(ECCLESIA) Tristeza y consternación en la Iglesia argentina tras el fallecimiento el 14 de abril, a causa de una leucemia mieloide aguda, del obispo de la diócesis de San Martín, Miguel Ángel D´Annibale. El prelado, de 61 años, se hallaba internado en un centro hospitalario desde el día 6, según informa el obispo auxiliar, Han Lim Moon.
Nacido en Florida, en la provincia de Buenos Aires, monseñor D´Annibale estaba licenciado en Teología Dogmática. Era sacerdote desde 1985, y obispo desde 2011. Benedicto XVI lo nombró ese año auxiliar de Río Gallegos y al año siguiente, tras la renuncia de su predecesor, residencial de la misma sede. Su lema episcopal era «Como el Padre me envió, Yo los envío».
El Papa Francisco lo trasladó a San Martín en junio de 2018, convirtiéndose en el quinto pastor de esta diócesis sufragánea de Buenos Aires. En la Conferencia Episcopal Argentina había sido miembro de la Comisión Permanente y presidente de la Comisión de Liturgia. Entre las muestras de condolencias enviadas a la Iglesia diocesana de San Martín se halla, precisamente, la del Departamento de Liturgia y del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal de Uruguay.
Debido a las medidas de aislamiento social vigentes a causa del Covid-19, los restos mortales de monseñor D´Annibale no fueron velados. A la 1 del mediodía del día 15, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió una misa de exequias sin fieles en la catedral Jesús Buen Pastor de San Martín. Asistieron a ella un reducido número de familiares —la madre y la hermana del fallecido— y unas pocas personas más en representación de la Iglesia diocesana: el obispo auxiliar, unos presbíteros, un diácono, una religiosa, un seminarista y dos directores laicos del consejo pastoral. Tras el servicio religioso, retransmitido en directo a través de Facebook, se procedió a la inhumación del obispo en la cripta del templo. Cuando se levanten las medidas de aislamiento habrá una segunda celebración con participación de todo el pueblo de Dios.