(KathPress/InfoCatólica) El trabajo forzado y las violaciones de derechos humanos en Madagascar han sido denunciados por la organización de las Obras Misionales Pontificias, «Missio». En este país insular, situado frente a la costa del sureste de África, miles de personas —entre ellas, un gran número de niños— trabajan en condiciones de esclavitud en minas donde se extrae mica, un mineral altamente demandado a nivel mundial, según informó la organización este viernes. Ante esta dramática realidad, Missio Austria ha puesto en marcha un proyecto para mejorar las condiciones de vida en la zona, con especial énfasis en rescatar a los niños de estas minas y ofrecerles un futuro a través de la educación.
Dentro de las iniciativas planificadas se incluyen la construcción de una escuela, el acceso a atención médica y la perforación de un pozo para proveer agua potable a la comunidad. «Si logramos esto, esta pesadilla terminará, y la gente aquí sentirá que Dios no los ha olvidado», afirmó el padre Christian, quien se dedica a mejorar las condiciones de vida y trabajo de los mineros de mica en Madagascar.
Ayuda para los mineros de mica
Madagascar, considerado uno de los países más pobres de África, es un importante proveedor de mica, un mineral esencial en las industrias tecnológica y cosmética. Esta sustancia, casi imperceptible, se utiliza para dar brillo a pinturas de automóviles, productos de belleza y dispositivos electrónicos. Sin embargo, este lucrativo negocio tiene un costo humano alarmante: según «Missio», miles de niños trabajan en condiciones inhumanas y peligrosas en las minas del país.
Se estima que, de los aproximadamente 20.000 mineros, la mitad son niños. En las 176 minas ubicadas en el sur de la isla, los menores deben realizar extenuantes jornadas de trabajo bajo condiciones insalubres. A pesar del esfuerzo sobrehumano que implica la extracción de mica, una familia apenas recibe cinco centavos de euro por cada kilo recolectado, mientras que el mineral procesado se revende en China por 12 euros, lo que representa un aumento de precio del 5.600%, según datos proporcionados por «Missio».
Con la colaboración del sacerdote Pere Christian, «Missio» busca ofrecer a estos niños una alternativa a través de la educación. «Junto con Pere Christian, queremos construir una escuela para brindar a estos niños la oportunidad de estudiar y cambiar su futuro», explicó el director nacional de Missio Austria, el padre Karl Wallner.
Desde su fundación en 1922, las Obras Misionales Pontificias han estado presentes en más de 150 países del mundo, llevando la luz del Evangelio y promoviendo la dignidad humana en las comunidades más vulnerables.