(ACIPrensa/InfoCatólica) El cardenal Peter Turkson celebró una misa especial por la 30º Jornada Mundial del Enfermo en la Basílica de San Pedro. Durante la celebración, afirmó que la Virgen de Lourdes «dio al mundo un signo de la misericordia de Dios, que acompaña a la humanidad doliente en su camino por la vida».
Asimismo, incentivó a los fieles a meditar en Lourdes, «donde en la curación de enfermedades y dolencias corporales la Santísima Virgen María da a los hombres un anticipo de la salvación que da su Hijo» Jesús.
El cardenal explicó que la única forma de tener misericordia en nosotros, es permitirnos experimentar la misericordia de Dios, por esto, es importante dejarnos «atraer y guiar por la lógica de la misericordia de Dios».
Continuó señalando que el consuelo «es un servicio prestado a las personas, en el que el consolador ofrece el don de su propia presencia a quienes en ese momento están viviendo una situación de fragilidad, acogiendo sus sentimientos en su interior».
«Y lo hace inspirándose y tomando fuerza de Dios, que siempre en la historia se ha hecho cercano a la humanidad, convirtiéndose así también en testigo de las obras de Dios realizadas en la vida de los suyos», añadió el Purpurado.
«De generación en generación se extiende la misericordia de Dios», señaló, y prosigue: «y lo celebramos esta mañana, como en todas partes, cuando los pastores y los fieles invocan el nombre del Señor para ungir a los enfermos y a las enfermas».
Asimismo, el cardenal Tuckson comentó: «ser misericordioso adquiere un significado especial para todos los trabajadores de la salud», refiriéndose a los hospitales, asilos de ancianos y todos aquellos lugares donde se acoge a personas son salud débil.
Concluye: «La misericordia es un bálsamo de vida, y gracias al Espíritu Santo podemos convertirnos en bálsamos de vida para los demás».
