerca de 3,000 centros de ayuda para embarazadas y hogares de maternidad en todo el país. Eso es asombroso. Representa a miles de voluntarios, personal y colaboradores comprometidos con apoyar a mujeres con embarazos inesperados. Es una verdadera demostración de amor y entrega.
He tenido la oportunidad de conocer algunas de las increíbles organizaciones que afirman y salvan vidas aquí en Connecticut. A todo el personal y voluntarios de los centros que están hoy aquí, les expreso el profundo agradecimiento mío y de mis colegas en March for Life. Ustedes están en la primera línea, y les damos gracias.
Ahora, otro dato —no tan alegre, pero sí muy importante—: seis de cada diez mujeres que abortaron habrían preferido elegir la vida si hubieran tenido el apoyo emocional y económico necesario. Eso es impactante, amigos.
Es un llamado urgente a que cada uno de nosotros haga su parte para que ese apoyo esté disponible, y para que las mujeres que lo necesitan sepan dónde encontrarlo.
Así que les dejo una tarea: apoyen a sus centros locales. Sí, ¡hagan voluntariado, donen, lleven pañales y toallitas!».
